Mae
Conduzco en dirección a un hotel cercano. Daniel me ha preguntado varias veces por lo sucedido pero la verdad es que no quiero hablar al respecto, solo quiero… callar mi mente. Olvidar lo sucedido y sobre todo no arrepentirme de todo esto.
Aparcamos en el estacionamiento y voy directo a recepción para solicitar una habitación doble. Pago en efectivo y en minutos nos encontramos a la puerta de nuestra habitación. Nos adentramos y de inmediato voy a tomar una ducha, una larga ducha. Me libero de la ropa y las lágrimas comienzan a salir, porque no puedo creer que esto haya pasado, no puedo creer la actitud de Ángel, no puedo creer esa bruma que lo ha hecho reaccionar de esa manera. Le temo, muchísimo.
Me duele, me duele que todo esto haya estallado de esta manera, que ese Ángel oculto haya terminado por destruir… el matrimonio. Rompo a llorar, no quiero separarme de él, le amo
ÁngelMe despertado sin tener idea de que es lo que ha sucedido. Recuerdo que tome alcohol, recuerdo que llegue a casa y como lloraba, recuerdo a Mae llorando y pidiendo que por favor parase y la imagen me llena de temor. Papá ha dicho que no la he lastimado pero entonces ¿por qué se ha ido?La he llamado un sinfín de veces, mi padre dijo que apenas pudo hablar con ella, que se veía muy afectada pero ilesa físicamente, dijo que parecía herida por lo que le dije… yo no tengo ni idea, solo recuerdo que la aparición de mi madre me desestabilizo y ya no pude recuperar el sentido… Mae no me responde, estoy desesperado por saber donde está, sé que está con Daniel pero él tampoco me responde…—No me responde —digo una vez más y mi madre empuja una taza de te a sus labios, se han quedado aquí por voluntad propia, son las 11 d
MaeHa amanecido, no me siento nada bien, las nauseas no me dejan tranquila y no he podido dormir mucho pues extraño como una loca a Ángel. Daniel ha salido hace un par de minutos, mi móvil comienza a vibrar y veo que es Ángel, ha estado llamando por dos horas seguidas con varios minutos de separación.Tomo el móvil y dudo, pero creo que estoy más tranquila ahora, creo que bien puedo sentarme a discutir que lo mejor será separarnos, no pienso poner mi vida en riesgo cada vez que exista algo que lo desestabilice. Presiono la tecla para responder y me quedo en silencio.—Mae… Mae, amor, ¿dónde estás? —una punzada de dolor me invade el pecho—. Mae… perdóname, por favor.—¿Qué quieres?, ¿que diga si y que todo esté como si nada? —digo llena de dolor—. Te tengo miedo Ángel, temo por mi vida, ni
Mae Ha pasado una semana desde aquel horrible suceso. Ángel se encuentra mucho mejor ahora, se le ve tranquilo y sereno, ha vuelto a dormir y continua sus entrenamientos. Hemos hablado más sobre lo sucedido el día que vio a su madre, lo ha impactado bastante y concluyó que el miedo lo abrumó cuando la miro de frente. Sobre todo cuando su padre confesó que la había ingresado a un psiquiátrico, luego me comentó que durante su adolescencia tuvieron que ingresarlo a un centro de readaptación debido a que sus comportamientos no mejoraban, pero bueno, ahora entiendo que es necesario tomando en cuenta las reacciones de Ángel. La verdad es que nos ha ayudado bastante abrirnos de esa manera. Hoy vamos hacia el consultorio del ginecólogo para hacer el primer ultrasonido del bebé. Ángel conduce y se le nota algo nervioso. —Todo irá bien —le digo y él asiente forzando una sonrisa. En minutos llegamos al centro médico y bajamos del auto para caminar tomados de l
ÁngelEl día de mi pelea ha llegado, Daniel ha vuelto a ganar hace un fin de semana, fue un noqueo después de 20 segundos, el chico es bueno. Ahora me estoy preparando para salir al octágono después de un par de meses de descanso.Me siento preparado para esto, me siento preparado para ganar. Salto de un lado a otro, Mae ya se encuentra en su lugar, saber que está aquí y me apoya me hace sumamente feliz, también está Daniel, mi madre, mi padre, Lucy y mi abuela, todo el equipo. Me siento emocionado por volver a entrar a un octágono aunque esta vez no es con la finalidad de matar a mi contrincante. Los tiempos han cambiado, mi vida ha cambiado y ahora seré papá y estoy a punto de inaugurar mi fundación, se llamará Fundación Mae Rogers, por que todo este cambio se lo debo a ella, a su persistencia conmigo, a no rendirse conmigo…—Hora de s
