Capítulo 22 —Bella durmienteNarrador:Massimo abrió la puerta con sigilo, equilibrando la bandeja con una destreza natural. El aroma del café recién hecho y del pan tostado impregnaba el aire, mezclándose con el leve perfume a jazmín que flotaba en la habitación.Se detuvo en la entrada, observándola.Nadia dormía profundamente, con el cabello esparcido sobre la almohada y los labios entreabiertos en una respiración pausada. La manta se había deslizado hasta su cintura, dejando al descubierto la curva de su hombro desnudo y parte de su espalda.—Joder. —Su cuerpo reaccionó al instante. Apretó la mandíbula y desvió la mirada, tratando de no pensar en lo increíblemente vulnerable que se veía así. Como si no hubiera pasado la noche debatiéndose entre su deseo y su sentido común. Como si no hubiera gemido su nombre en medio de la oscuridad. Avanzó lentamente, dejando la bandeja sobre la mesa de noche. —Nadia —murmuró con voz baja, inclinándose apenas. Nada, ni un movimiento. Sonrió con d
Capítulo 23 —La farsa acababaNarrador:Nadia dejó la taza de café sobre la bandeja y suspiró, pasándose una mano por el cabello aún revuelto por el sueño.—Antes de hacer cualquier cosa, tengo que ir a hablar con Angelina. No puedo simplemente desaparecer sin decirle nada.Massimo, que había estado observándola con una calma casi inquietante, inclinó la cabeza.—Por supuesto. Pero recuerda… no puedes decirle la verdad.Ella lo miró con el ceño fruncido, jugando con la servilleta entre sus dedos.—Lo sé. Odiaré mentirle, pero lo haré.Massimo sonrió apenas, con esa expresión de satisfacción felina que la hacía sentir como si estuviera jugando un juego cuyas reglas él ya conocía de memoria.—Eres una mujer de palabra. Me gusta eso.Nadia bufó y rodó los ojos.—No sé si eso es algo bueno o malo viniendo de ti.Él rió suavemente, apoyándose contra el respaldo del sillón con una confianza que la desconcertaba.—Créeme, Nadia… viniendo de mí, es lo mejor que podrías escuchar.Ella sintió u
Capítulo 24 —Círculos en la pielNarrador:La mañana era tranquila en la casa que Massimo consideraba su refugio. Había llegado temprano, queriendo aprovechar el día para hablar con el encargado de la remodelación y el paisajista que se haría cargo de los jardines. Sabía que Nadia aún dormía, así que decidió preparar el desayuno con calma.La cocina estaba iluminada por la suave luz del sol que entraba por los ventanales. Massimo, con las mangas de su camisa remangadas y la corbata aflojada, se movía con soltura entre los muebles, sirviendo café y cortando pan fresco. La simpleza de la escena lo relajaba de una manera que pocas cosas lograban. Tal vez porque, por primera vez en mucho tiempo, no estaba en una oficina, no estaba rodeado de gente esperando órdenes o mujeres buscando llamar su atención. Estaba en un hogar. Y en ese hogar estaba ella.Sonrió para sí mismo mientras batía los huevos para una tortilla. Escuchó el crujido de una puerta abriéndose y pasos suaves acercándose det
Capítulo 25 —Me encanta que elijas jugar conmigoNarrador:Doña Isabella entrelazó los dedos sobre la mesa con su elegancia habitual y sonrió con esa expresión que dejaba claro que lo que decía no era una sugerencia, sino una orden disfrazada de cortesía.—Entonces, esta noche cenarán en la mansión. Quiero conocer mejor a Nadia y, por supuesto, celebrar esta hermosa noticia en familia.Massimo se tensó ligeramente. Sabía que su abuela no daba puntada sin hilo, y que una cena en la mansión significaba un interrogatorio disfrazado de conversación amena. Su instinto le decía que debía negarse, que era demasiado pronto, que no quería exponer a Nadia tan rápido a la jaula de serpientes que era su hogar.Pero antes de que pudiera decir algo, sintió a Nadia moverse a su lado.—¡Eso suena maravilloso! —exclamó ella con una sonrisa que parecía perfectamente natural, aunque Massimo notó la ligera rigidez en su mandíbula.La miró de reojo. Nadia estaba jugando el papel a la perfección, incluso m
