TRRIIIIIMM!! TRIMM! TRIM!!
Ellis miraba el teléfono de la sala sonando estridente. Solo había dos posibilidades flotando en su mente en ese momento. La primera, que ella consideraba obvia por cuenta del horario, sería el Oficial Smith entrando en contacto para verificar si Jason estaría en casa. La segunda, los hombres con los que se involucró su hermano en el pasado estaban llamando en busca de sus valores. Había también una tercera vía, que Ellis había puesto como tan improbable, que ni siquiera podía imaginarse: Jason fue secuestrado.
Cualquiera que fuera la opción, Ellis solo tenía que responder, lo que hizo a continuación:
— BARKER, te dije que debías atender en el primer toque! - Rebotó Smith al otro lado de la línea.
— Oficial Smith, aquí Ellis Barker... - Respondió Ellis, asustada.
— ¿Señorita Barker? - Ha preguntado a Smith, sorprendida. Respiró hondo y luego continuó: — ¿Señorita, podría llamar a su hermano, por favor?
— Siento mucho no haber atendido antes... Tuvimos un día muy agotador y terminamos durmiendo...
— Entendido, ahora llama a tu hermano...
— Oficial Smith, él está muy cansado y yo también, ¿podría devolvernos por la mañana? Estoy seguro de que estaremos mucho más dispuestos... - Solicitó a Ellis mientras fingía un bostezo para que diera más veracidad a su versión de los hechos.
— Señorita Barker, llame a su hermano inmediatamente, o enviaré la patrulla hasta la residencia de ustedes! - amenazó a Smith del oro lado de la línea.
— Oficial, como ya le expliqué, mi hermano está durmiendo y le aseguro que está durmiendo mucho, igual que una piedra. No hay necesidad de enviar una patrulla. - Argumentó Ellis mientras miraba en dirección al cuarto vacío de su hermano.
—Por última vez, señorita, o pone a su hermano en línea conmigo ahora mismo, o enviaré a la patrulla, ¿entendió?
— Entonces, envíe la patrulla, Oficial. - Respondió Ellis apagando la llamada enseguida.
Ella sabía que su audacia había complicado aún más la situación de su hermano, pero era lo único que le quedaba por hacer. Por lo poco que ella conocía a la policía de su barrio, ellos harían la ronda solo por la mañana, lo que le daba unas horas para encontrar a Jason.
Ellis respiró profundamente mientras pensaba en los próximos pasos que daría en la búsqueda de Jason. El primero sería...
***
El motor del coche de Ellis seguía frío cuando la joven estacionó a pocas cuadras de su casa, frente al hogar de Troy Lamar. Ella se acercó a la entrada y tocó el timbre con tanta intensidad que consiguió despertar a los vecinos alrededor. Las luces de la entrada se encendieron y entonces una señora negra con las mismas facciones de Troy apareció, dejando solo la puerta de protección cerrada.
— Ellis, ¿qué haces aquí? - Interrogaste a la mujer arreglando su vieja bata de gamuza contra su cuerpo.
— ¿Está Troy? - preguntó Ellis de vuelta, muy nerviosa.
—Sí, él está... - Respondió la mujer sin entender.
— ¿Podría llamarlo, Señora Lamar, por favor?
— Troy está durmiendo, tiene clase bien temprana mañana. Por cierto, todos nosotros... - Argumentó la señora Lamar ya cerrando su puerta.
— Es cuestión de vida o muerte. - Disparó Ellis acercándose a la puerta. — Solo su hijo puede salvar a mi hermano.
La señora Lamar miró a Ellis sin entender, así que sopló un poco y la dejó entrar, a regañadientes.
— Troy! - llamó a la señora Lamar entrando por la casa mientras Ellis se sentaba en el sofá esperando al chico. — Troy, levántate, Ellis está aquí.
El tiempo entre la desaparición de la señora Lamar parecía infinito para Ellis que balanceaba su pierna derecha, nerviosa, mientras ella intentaba mantenerse calma. Incluso las manecillas del reloj de la sala de la familia Lamar parecían ir más despacio y el ruido más fuerte de lo normal. Los pasos lentos atrajeron la atención de los oídos agudos de Ellis que en poco tiempo demostraron ser de Troy que arreglaba sus gafas en el rostro arrugado.
— ¿Ellis, todo bien? - preguntó el chico, confundido.
—Troy, necesito saber, ¿pasó algo hoy en la casa? - preguntó Ellis apretando los dedos de las manos entre sí.
— No, no pasó nada...
— ¿Qué habéis hecho hoy mi hermano y tú? - Preguntaste, Ellis.