MaeNo me han dejado ver a Ángel. El hombre con el que peleo es un salvaje, lo ha golpeado cuando dieron el dictamen de la pelea, cuando él lucía relajado y tranquilo. Después se lo han llevado directo a la comandancia. Jr. Se quedó en el lugar espero que realmente lo sancionen de alguna manera, porque esto esta fuera del contexto y han trasladado a Ángel en ambulancia, no sé que es lo que ha sucedido… no sé como está.Miro como Aaron cruza el umbral de urgencias y voy directo hacia él.—Aaron ¿qué ha sucedido?, ¿está bien? —pregunto de manera desesperada y él bufa, tiene mala cara, esto no me da buena espina.—Lo ha cegado —pestañeo varias veces sin entender lo que está diciendo.—¿Cómo?—¿Qué has dicho? —pregunta Stella—Que
Ángel Están a punto de nacer, Mae está en labor de parto y yo estoy a punto de desmayarme. —Vengan chicos —dice el médico cuando comienza el parto—. Padre, ¿se encuentra bien? Ya viene su hijo Asiento sin decir una palabra y limpio el sudor que corre por mi frente. Está a punto de llegar a este mundo y sigo dudando de mi capacidad para ser un buen padre, pero tengo a Mae y sé que con ella todo lo puedo. —Venga, que ya llegó—su llanto me inunda los oídos—. Es niño. Mae no ha querido que nos enteremos de su sexo hasta que el momento llegase y bueno, esto si que es una sorpresa. —¿Ni… niño? —digo tragando saliva y él medico asiente. Luego Mae aprieta mi mano y yo solo voy directo a sus labios, es cuando noto que estoy llorando. —Está completamente sano—. Mae me mira con una gran sonrisa y es cuando una enfermera llega entregar al pequeño bebé lo colocan en su pecho y veo como Mae besa su cabecita pequeña. —Tu hijo
Daniel Ella está llorando, trato de encontrarla pero no está, se la han llevado. —¡LUCY! —grito pero no está, solo escucho como grita mi nombre, necesita ayuda, necesita que la salve. Corro recorriendo todo el lugar, el agua salada moja mis pies pero Lucy no está. No quiero que nadie más vuelva a lastimarla, no quiero que nadie más vuelva a ponerle una mano encima. La encuentro en la orilla echa un ovillo. La tomo entre mis brazos y puedo escuchar como solloza, me duele escucharla así, me duele escuchar que sufre. —Tranquila Lucy, estoy aquí, nadie va a hacerte daño, te lo juro —digo mientras la abrazo y cubro su cuerpo—. Mi Lucy… mi Lucy. Escucho el despertador y tomo un gran suspiro. He vuelto a soñar con ella… siento como la tengo en mis brazos. Abro los ojos y puedo ver la luz de la luna aun, son las 4 de la mañana y tengo que iniciar el entrenamiento. Empujo mi cuerpo fuera de la cama y tomo la ropa que he colocado cerca
6 años después Lucy Mi primer día de vacaciones invernales, la verdad es que no planeo hacer mucho salvo salir con mis amigas a tomar un par de cafés y estar en casa. Mi vida no es precisamente la más sociable y yo solo me concentro en terminar mis tareas y ayudar a Mae con Bartros, es un niño muy listo, mis tardes las paso con él en la playa o practicando soccer. Tiene 6 años y parece que será un chico enorme. Me visto con un par de mayas y un suéter gigante que me hace sentir bastante protegida del frío. Me maquillo un poco el rostro para después salir hacia la casa de Mae donde quedé con el pequeño Bartros, hoy visitaremos a su papá en el gimnasio y después iremos por un helado. Llamo a la puerta y escucho sus gritos hasta que termina por abrirla y me invita a pasar. —¡SIIII!, ¡MAMÁ LUCY HA LLEGADO! —me abraza por la cintura y yo le correspondo el abrazo. —Lucy —Mae me abraza y besa mi mejilla —. Gracias por c