Mateo, sonreía al escuchar los gritos de reclamos de parte de su mujer, para que la bajara de sus brazos.—¡Que me bajes Mateo! —Gritó Adriana— ¡Por favor, que me bajes! —repitió ella, enojada.—¡No, mi amor! ¡Te vas conmigo! —explicó él, en el mismo momento que la introdujo en la camioneta y la sentó entre sus piernas.—¡Dios mío, Mateo! ¡Ya basta! Hasta cuando voy a tener que soportar tu presencia —protestó ella con manifiesta rabia, pero sin poder moverse entre sus piernas.—¡Para siempre, mi amor! No nos separaremos, no te voy a dejar nunca y ahora menos, cuando estamos esperando a nuestro segundo hijo —declaró él, alegre, apoderándose de sus labios sin importar la presencia de Nava.Este, al escuchar lo que expresó su jefe se asombró, lo que menos se imaginaba era que estuviera otra vez embarazada. Ella, se veía un poco demacrada, pero su cuerpo se veía espectacular, además de tener un brillo especial en sus ojos. Al separarse, ella gruñó...—¿Quién te dijo que era tuyo? Este beb
Mateo, sabía que de la única forma que la podía convencer era haciendo a esta el amor. Sin embargo, hasta ahora ella, no lo dejaba pasar más allá de unos besos. Y definitivamente, él quería más, tenía días, semanas, deseando a su mujer como la última vez, que le amó.—Adriana, a la que llevó de la mano, simplemente la estaba protegiendo de Lila. Conversaba con ella, para llevarla a su casa cuando apareció la tóxica esa —mintió él pensando que después aclarará esto, si llega a salir la verdad, a la luz pública.—¡Mateo, lo lamento! Pero, siento que me mientes. Que nosotros, no lograremos esa felicidad que los dos buscamos. Hay demasiadas cosas que nos separan —replicó ella rebelándose contra sus propios sentimientos y emociones.—Juntos los podemos vencer, no dejes que chismes o rumores nos separen —suplicó él, caminando detrás de ella hacia la terraza de su habitación— Además, hay dos grandes razones que nos unen, nuestros hijos —aclaró este.»¡Por favor, mi amor! ¿Podrás dejarme esta
En la habitación conyugalAdriana, exhalaba un fuerte suspiro de satisfacción y alegría, acomodándose encima del cuerpo de él. Esto provocó una fuerte satisfacción también en él, quien pudo comprobar en esta entrega, que ella lo ama y lo desea tanto, como él a ella.Las manos de Adriana, acariciaron y recorrieron el pecho de él, antes de dormirse. No hubo un centímetro de esta piel, que ella no recorriera, como la de sus brazos. Para esta, era una devoción tocarlo y así se fue quedando dormida. Lo amaba infinitamente.Por su parte, Mateo inicio otro recorrido por toda la espalda de ella, recorriéndola centímetro a centímetro, complaciendo todas las hormonas alborotadas en ella. Él se sentía pleno, con el desbordamiento de todas sus emociones reprimidas por tanto tiempo.—¡Sigh! —suspiró, ella dormida.Él sabía cómo satisfacerla, igual que ella a él, porque si algo tenían en común, era disfrutar junto de estas extraordinarias sesiones de caricias, besos y entrega que los llevaba al clí
—Te voy a agradecer que lo hagas, porque así le podré aclarar a ella, lo de mis dudas en cuanto a la paternidad de mi hijo Mateo, y que fue el causante de aquel comentario que nunca debí pronunciar —solicitó Mateo.—¡Perfecto! —Exclamó su suegro— ¡Entonces! Estamos en contactos ¡Ah! Espera Mateo…—Sí, dime —respondió él.—Esta semana es la audiencia de Nilo. Debemos reunirnos con el abogado, para finiquitar los últimos detalles. Adriana le facilitó los datos de sus testigos y yo conseguí los videos donde se muestra el acoso del cual fue objeto, cuando laboró para él.—¡Genial! —Celebró Mateo— Lamentablemente, cuando te comenté eso debí ir a resolver los problemas de mi hermano y por esto me descuide con el caso, pero ya me integro para que juntos la protejamos.—No hay problemas, si al menos no contó conmigo cuando pequeña que lo haga ahora. Estoy convencido de que es lo mínimo que puedo hacer por ella —declaró este.—Estoy de acuerdo contigo, Kelvin. ¿Le insististe al abogado sobre