Capítulo 26 —El vestido azulNarrador:Massimo se quedó inmóvil en el umbral de la puerta, con la boca entreabierta y los ojos fijos en la figura de Nadia.El vestido azul eléctrico abrazaba su cuerpo con una perfección insultante, marcando cada curva, cada detalle de su silueta de una manera que lo dejó sin aliento. El escote sutil, pero peligroso, exponía la justa cantidad de piel para hacerlo maldecir internamente. La tela se deslizaba con elegancia por sus caderas y caía hasta sus muslos con un movimiento suave cada vez que ella se movía.Pero lo peo, o lo mejor, dependiendo del punto de vista, era la espalda.El diseño dejaba su espalda casi completamente al descubierto, con solo un fino par de tirantes que se cruzaban en la parte superior. Dios. Sintió un calor sofocante subirle por la garganta.La boca se le secó cuando la vio luchar con el cierre, intentando subirlo sin éxito. Sus brazos delgados se estiraban en un esfuerzo inútil, dejando a la vista la delicadeza de sus omópl
Capítulo 27 —El exámenNarrador:El coche se detuvo frente a la imponente mansión de los D’Amato. Las luces de la entrada iluminaban el camino, reflejándose en la fachada de piedra como si la casa estuviera esperando para devorarlos. Nadia tragó saliva. A pesar de su aparente calma, había algo en la solemnidad de aquel lugar que la hacía sentir como si estuviera cruzando la entrada de un mundo donde no pertenecía.Massimo apagó el motor del coche y se giró hacia ella. Nadia seguía con las manos sobre su regazo, jugando con sus propios dedos para ocultar lo nerviosa que estaba.—¿Lista?Ella exhaló con lentitud y asintió.—Tan lista como puedo estar.Él lo notó de inmediato.—Nadia… —su voz era grave, suave, casi hipnótica.Ella levantó la mirada y se encontró con sus ojos azules, más intensos que nunca bajo la tenue luz del coche.—¿Sí?Massimo esbozó una sonrisa ladina y alzó una mano, deslizando sus dedos por su mejilla con lentitud, disfrutando del contacto con su piel.—Estás herm
Capítulo 28 —Solo era cuestión de tiempoNarrador:La cena había concluido y Luca se puso de pie con una sonrisa relajada, estirando los brazos.—Ha sido un placer conocerte un poco mejor, Nadia —dijo, con un tono inusualmente sincero.Nadia sonrió con cortesía, aún sintiendo la tensión en sus músculos después de toda la velada.—El placer ha sido mío, Luca.Massimo observó la interacción con una ceja levemente arqueada. Luca, quien había sido el primero en sugerir que alquilara una novia, ahora parecía genuinamente encantado con Nadia.—Bueno, nonna, yo me retiro. Mañana tengo cosas que hacer temprano —dijo Luca, inclinándose para besar la mejilla de la anciana.Doña Isabella le dedicó un gesto con la mano, con una sonrisa satisfecha.—Vete, vete. Pero no olvides que el domingo tenemos la reunión familiar.Luca puso los ojos en blanco antes de despedirse de Massimo y Nadia con un asentimiento.En cuanto él se fue, la abuela suspiró y se puso de pie con lentitud.—Voy un momento al to
Capítulo 29 —El pijamaNarrador:Massimo cerró la puerta del dormitorio con un suspiro pesado. Se pasó una mano por el cabello, tratando de procesar lo que acababa de ocurrir. Su abuela los había acorralado, dejándolos sin escapatoria.Nadia, en cambio, permanecía de pie en el centro de la habitación, con los brazos cruzados sobre su pecho en un intento inútil de cubrirse. Solo tenía puesto aquel vestido azul eléctrico que tanto lo había deslumbrado en la cena, y ahora, en la intimidad de su habitación, parecía aún más revelador.—Esto es una locura —murmuró ella, mirando alrededor con la incomodidad reflejada en cada fibra de su cuerpo.Massimo se giró hacia ella, con una expresión indescifrable.—Sí, pero no tenemos alternativa.Nadia lo miró fijamente, sintiendo que el aire se volvía denso entre ellos.—No tengo pijama —soltó en un murmullo.Él deslizó la mirada por su cuerpo de forma lenta y deliberada, como si estuviera saboreando cada curva oculta bajo la tela.—Yo tampoco.El r