El asombro se extendió por ambas familias.Carolina, mirando a la joven frente a ella, quedó tan impactada que tuvo que confirmarle una y otra vez: —¿Qué es lo que acabas de decir? ¿Embarazada de mi hijo?Karen, aunque nerviosa e insegura de las consecuencias, tenía que arriesgarse.Asintió: —Sí... ¡Estoy esperando un hijo del señor Rodríguez!Esta vez lo escucharon con claridad.Estaba embarazada de Mateo.Tomás y Ana quedaron asombrados. ¡El rápido del Mateo ya tenía entonces un hijo fuera del matrimonio! ¿Qué clase de vida llevaba su hija entonces con los Rodríguez?Carolina, sin embargo, se alegró. Aunque no fuera Camila la embarazada, cualquiera era mejor que Lucía. El niño llevaría la sangre de los Rodríguez.Si Camila, por su debilidad, no podía tener hijos, esta sería una solución.—¿En serio? —Carolina cambió de inmediato su expresión —. ¿ Cuántos meses tienes?Karen se sorprendió ante el interés de Carolina en su embarazo. Era más fácil de lo que esperaba.Pensó que necesitar
Lucía conocía muy bien a Carolina, sabía que decía todas estas tonterías para justificarse a sí misma.Ana pensaba quedarse callada, pero las palabras de Carolina la enfurecieron cada vez más: —¡Qué descarada eres! Tu hijo es infiel, ya tiene un hijo, ¡esto es adulterio!Carolina respondió: —¡No digas tonterías! Si tu hija no puede dar hijos, ¿no puede mi hijo tenerlos afuera?—¡Cierra la boca! —ordenó Mateo con frialdad.Carolina lo miró, notando asi su inseguridad, y se contuvo de inmediato: —Está bien, me callo. Estás muy débil, debes descansar en cama.—Hija, no hay más que decir, vámonos —dijo Tomás.Seguir hablando no serviría de nada.Mateo y Lucía cruzaron miradas por unos instantes, pero ella desvió su mirada de inmediato: —Sí, papá.Sin discutir más, se fue junto a Tomás sin mirar atrás.Mateo observó su figura que se alejaba con rapidez, sin apartar la mirada, pero sin decir palabra alguna para detenerla.—Mateo —Carolina intentó ayudarlo.Karen también se le acercó para sos
Carolina miró a Mateo, que se encontraba pálido en la cama.Si se había fijado en esta chica, significaba que aún no olvidaba a Camila.Eso facilitaba aún más las cosas.—Como Mateo está solo, ¿puedo quedarme a cuidarlo? —propuso Karen, con su atención fija en él.—De ninguna manera —rechazó Carolina, no quería que se quedara—. Estás embarazada, debes cuidarte. Vendrás conmigo a la casa de los Rodríguez, Mateo tiene quien lo cuide. Tú solo preocúpate por ti misma.Karen deseaba quedarse para cuidar a Mateo. Con Lucía desaparecida, quizás podría estrechar los lazos que me unían a él.Pero ante las palabras de Carolina, no puedo insistir: —De acuerdo.Su mirada revelaba su desesperación.Cuando Mateo se recuperará y volviera a casa, podrían verse con mayor frecuencia.Karen se aferraba a esa esperanza.Carolina pensaba en Camila. Con Mateo herido y la relación con Lucía rota, era la oportunidad perfecta para que Camila se acercara.Para ella, Camila era la única nuera que reconocía. De
—Tengo que irme ya mismo al hospital —dijo Camila.—¿Y qué hago yo con la filmación? —protestó el director, que nunca había visto a alguien abandonar el set de esa manera para ir al hospital.—Director, Mateo está hospitalizado herido. Estoy preocupada, solo quiero ir a verlo —explicó Camila.Después de escuchar de que se trataba de Mateo, y sabiendo que Camila había llegado por su recomendación, el director tuvo que ceder un poco.—De acuerdo, ve de inmediato —aunque tuviera que parar un día, solo podía aguantarse su disgusto.Camila se alegró; era un alivio no perder el papel por abandonar el set. Sonrió: —Muchas gracias director, cuando terminemos la filmación, Mateo y yo lo invitaremos a cenar.Se marchó al instante.Los otros actores comenzaron a quejarse..—Director, no puede retrasar toda la producción por una sola persona. ¡Mi madre está enferma y no he ido a verla! ¿Por qué ella sí puede?El director miró a las personas que estaban descontentas con esta situación y respondió c
