Armando Fernández Una semana después firmamos contrato con María, para la construcción de una clínica en Estados Unidos, promete visitarme en Milán, pero yo lo dudo. Paso muchas horas en el diseño en conjunto con José Luis, la verdad mi situación personal afecta mi desempeño laboral. Alejandra siempre está dispuesta a todo por mí, al finalizar la semana, voy con José Luis al almorzar en un centro comercial. cuando observo al frente del restaurante se encuentra una tienda de artículos y ropa para bebes, como en silencio y cada momento mi mirada se desvía hacia allá… Si pienso en ella todo el tiempo, no puedo pagar toda la vida por mis errores, desde que estamos juntos nunca he estado con otra mujer… El sexo si me hace falta, sueño todos los días con ella, sobre todo con esa última vez que me dejo colgado, ¡es una malvada!. Llevo una semana prácticamente libre, me levanto a las ocho de la mañana hoy es sábado… —Buenos días, señor.— Me saluda Katia en el comedor, mientras sirve
—Solo te interesa el dinero. — Me acusa. —Y la estabilidad de mi hijo, no quiero que por nuestras malas decisiones el sufra las consecuencias. — Le recalco, para que nos comportemos de la forma más civilizada posible. —Por Dios, ¡creí que yo te importaba!. — Exclama indignada, tiene los ojos brillantes. —Siempre vas a ser importante en mi vida, eres la madre de mi único hijo. — Digo tocando sin permiso su vientre plano, una corriente eléctrica me atraviesa, está más hermosa que nunca. — ¿No vas a luchar por nosotros?— Me pregunta, creí que me gritaría, me golpearía, ella es tan volátil últimamente. —¿Tiene algún caso?— Pregunto, ella se queda callada sin responder —Lo mismo pensé. — Digo asumiendo que llegaríamos a la misma conclusión. — ¿Y el bebe?— Pregunta ella. —Haremos lo mejor por él, es mejor estar separados a estar juntos y que nos vea discutir todo el tiempo, por tonterías, debemos procurar un buen ambiente para que él crezca feliz. — Le digo seguro, que esta es la me
Armando Ella estaba de espaldas, da media vuelta y me abraza tímidamente, sigo sin moverme, pero mi piel se eriza, ella me mira y yo evito el contacto con sus ojos, puede ser peligroso para mí. — ¿Me odias?— Lloriquea. —No podría. — Respondo, sin decirle que la amo y creo que nunca dejare de amarla. Ella lloriquea, sin decir una palabra más, se que tiene miedo tanto como yo. La abrazo con ternura y le digo—Nena no llores mas todo va a salir bien, lo haremos bien.— Susurro tratando de calmarla lo hace lentamente, hasta que se duerme entre mis brazos. La verdad no pensé tenerla nuevamente entre mis brazos, se siente tan bien que yo también me duermo, sería feliz si pudiera estar a su lado de esta forma, hasta que muera. Despierto de madrugada abrazado a Alexa, nunca pensé en algún momento estar nuevamente así...Sé que es algo temporal pero no deja de remover cosas dentro de mí. Me levanto con cuidado de no despertarla, para ir por algo de comer, la comida de la clínica es un asco
Armando Fernandez Lo que nunca nadie dice del amor es que es algo muy difícil de mantener, es decir, lo peor es que tampoco eliges a quien amar, si no todo fuese más fácil… Llevo dos semanas, cuidando a Alexa, solo voy a la empresa cuando se requiere cuando es ineludible, mi abuelo, manejo solo durante cuarenta años la empresa, por lo que unos meses más que lo haga no lo afecta en nada, además puede hacerlo con los ojos cerrados… Alexa ha comenzado a caminar poco a poco por su cuenta sin exagerar, el problema ocurre en momentos como ahora que me estoy bañando y entra completamente desnuda ¡que se quiere bañar conmigo! — ¿Por qué me torturas de esa manera?— Le pregunto, recorriendo todo su cuerpo con la mirada — ¿No quieres que me bañe contigo?— Pregunta haciendo un mohín con la boca. Sus senos están más llenos y tiene una pequeña panza, pero eso no merma en ningún momento mis ganas de ella El problema es que el doctor nos tiene prohibido el sexo, durante un mes, y solo despué