—Nada, jugamos... Jason dijo que estaba cansado, así que me fui a casa. - Respondió Troy sin entender. — ¿Pasó algo, Ellis?
—No... - negó Ellis que eligió mentir. Probablemente Smith en algún momento llegaría hasta Troy entonces no podría romper la coartada de su hermano al revelar que Jason no estaba en casa. — Es solo preocupación, sabes... hoy es el primer día en casa.
— ¿Despertaste a mi hijo para eso? - Cuestionaste a Lady Lamar cruzando los brazos, enojada.
— Pues sí, cosa de hermana exagerada. - Respondió Ellis, sin gracia.
—Bien. Bueno, todo salió bien. - Troy habló levantándose y sonriendo a Ellis. — Dile que pasaré más tarde y jugaremos.
— No señor, no olvide que usted necesita hacer aquel trabajo de su facultad. - Dijo la madre de Troy lo que parecía más una mentira, según observó Ellis al ver la mirada sorprendida del muchacho.
— Es mejor que descansen. - Finalizó Ellis mientras se levantaba.
La morena caminó hacia la puerta pensando en el otro paso que daría, ahora que ese no le trajo el resultado esperado. Ya estaba cerca de su coche, cuando escuchó una voz llamándolo:
—Oye, Ellis. - Llamaste a Troy caminando hacia ti. El muchacho miró para los dos lados, pareciendo bien preocupado y entonces dijo: — Yo no quise hablar delante de mi madre porque tú sabes cómo ella es... Pero cuando salí de su casa, había un coche negro parado a pocos metros en la acera del frente.
— ¿Un coche negro? - Preguntó a Ellis más por sí misma que por Troy. Intentaba recordar a un vecino que tenía un coche negro alrededor.
— No es el tipo de auto que la gente de aquí maneja. Es el tipo de auto... el tipo de auto de esos tipos, Ellis. De los tipos con los que Jason andaba.
El discurso de Troy había traído el norte que Ellis buscaba para el próximo paso.***
Luciano "Lucky" Conti ese era el nombre del hombre que tiraba una carrera de cocaína por una de sus fosas nasales mientras observaba a sus bailarinas seducir a los clientes en su club de Stripe titulado "Lucky Gentlemen’s Club". A su alrededor había por lo menos cuatro hombres enormes y fuertemente armados, hasta porque él mismo hacía cuestión de decir que era capo, un jefe de la mafia. Pero, toda aquella escena de mafioso no asustaba a Ellis que dudaba siquiera que Luciano alguna vez había pisado en Italia. La joven de cabello castaño entró en el recinto con sangre en los ojos y fue directamente al espacio reservado a Lucky que no mostró ninguna sorpresa con la llegada de ella.
— Señorita Barker, ¿cuánto tiempo? - Dijo Lucky sonriendo con sus ojos vidriosos.
— ¿Dónde está mi hermano, Lucky? - ¿Dónde está mi hermano?
— Vacci piano, Signorina Barker. - Pidió Lucky alzando las manos hacia la joven.
—Sin esa cosa italiana encima de mí, Lucky! - Sacudió a Ellis mientras golpeaba la mesa, esparciendo el resto de la droga por todos lados.
Los hombres de Lucky rápidamente se movieron hacia Ellis que no movió ni un milímetro de donde estaba. Uno de ellos llegó a poner un arma en la cabeza de la morena que apenas lo miró, sería.
— Ragazzi, Tornate alle vostre posizioni... e Tutto Sotto controllo. - Continuó Lucky sonriendo para sus hombres. —Attenetevi al piano, Avete Capito?
Los hombres de Lucky se alejaron y luego volvieron a sus puestos, gradualmente. Lo que había apuntado a la cabeza de Ellis aún tenía su arma en la frente de la morena. Él sonrió hacia la joven, colocó el arma, como si esperara que Ellis flaqueara, pero ella continuó mirándolo sin pestañear.—Ezio... - Llamó a Lucky muy preocupado por el clima de tensión. — Déjala.— Haz lo que dice tu jefe. - Dice Ellis mirando al chico.
— Chica afortunada. - Habló el hombre antes de sacar el arma de la cabeza de Barker. Se acercó a su oído y le dijo: — Quiero ver hasta cuándo durará su suerte...
— Ezio, por favor. - Pediste a Lucky levantando los brazos y sacudiéndolos en el aire. — No hablaré dos veces...
—Sarai anche il proprietario del Quartiere, Luciano, ma non sei il Mio padrone. - Habló el hombre en italiano mientras regresaba a su lugar. Se volvió hacia Luciano y sostuvo en su hombro mientras sonreía, diciendo: — Sono qui solo per vedere se riesci a seguire Ciò che e Stato determinato.