Mateo no debía jugar con su salud por más enojado que estuviera.Pero no escuchaba a Javier, solo podía pensar en la figura de Lucía que se alejaba.¿Desde cuándo era ella quien le daba la espalda?—Llama a Lucía —ordenó Mateo con frialdad.Javier dudó más tiempo, sin entender las verdaderas intenciones de Mateo.Le sorprendía ver el matrimonio en ese estado.Ahora entendía por qué se habían casado en secreto.Antes pensaba que Lucía era reservada y que el señor Rodríguez respetaba su deseo de privacidad.Resultó ser un matrimonio sin amor.Qué lástima.Antes creía que el señor Rodríguez quería a Lucía, pero ahora se daba cuenta que no era asi.—Sí, señor Rodríguez —sacó su teléfono.Javier llamó a Lucía.En ese preciso momento, Lucía acababa de llegar a casa con sus padres.Tomás había insistido en salir del hospital, y como el médico dijo que la fractura no era grave, le permitieron marcharse del hospital.Después del escándalo en el hospital, guardaban silencio, evitando el tema par
—Señorita Díaz dice que está en el vestidor del lado izquierdo interior, que los empleados pueden buscarlo —informó Javier a Mateo.—¿Y el abrigo? El color camello —insistió Mateo..—Ese abrigo está colgado en el armario —respondió Lucía.—Ya no quiero el suéter, quiero un traje. Busca la corbata azul —respondió Mateo.—Hay muchas corbatas azules, ¿cuál quieres? —preguntó Lucía asombrada.—La de rayas verticales.—Está en la casilla veintiocho del organizador de corbatas —precisó Lucía.Para evitar más preguntas, decidió explicarlo todo: —Señor Rodríguez, los trajes y camisas, excepto los que están en la tintorería, están en el armario. Los empleados pueden encontrarlos con facilidad. La ropa de invierno está organizada por categorías en el vestidor, es fácil de encontrar. Las corbatas están juntas, una por casilla, clasificadas por color. No debería haber errores...Para cada cosa que Mateo mencionaba, Lucía tenía una respuesta inmediata.Abrigos, suéteres, incluso el patrón de cada c
—De acuerdo, gracias por la ayuda—dijo Javier de manera cortés, mirando a Mateo, cuyo semblante se había suavizado un poco, lo que le hizo sentir alivio.Lucía planeaba cenar con sus padres.Esa cena ya no sería posible.Vio a Ana preparando su cama y se le acercó y respondió: —Mamá, tengo que salir, no podré cenar con ustedes.—¿Pasó algo? —preguntó Ana.—Nada, solo asuntos de trabajo.Ana se acercó a Lucía: —Si quieres cambiar de trabajo, cambiemos. Hay muchos trabajos interesantes.Pensaba en el bienestar de Lucía.Después del divorcio, seguir al lado de Mateo sería muy incómodo.—Entiendo, mamá.Lucía también lo había considerado. Después del divorcio, no podría seguir junto a Mateo.Era mejor cortar los lazos que los unían a tiempo.Regresó a la casa de los Rodríguez.Al llegar, los empleados aún la saludaban con mucho respetuoso como "señora".Como si nada hubiera cambiado.—¿No encuentran el suéter? —preguntó Lucía mientras se quitaba los zapatos.La empleada, confundida, respon
Cuando vio que Karen intentaba tocar la cama, aunque su matrimonio estuviera roto, era la cama donde ella dormía y no le gustaba que otros la tocaran. Antes de que Karen la tocara, Lucía le agarró la mano: —¿Sabes cuál es el suéter?Karen se detuvo, pensando que era simple: —Solo es un suéter, yo también puedo llevárselo.Lo que Lucía podía hacer, ella también lo podía ser.—Si quieres ocupar este lugar, primero debes ver si estás calificada —dijo Lucía con insistencia mirando la cama—. Mateo tiene muy claro lo que le gusta y lo que no. Por ejemplo, con un suéter, diferencia si hoy quiere usar el blanco o el negro. Si no le gusta... puede ser muy desagradable.—¡No intentes asustarme! —Karen no le creía. La última vez también la había advertido, solo para desanimarla—. Hace frío, Mateo quiere ropa abrigada, solo necesita mantenerse caliente, no es tan exigente.Abrió una vez el armario.La ropa estaba perfectamente ordenada.Todo a la vista. De inmediato tomó un suéter grueso y escogi