Armando Fernández Paso el mes, y el doctor sigue sin autorizar sexo con penetración, hemos hecho otras cosas pero no es igual, nunca me llamaron la atención las mujeres gordas o embarazadas, pero apenas Alexa aparece desnuda frente a mi babeo. El trabajo se ha acumulado un poco, con la situación de Alexa, no voy a permitir que trabaje ahora poniendo en riesgo a nuestro único hijo. — Señor es tarde debería descansar.— Murmura Alejandra entregándome un café. — Ya casi termino, te puedes ir.— Le respondo sin determinarla, ya no queda casi nadie en la empresa. — Se ve agotado, ¿puedo darle un masaje antes de irme?—Ofrece en un susurro casi inaudible. — Estoy bien.— Respondo tratando de guardar la distancia Es difícil trabajar con tu ex amante, se que ella estaría dispuesta a hacer todo lo que yo quiera, pero no voy a ser estúpido como para arriesgar mi matrimonio y él amor de mi vida por sexo, ya he tenido suficiente del sexo con otras y eso no me satisface, solo estar con Alexa
Armando Fernández —Han pasado casi dos meses, desde el día que Alejandra me drogo y ¡no hemos logrado descubrir nada!.—Me quejo con Alexa. —Tiene que haber algo, evidente que no hayamos visto ¡ella no es tan inteligente!.— Responde Alexa sentada en mis piernas en la oficina, comiendo su merienda, tiene cinco meses y la barriga apenas se le nota, ¡Pero ella se queja de estar gorda. —Le hemos vigilado día y noche, para saber de que se tratan los papeles que me hizo firmar, o a quien se los entrego necesitamos saber su próxima jugada, y no hace nada lo que me desespera..—Le digo a mi esposa, ya que no hemos buscado ayuda profesional. —Por otra parte, desde que Allan se separo de su esposa se volvió amante de Alejandra, esta alianza es tan sospechosa como peligrosa, el tipo tiene todo el poder del mundo. —Creí que por eso me dejaría en paz, pero me equivoque..— Le comento a Alexa mientras almorzamos —No, podemos bajar la guardia, en algún momento se va a equivocar.- Responde —Alla
Armando Fernández Apenas pisamos el aeropuerto Estados Unidos, Enviamos a Alejandra en taxi, no pudo disimular la mala cara…E inmediatamente es seguida por mi gente, en Milán estaba limitado pero acá en Madrid puedo mover con facilidad a mi sequito. Alexa me acusa de mantener muy cerca la gente de mi pasado, esa gente es de gran utilidad, incluyendo a varias de mi ex sumisas, con varias de ellas quede en buenos términos, algunas se casaron con mis amigos, yo en realidad no creía mucho en el matrimonio, sobre todo después que María me abandonara por culpa de mi abuelo. No puedo creer que este años después totalmente satisfecho y de acuerdo con la decisión que él tomo sobre mi vida. Otro en mi lugar nunca admitiría haberse enamorado de la que consideraba su peor enemiga y además usurpadora del lugar que me correspondía con mi abuelo. Viajamos hasta la mansión, ella duerme entre mis brazos con un rostro sereno como si no quebrara un plato, mientras el chofer se encarga de manejar y
Alejandra Pisar Estados Unidos, removió muchas cosas dentro de mí, mientras compraba unas cosas en el centro comercial, tratando de llenar mi soledad, miro un cuadro que me parece increíble. Mi ex, se pasea con mis hijas de la mano y están preciosas, el también se ve diferente, ¡tiene un cuerpo trabajado, que se le nota por encima de la ropa, hasta su estilo de vestir cambio…No lleva los lentes con los cuales ocultaba sus ojos bicolor, se ve seguro y feliz. Ríen por algo que dice la más pequeña, ni siquiera sé su nombre, — ¿Me compras un helado?— Escucho la voz dulce de Isabella, es idéntica a mí, su cabello rojo en ondas le llega a la cadera, ya tiene nueve o diez años… Cambie todo esto por Armando un hombre que nunca me quiso dar un lugar en su vida…Pero ser invisible para él termina hoy.— Pienso haciendo un puño de mis manos. ¿De qué sabor lo quiere?— Pregunta complaciente, Carlos esta bello, lleno de músculos que no tenía cuando me fui Armando nunca quiso tener hijos, no me