Fue un abrazo muy fuerte, muy sentido para ambos, desde que Kloe empezó a confiar en Oliver, se dio cuenta de la extraordinaria persona que era, haciendo que toda esta situación se convirtiera en algo difícil de hacer.— Descuida, no tienes nada porque disculparte, en cuestiones de amor siempre fui un ciego, bueno, ya sabes lo que ocurrió entre la esposa de Martial y yo, ahora entiendo que eso no puede volver a ocurrir nunca más, así mi corazón se empeñe en repetirlo.— respondió Oliver, sosteniendo la mano de Kloe, entendiendo que este podría ser su último encuentro, tenía decidido irse del país de inmediato, era cuestión de tiempo antes de que su familia se volviera loca buscándolo.— tienes la oportunidad de hacer feliz a una mujer maravillosa, espero que la sepas aprovechar.— se refería esta vez Oliver a Tom, quien también extendió su mano, ya todo estaba claro, Kloe lo había elegido a él y no había necesidad de seguir con la misma confrontación.— Eso lo tendré siempre pres
Solo para confirmar lo que ya estaba claro, Martial terminó de revisar toda la habitación, Kloe no estaba por ningún lado y era imposible que se estuviera ocultando en algún lugar de la mansión, por más grande que esta fuera, los más de quince trabajadores que la buscaban ya debían de haberla encontrado. En medio de todo lo que Martial sentía, vio algo raro en el closet y cuando entró en él, terminó de confirmar lo que no sabía cómo podría explicarle a su padre, faltaban algunas pocas prendas de su madrastra, lo suficiente como pasar un par de días afuera de la casa.— Maldita seas Kloe, pero si crees que arruinaras mis planes, estas totalmente equivocada.— masculló Martial, viendo la bailarina de oro con curiosidad, este no era el tipo de adornos que su padre colocaría en su habitación. — Jefe, no está, hemos buscado en cada rincón de la casa, pero…— intentó decir uno de los jardineros más leales a la familia.— Ya lo sé, ve a buscar a quien esté a cargo de la seguridad
En algún otro lugar de la ciudad, bien escondidos, esperaban ellos, Kloe se relajaba un poco después de tanta incertidumbre, habían sido momentos de mucha angustia metida en el maletero de Oliver, pero ahora podía decir que era libre, al fin libre, ni siquiera sus padres podían estar por encima de ella para decirle todo lo que debía hacer en su vida. Tom solo la apreciaba desde lejos, le daba su espacio, tampoco era nada cómodo estar prácticamente viviendo con un nuevo hombre así, de la nada, como si llevaran años conociéndose, este también sería un proceso lento y él estaba dispuesto a hacer todo de la manera correcta. — ¿Tienes hambre?— le preguntó Tom al acercarse a ella, seguía con la misma ropa, la acomplejaba mostrar demasiado un embarazo que no era de él, Kloe estaba segura de que esto sería un problema. — La verdad, no, pero debo comer igual, han sido días bastante difíciles y mi bebé no debe pagar solo por ello.— respondió Kloe, algo nerviosa ahora, estar completam
En la prisión George gozaba de todas las comodidades, entre ellas un teléfono celular conectado a Internet, de donde podía llamar y escribirle a quien quisiera en cualquier momento. Claro, esto no era algo que todos los reclusos podían hacer, solo él como el más adinerado del lugar podía tener estos beneficios.Bastaron hacer solo un par de llamadas para saber a donde se había ido su hijo más problemático, el único que no disfrutaba de ser un Harper, el que George sabía que en algún momento le haría una jugada como esta. — Martial, hijo mío, tengo ubicado a nuestro hombre.— dijo George al teléfono, él sabía que sus conversaciones podían ser escuchadas, así que solo se limitó a decir esto y esperar la pronta visita de sus hijos al lugar.— Entendido papá.— respondió Martial, aunque nunca supo si su padre lo llegó a escuchar.— ¿Qué te dijo?— preguntó Dasha, quien seguía al lado de su hermano, no quería arriesgarse a poner su integridad en juego después de todo. — Debe