Ellis observaba la escena, a pesar de la sonrisa entre los hombres, estaba bien claro que las cosas no eran bien como parecían. Había algo malo. Lucky se volvió hacia Barker y dijo:
— Vamos a mi oficina.
Él y su seguridad fueron al frente siendo seguidos por Ellis que ya imaginaba lo peor.
El cubículo que Lucky orgullosamente llamaba oficina apenas cabían tres personas, lo que obligaba a tres de sus hombres a quedarse fuera, Mientras Ellis se sentaba en una silla de hierro y Ezio y Lucky se posicionaban al otro lado de la mesa de madera que parecía que iba a estrellarse en cualquier momento. Lucky se sentó en su sillón que demostraba más espuma que el cuero negro que un día ya estuvo por completo allí. Haciendo una pose digna de dueño del local, él encaró a Ellis y reveló:— Tu hermano debe 500.000 dólares.— ¿Qué? - Gritó Ellis indignada con el discurso de Lucky. Ella golpeó en su pecho mientras lanzaba al italiano: — Yo vine aquí y pagué toda la deuda de mi hermano. Toda la droga que te debía y me diste tu palabra de que esos 40.000 dólares pagaban por el arresto de la policía. —Sí, lo recuerdo, Srta. Barker- Confirmó Lucky moviéndose en la silla. — ¿Su palabra ya no sirve, es eso? ¿Usted decide cuándo y cuánto cobrar? Hoy él debe 500 mil dólares y mañana él deberá
La madrugada sucumbía al amanecer y Ellis continuaba sentada en la puerta de casa esperando por un milagro. Un milagro sería que su hermano girara la esquina y viniera caminando muy despacio en su dirección ya con los hombros encogidos por saber que el sermón de Ellis Barker vendría sobre responsabilidad y horario. Ellis dejaba que las lágrimas se escurrieran mientras su mente mostraba aquella escena rutinaria de los hermanos.Entonces la joven de cabello castaño se limpió la cara y se levantó. Quedarse allí era demasiado tortuoso y ella necesitaba hacer algo, cualquier cosa.Ella entró en casa y decidió limpiar todas las habitaciones, mientras esperaba... Esperaba a la patrulla del Oficial Smith, o al jefe de Ezio que sin duda enviaría una respuesta que con certeza no era la que Ellis ansiaba. La casa quedó completamente limpia cerca del mediodía y nada del Oficial Smith y mucho menos del Jefe de Ezio, dejando a Ellis preocupada. Ella encendió la televisión para intentar distraerse,
Rocco condujo a Ellis por el comedor principal con azulejos que recuerdan los varios restaurantes retratados en películas de la mafia, hacia la mejor mesa del lugar, donde están dos hombres de esmoquin conversando, el que estaba sentado, la joven se recordaba muy bien. — Grazie Mille per averci Dato questo Tavolo dell'ultimo minuto, Mario. So che il tuo Ristorante e affollato. In ogni caso, ho avuto bisogno di pranzare con la mia fidanzata. - Dijo Vittorio al hombre de pie.—Siempre gli ordini, Don Vittorio. - Mario respondió estrechando la mano de Amorielle antes de caminar hacia otras mesas y saludar a sus clientes.Vittorio encaraba a Ellis que permanecía de pie mirando al hombre que probablemente era el culpable de todo aquello.— Siéntese, señorita Barker. - Pidió Vittorio extendiendo su mano hacia la silla que tenía el respaldo en forma de corazón delante de ella.Sin esperar respuesta de Ellis, Rocco tiró de la silla y empujó a la joven por los hombros obligándola a sentarse s
Ellis se sentó en su silla al mismo tiempo que Vittorio se metía en su esmoquin. De su bolsillo salieron su cigarro y su encendedor de oro marcado con sus iniciales. Él encendió el cigarro con tranquilidad y entonces saludó a Ellis que abrió los labios diciendo:— Entonces, ¿ahora vas a contestarme dónde está mi hermano? - preguntó Ellis.—Tu hermano está a salvo. - Respondió Vittorio antes de fumar su cigarro.— Lo que no me consuela en absoluto, pues hasta donde yo sé uno de sus matones dijo que picaría a mi hermano en mil pedazos. - Afirmó Ellis, irritada. Si había algo que ella no soportaba era humo y aquel hombre parecía fumar solamente para provocarla.—Ézio no es un matón. - Corrigió a Vittorio después de soltar el humo.—No me importa lo que sea. Lo único que deseo es a mi hermano... entero. Y no con todos los 500.000 pedazos que su matón dijo que haría de él.— Señorita Barker, siento mucho la forma equivocada como Ezio negoció con usted.— No quiero una disculpa, quiero a mi
— Barker, ¿qué haces aquí? - preguntó Smith mientras miraba a Jason, en una mezcla de sorpresa y rabia.— Hola , Oficial Smith. - Empezó a decirlo mientras se acercaba a la hermana y al policía. Él puso las manos por dentro de los bolsillos del pantalón y explicó: — Estaba durmiendo...— Usted debería estar cumpliendo su servicio comunitario y no durmiendo. -Dijo Smith aún más enojado con la respuesta del muchacho. — ¿Por qué no contestaste el teléfono ayer?— Como ya le expliqué ayer mismo, Oficial... - Interrumpió Ellis que ahora está parada al lado de su hermano. Ella lo abrazó mientras decía: — Ayer fue un día muy agotador para nosotros y preferí dejar descansar a mi hermano.Smith abrió los labios, pero después los cerró, dejando las palabras que serían proferidas presas en su garganta. Analizó los rostros de los hermanos Barker, por alguna razón esa narrativa no lo convenció en absoluto y ellos lo sabían. Ellis entonces estaba completamente seguro de que Smith sabía la verdad...