Al levantarse Adriana, él le dio una nalgada y tomándola en sus brazos, la metió en la ducha; bañándose los dos juntos, para salir al paseo con su hijo en yate. Antes de salir de la habitación, él le dio un beso tierno, al cual ella respondió con la misma intensidad.Después, los dos bajaron al comedor tomados de las manos, lo cual alegró mucho, tanto a Alicia como a Nava. Ella tenía una mirada enamorada, cariñosa, que evidenciaba claramente lo que sentía por él. Y él estaba igual, se le veía una mirada brillosa, como hasta ahora no le habían observado.Ellos desayunaron y luego partieron en la camioneta al puerto más cercano. Al llegar a este, observaron el yate cuyas siglas son MG, las cuales están relacionadas con el nombre de Mateo. Todos subieron y él llevaba al bebé en brazos, pues sinceramente no confiaba en nadie la protección de su hijo en esta travesía.(***)Iniciando este recorrido, Adriana lució un lindo traje de baño de dos piezas en color rojo a través del cual lucía su
—¡Buenas noches, Kelvin! Disculpa te llamé a esta hora ¿Podemos hablar? Si estás muy cansado, te llamo mañana —aclaró Mateo.—¡No, para nada! Yo casi no duermo. Te puedo asegurar que esta llamada me distrae ¿Cómo está Adriana? ¿Y Mateo? —preguntó él un poco ansioso.—Ellos, están muy bien gracias a Dios. Ya durmiendo ¿Hablaste con el abogado? ¿Cuándo será la audiencia? —preguntó él con curiosidad.—Si hablé con él ayer, después que me llamaste. Me comentó que será esta semana, mañana me dará toda la información. Me hizo hincapié que será muy bueno que Adriana estuviera presente ¡Ah, antes que se me olvide! Contraté dos abogados más —agregó su suegro.—Por eso te llamo Kelvin, estoy preocupado por Adriana. En el embarazo anterior, ella sufrió de una hiperémesis gravídica —expuso Mateo— y ahora está presentando los mismos síntomas.—Y ¿eso qué es? —preguntó don Kelvin, con curiosidad.—Es la presencia de náuseas y vómitos intensos y persistentes durante el embarazo, lo cual la puede lle
—Yo también, deseo que su esposa tenga un parto feliz —agregó Adriana, felicitando a Nava.—Gracias a los dos. ¡Me siento complacido al verlos unidos, felices y sobre todo con Mateo, como con el nuevo bebé! Les deseo lo mejor —expresó el detective.—Gracias Nava, si no es por ti yo tampoco tendría esta felicidad junto a mi mujer y mis hijos —agradeció Mateo.—Gracias Nava, lo mismo le digo —añadió Adriana— ¡Gracias por esta felicidad! —refirió ella.Por su parte, Mateo cumpliendo sus labores de CEO de su propia empresa aprovechó que Adriana dormía para asistir a una reunión de negocios con Kelvin con quien iniciará una sociedad, para incursionar en el campo de la tecnología.Él, buscó esta alianza con su suegro, más por lazos familiares que comerciales, a la larga este era el abuelo de su hijo y el padre de su mujer, que por cierto no sabe nada.Así que decidido a aprovechar toda situación para unirse más a Adriana, pondrá en marcha a partir de este día, esta sociedad con su suegro, p
A Adriana, le llamó poderosamente la atención, esta nueva amistad entre su esposo y don Kelvin; anteriormente Mateo la celaba tanto de Julio como de este. En todo caso, ese sábado, el invitado pudo ser testigo de la unión y amor que existía entre estos. Además, del amor que profesaban a su pequeño hijo.Su esposo, propuso a Kelvin comprar el cincuenta por ciento de sus acciones en el restaurante donde ella trabajaba, de tal manera, que pudiera iniciarse como accionista y nueva empresaria, en este sector de servicio. Así, no se verá amenazada por alguien, sino incluso con potestad para tomar sus propias decisiones.A Adriana le encantó esta propuesta y don Kelvin la aceptó de una vez. Él, había puesto en marcha junto con sus abogados los trámites para que ella sea su única y universal heredera y por ende, después de ella, sus nietos.—¡Salud! —repitieron los tres chocando sus copas, sellando este negocio. Entretanto, Adriana y Mateo lo celebraron con un beso que disfrutó Kelvin como e