Luego de esa extensa conversación con Oliver, Kloe podía pensar que ahora si estaba confundida, algo que era realmente escalofriante porque sentir esto con el hijo de tu esposo era algo que no podía ocurrirle a ninguna mujer.Afortunadamente Oliver había salido para la hora del almuerzo, aunque ya ella no odiaba el acercamiento que él insistentemente buscaba con su madrastra, Kloe debía mantenerlo al margen, como otra opción para huir de la mansión y de las garras de los Harper, nada más. — Debe enseñarme a preparar ese estofado señora Marta.— dijo Kloe al entrar en la cocina con su plato, que parecía estar sacado del lava vajillas. — Señorita, no debió traerlo, para eso estamos nosotros.— respondió Marta, algo áspera, confundiendo a Kloe, dado que ellas dos se habían llevado bien todo el tiempo.— Sabe que no me gusta sentirme inútil, además, todos deberían levantar su plato de la mesa al menos.— insistió Kloe, apenada, además de Oliver, Marta era la única persona con q
!Estoy enamorado de ti¡Kloe estaba alucinando, ¿cómo Tom, también sin conocerla del todo decía esto sobre ella? No había mucha lógica, aunque ella entendió, así como se enamoró de aquel muchacho hace varios años, que así funciona el corazón. No necesitas mucho tiempo, tampoco muchas interacciones con esa persona ideal para sentir lo que ahora estaban sintiendo ambos corazones, unidos por ese deseo de ser queridos sin condiciones, solo por el hecho de existir uno al lado del otro. Kloe también estaba enamorada de Tom, aunque sabía que no podía decir esto todavía, aún faltaba recorrer un largo camino antes de decir algo como esto, bastante había sido el sufrimiento que ella vivió y vive, pero que poco a poco iba sanando, para darle la entrada a esta nueva persona en su corazón. — Tom, no digas esas cosas.— respondió Kloe, con sus mejillas coloradas, ella sentía vergüenza al escuchar este tipo de cosas, sobre todo al empezar a sentirlas también. — Sé q
Habían sido segundos terroríficos para Kloe, ella podía identificar en la mirada de Martial lo mal que estaba, el parecido increíble que tenía con su esposo George, si Marta no hubiera aparecido él habría hecho lo que quisiera con ella, así como le ocurrió la noche en la concepción de su futuro bebé. — Por Dios.— dijo en un sollozo Kloe, dejándose caer en la cama, temblando, sintiendo un pequeño alivio que le provocó comenzar a llorar descontroladamente. — Señorita, ¿está bien? ¿qué le hizo él?— corrió a socorrerla Marta, ella conocía muy bien a Martial y sabía de todo lo que podía ser capaz.— Si.— logró decir nada más Kloe, quien debía sacar todo lo que sentía por dentro, esta respuesta dejó inmóvil a Marta, ¿si? ¿qué cosa?— Cálmate, ya está a salvo, estoy aquí.— la consolaba Marta, Kloe temblaba descontroladamente, el miedo que sintió durante todo ese tiempo a solas con Martial, le revivía todos sus temores, todas esas pesadillas que pasó al lado de su esposo y p
Afortunada o extrañamente Kloe había pasado una buena noche, esto tomando en cuenta el desafortunado hecho con Martial, el hijo de su esposo, quien se disponía a, bueno, ella tampoco quería pensar mucho en lo que él tenía en su mente cuando fueron interrumpidos por Marta. Después de eso y la historia sobre Clara, aquella chica que trabajó hace muchos años en la mansión, Kloe debía mantenerse alerta, sin darle ninguna oportunidad a su hijastro para que actuara en su contra. — Buenos días.— dijo en forma general Kloe, al entrar en la cocina, para su sorpresa Martial estaba ahí desayunando, él nunca hacía esto, siempre esperaba su desayuno en su despacho o en su habitación.— Hola, Kloe, perdón mamá.— respondió Martial, provocando náuseas en las dos mujeres que estaban en la cocina junto a él.— No soy tu madre, estaría mejor que me llames por mi nombre por favor.— espetó Kloe, debía actuar firme frente a Martial, que él no se diera cuenta de su miedo.— Amanecimos de m