Cualquiera podía tomar por tonta a Dasha, pero lo que acababa de decir era la verdad y nada más que la verdad, ella se mantuvo al lado de su hermano por su dignidad, ahora eso no importaba, preferiría ser objeto de murmuro entre sus amistades antes que ir también a prisión por muchos años.Ella estaba decidida, se iría, cualquier destino de Europa sería ideal, solo necesitaba ahorrar todo el dinero que pudiera sacar de su padre, también tenía muchas joyas que fácilmente podían costar miles de dólares cada una. — No puedes dejarme solo, no después de todo lo que hemos pasado.— suplicaba Martial, ahora era una persona desconocida para cualquiera, él sabía que Dasha tenía razón, pero no podía huir también, él no sabría como vivir de otra manera a la que conocía. — Por Dios Martial, suenas como un completo hipócrita, yo no te importo y fácilmente puedes venderme en cualquier momento, si quieres, puedes venir conmigo, olvídate de papá y de su dinero, podemos empezar desde cero.—
Aunque la persona que estaba amarrada y que corría un verdadero peligro al lado de un hombre horrible era Mia, quien sufría de verdad a miles de kilómetros era Oliver, él sabía que todo esto había sido obra de su padre, dado que Martial era malvado, pero jamás sería lo suficientemente listo como para dar justo donde más le dolía. Geoger no pudo hacerlo mejor, nada de lo que hubiera pensado habría hecho tomar una decisión de inmediato a Oliver como esto, quien todavía estaba enamorado de Mia, ella era esa persona que nunca podías olvidar, ni siquiera encontrando a otra, pues siempre estaría clavada en su corazón, hasta el día de su muerte. — Maldita seas Geoger Harper, maldita seas.— gritaba Oliver, en su habitación de hotel en París, todo estaba claro, su decisión estaba tomada, así que salió corriendo nuevamente al aeropuerto. Afortunadamente no tuvo que esperar mucho tiempo para poder subirse a un avión, las conexiones entre París y los ángeles abundaban, así que para la maña
Mientras Oliver recorría el largo camino desde el portón hasta la parte principal de la casa donde estaba oculta Kloe, Tom preparaba su arma, no estaba cien por ciento seguro de lo que ocurriría, pero era mejor prevenir que lamentar. —¿Qué ocurre? ¿Qué haces con eso?— preguntó Kloe, poniéndose nerviosa al verlo empuñar su arma. —Kloe, cielo, es Oliver, ha vuelto y no sé si alguien lo ha seguido hasta acá.— respondió Tom, haciéndole seña de que solo la tendría guardada en su espalda, Kloe estaba con los nervios de punta desde hacía mucho tiempo y solo con ver el arma su corazón se aceleró. —Entiendo, pero mejor guárdala por favor, no quiero que nadie salga herido.— insistió Kloe, con algo de tragedia en su mirada. —OK, OK, disculpa si te asusté, no debí hacerlo de esta manera.— se excusaba Tom, no quería que su enamorada se sintiera insegura a su lado, ni en lo más mínimo.Luego de tener el arma bien guardada en su espalda, Tom se dirigió junto a Kloe a la salida, todo el
La mezcla de emociones que se sentían en el auto de Martial eran inimaginables, por un lado, el mayor de los Harper, podía decir que había solucionado gran partes de sus problemas, no solo había recuperado a su madrastra, también dejaba casi muerto al hombre que la alejó de la mansión en un primer momento y el hombre que posiblemente era el causante de todos los problemas ocasionados desde hacía meses en la familia. También estaba Oliver, sintiéndose como un verdadero cobarde, devolviendo a la mujer de la cual había sentido amor en las últimas semanas, por quien había arriesgado todo, pero ¿Qué más podía hacer? Dicen que el primer amor nunca se olvida y en su caso, lo que llegó a sentir por Mia, iba más allá de todo lo que podemos comprender en este mundo terrenal. Por supuesto, nuestra quería Kloe, una joven inocente de todo, una mujer que nunca le había hecho daño a nadie, si no contamos como daño el deshacerse de su esposo, alejarlo de su lado cuando solo recibía golpes, insult