Capítulo 475
Salvador dio un par de golpes simbólicos en la puerta de la habitación antes de entrar.

—Alex, entro —avisó, y sin esperar respuesta, arrastró a Luciana hasta donde se hallaba Alejandro.

—Te traje tu “invitada” —anunció, sin ceremonias, mientras liberaba a Luciana con un empujón leve pero firme.

—¡Ah! —exclamó ella, al perder el equilibrio. Tropezó y cayó sobre la cama, aferrándose por reflejo al único punto de apoyo: Alejandro. Él la recibió con el brazo sano, rodeándola con rapidez.

—¿Estás bien? —preguntó con una sonrisa de satisfacción, sin disimular lo mucho que le agradaba tenerla de ese modo. Luego clavó una mirada furiosa en Salvador—. ¡Oye! ¡Ten cuidado! Luciana está embarazada.

Salvador arqueó las cejas con un gesto desinteresado.

—Bien, cumplí con mi parte. Ya me voy.

Empezó a dar media vuelta, pero se detuvo. Con un dedo señaló a Luciana:

—Casi lo olvido: estaba comiendo cuando me la traje, así que dudo que haya terminado. Puede que tenga hambre.

Sin añadir más, salió del c
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