Kloe respondió todas las preguntas que la policía le hizo, sin ninguna novedad, ella quería pedir ayuda, gritarle a todos que estaba encerrada en contra de su voluntad en esa mansión, pero esto solo empeoraría todo, como se lo había dicho Tom en algún momento, ¡no confíes en nadie!Con tanto dinero de por medio, George podía comprar a media agencia de inteligencia y cualquier otro trabajador del estado, esto dejaba a Kloe sin la posibilidad de actuar, cualquiera podía estar a favor de su esposo y si intentaba la más mínima cosa y fracasaba, la poca tranquilidad que había conseguido hasta ahora se le esfumaría.Ahora Oliver le había dejado otra cosa para pensar, otra conversación que le dejaba un remolino de pensamientos, una oportunidad inédita para escapar y liberarse de una vez por todas de las garras de su esposo y su familia. Probablemente todos pensarían que el nivel de desesperación de Kloe por huir, haría que tomara cualquier mínima opción por huir y se aferrara a ella sin pens
El corazón de Kloe estaba en shock, ella aún no entendía muy bien lo que había ocurrido, y sí, tuvo el primer beso de un amor verdadero, el primero de su vida y que sin duda esperaba se repitieran en cantidades monumentales con el pasar del tiempo.Era como vivir un cuento de hadas, una historia que ella estaba segura tendría un final feliz, de esos no tenía duda, aunque unos segundos después, volvió a tener un golpe de realidad.Por muy hermoso que hubiese sido, seguía teniendo presente que aún se encontraba en la habitación de su esposo y aunque Kloe nunca estuvo ni cerca de sentir amor por George, ante la ley y Dios, ellos eran marido y mujer. Esto empañaba ese bello momento, haciendo inevitable no demostrarlo, sobre todo al recordar la propuesta de Oliver, su hijastro, más temprano de este día.— Tus labios dicen que fue perfecto, pero aún siento que hay algo más que tienes para decir.— expresó Tom, varios segundos después de ese momento tan espectacular para los dos, porque aunque
Al día siguiente, Kloe evitó salir de su habitación a toda costa, no quería ver a Oliver y que este le preguntara sobre su plan, quería esperar para tomar una decisión, sobre todo después de lo que Tom pudiera averiguar. Tom llegaría en la noche y tendría información extra para ayudarla a tomas la decisión correcta, de eso estaba segura, su huida sería pronto y viviría en un buen lugar para tener a su hijo en libertad.Kloe también sabía que todavía no podía cantar victoria, pero hasta ahora sentía que había tomado una buena decisión.La hora de la visita habitual se acercaba, con esto él corazón de Kloe se aceleraba, con cada día que pasaba la relación se consumaba un poco más, lo que ambos querían, ya solo era cuestión de tiempo para huir de la mansión Harper y poder seguir recorriendo un largo camino juntos.— ¿Dónde estás Tom?— se preguntaba Kloe en su mente, apenas se pasaba cinco minutos de la hora habitual y aunque esto no era motivo para preocuparse, ella presentía que al
Oliver no era precisamente más pequeño que Tom, en realidad, en el tema de estatura estaban muy parecidos, pero al sentirse maniatado tan fácilmente por él, el niño Harper no quiso intentar nada más en contra del trabajador de su padre. En su interior sentía el deseo de golpearlo, no solo por irrumpir de esta manera en sí habitación, su frustración más grande era que le arruinara sus planes, sin saber como se había enterado, pero era obvio que George ya estaba enterado de cuales serían sus próximos movimientos. — Ella confía en ti y aunque sigo sin estar muy convencido yo también debo hacerlo, sobre todo si quiero sacarla de aquí lo más pronto posible.— reveló Tom, dejando aún más desconcertado a Oliver, se suponía que estaba al lado de George, no apoyando a Kloe o en su caso enamorado ciegamente por ella.— ¿Qué quieres decir con eso?— preguntó Oliver, no entendía lo que pasaba, primero su entrada de una forma muy extraña en su habitación, después escuchaba esto.— Soy