Vittorio llegó a su mansión y pronto fue recibido por la voz de su madre:— Vittorio, ¿eres tú?— Uno, dos, tres... - susurró Vittorio mientras observaba a la criada cerrar la puerta.Poco después el ruido del salto de su madre indicaba su aproximación. Ella apareció con una enorme sonrisa que indicaba que había tramado algo para su hijo durante su ausencia. Vittorio sonrió de nuevo y dejó su rostro ser tomado por los besos de bienvenida de su madre.— Hola, mamá. ¿Qué estás tramando? - preguntó el mafioso mientras sostenía los brazos de su madre.— ¿Tramando? ¿Es esa forma de hablar con tu madre? - Reprendió a Antonietta fingiendo estar ofendida con la pregunta de su hijo. Por fin sonrió indicando que el hombre tenía razón. Ella pasó la mano por el traje de Vittorio, arreglándolo mientras decía: — Giuseppe está en la oficina. Él vino a hacernos una visita...— ¿Vino a visitarnos, o a darme un consejo que yo no solicité? - ¿Preguntó Vittorio arqueando una de sus cejas. — ¿O usted lo i
Ni bien la puerta detrás de Rocco se cerró y Vittorio ya extendía su mano en dirección a su Capo, mientras ordenaba :— Dime, ¿cómo fue la entrega?— La entrega fue tranquila. La joven es bien... discreta. Por cierto, también podemos añadir que es bien asertiva. - Respondió Rocco poniendo un cuidado excesivo en sus palabras que llamó la atención de Don Vittorio que levantó la ceja en su dirección, demostrando haber notado que había algo más en el habla del Capo. Él respiró profundo y entonces continuó: — Cuando llegué a su dirección, nos encontramos con la policía frente a su casa.— ¿La policía estaba allí? - ¿Interrogó a Vittorio, sorprendido. — ¿Los llamó?—Creo que no, pero quizás el movimiento de las últimas horas ha despertado el interés del oficial de libertad condicional de Jason Barker. - Contestó Rocco mientras revisaba la galería de fotos de su móvil. — Según la información que obtuve de la matrícula del vehículo, el oficial que estaba allí es el Oficial John Smith.—¿No le
Jason estaba profundamente dormido mientras era observado por los ojos exhaustos de Ellis. Esta vez ella optó por no ir a trabajar y ni siquiera dormir mucho para que pudiera vigilar lo más posible a su hermano. A pesar de la promesa de Vittorio Amorielle, ella todavía temía por la vida de Jason que ahora se extendía, despertando de su sueño de los justos.— ¿No me digas que me miraste dormir toda la noche? - preguntó Jason, en serio.— No, no toda la noche. - Respondió Ellis mientras le entregaba una taza de café a su hermano. — Bebe y ve a vestirte, porque te voy a dejar en el centro comunitario y después voy a la comisaría.— ¿Qué harás en la comisaría? Smith llamó , o algo así? - preguntó Jason, preocupado.— Voy a buscar mi coche que dejé allí. Y por más increíble que pueda aparecer, nuestro teléfono no sonó ni una vez. - Dijo Ellis levantándose.— Tal vez esté de vacaciones, o algo así...—O eso ya puede ser la mano invisible de Don Vittorio, con su participación, él decidió saca