Mario José dejó a su hermano menor en la clínica para que estuviese pendiente de su madre, él va a aprovechar este momento para regresar a la mansión y buscar a su padre ahora que la señora está dormida y que no se de cuenta. Pues, cuando ellos llegaron la primera vez a la casa, ni se les vino a la mente buscar a su papá, y es que al ver a su madre toda llena de golpes, ellos se preocuparon y se les olvidó todo.

Buscó a su padre por todo el interior de la casa pero no lo encontró, entonces bajó al sótano y revisó en el garaje para ver si su auto estaba allí, pero no fue así.

— ¡Maldit0 infeliz! —sabes muy bien lo que te espera verdad, y por eso has decidido huir de la casa. —Habló el muchacho refiriéndose a su padre con palabras de odio mezcladas con dolor e impotencia por no tenerlo frente a él. —Pero te juro por mi bella madre, que esto que le has hecho no se va a quedar así, me las vas a pagar y muy caro, aunque a mí me cueste la vida.

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Por otro lado, la señorita Ángela, está pr