Luciana y Julien Torrenegro, se fueron a vivir a una hermosa mansión donde preparaban con mucha ilusión la llegaba de su bebé, le habían acondicionado un cuarto cerca de la recámara conyugal, lo habían pintado de amarillo, blanco y algunos pequeños lugares de rosa y azul, todavía no sabían que sería si niño o niña, estaban esperando con ansias la próxima ecografíaMilán, fue ganando un poco de peso, este se le fue a la barriga, el bebé ya estaba pesando normal y creciendo en buen tamañoLucien Black, estaba muy pendiente de sus dos futuros nietos, tanto Luciana, como Milán le habían llevado una foto de la ecografía, él las sostenía en sus manos estando de pie frente a la tumba de su abuelo, Lucano Black, hacía cinco años que había muerto, ¿de qué? simplemente su cuerpo se cansó y se deterioró, el CEO lo extrañaba muchísimo, había sido su padre, su guía, su maestro, había amado a sus hijos Angelo, Lucien y Luciana, más que su propio padre Robert Black— Abuelo he venido a verte, no está
Las palabras de Milán, quemaban como hierro en el corazón de Lucien, su tristeza, su dolor pero sobre todo su desprecio hacia él, lo estaba haciendo sacar el demonio interno que llevaba, Cecilia, Jamás debió haberlo provocado, ella jamás debió haber lastimado así a la mujer que amaMilán, se dió la vuelta y se fue del lugar corriendo, su mirada nublada por sus ardientes lágrimas no le dejaban ver bien y sin esperarlo cayó por unas escaleras que llevaban a la amplia cava de los Black, lastimando su vientre y provocándole un dolor insoportableLucien, quiso salir del cuarto pero Cecilia lo detuvo a su paso— Lucien, yo te amo, te acepto tal como eres incluso con tu problema en la pierna, ¿por qué te casaste con esa insignificante mujer? es bella sí, pero yo soy mucho más hermosa... Lucien, yo puedo darte hijos, déjala, quedaré conmigo — Cecilia, subió sus brazos al cuello del CEO, quiso volver a besarlo, creía que con seducirlo con su cuerpo él no se iba a pode resistir a sus encantos,
Después de haber tenido que dejar a Milán en manos de los doctores, Lucien, se lamentaba, aunque no era su culpa por qué jamás había engañado a Milán, se culpaba por qué estaban pasando su amada y su hijo, veía todo en rojo, quería venganza y llevarla a cabo con sus propias manos, sentía que se volvería locola figura imponente de su entrajado padre se hizo presente, el frío Lucien, se arrojó a sus brazos como cuando era pequeño y solo en los fuertes brazos de su padre se sentía a salvo, solo que en esta ocasión no había nada que calmara su profundo dolor e inmensa preocupación— ¡Papá, el bebé, creo que no va a sobrevivir, Milán estaba sangrando tanto! no puedo perderlo no a él ni a mi esposa, siento que muero lentamente , sin ellos yo... no soy nada — No voy a mentirte Lucien, las cosas se ven demasiado graves, pero debes ser fuerte, es tu deber ser la fortaleza de Milán, en caso de que pierda al niño, ella va a necesitar de ti— Milán dijo que yo estaba muerto para ella, creyó que
El alma me ha regresado al cuerpo después de que los médicos lograron salvar a mi bebé y a mi esposa, sé que todavía siguen en peligro y eso no hace más que enfurecerme y volver mi sangre lava, fue muy estúpido e incompetente al permitir que Cecilia, permaneciera en la mansión de mis padres mientras mi boda con Milán, se llevaba a cabo, creí que tenía claro que solo había sido una de mis amantes y que no teníamos más nada que un buen sexoDeje al pendiente a mi hermano Angelo, de mi mujer, está diligencia tenía que hacerla, no puedo dejarla de lado, Cecilia, tiene que pagar por haberse pasado de lista, por su culpa mis dos amores están sufriendo, quiero matarla, hacerla pedazos, pero eso sería demasiado piadoso, lo que se merece es la tortura, desear la muerte y no tenerlaLlegó a mi penthouse donde mis hombres tienen a la obsesionada mujer en una de las habitaciones, ella grita que la dejen ir, que es la mujer de Lucien Black, todavía no se cómo carajos es que de verdad se creé eso,
Al día siguiente Angelina y su dominante esposo estaban a media mañana en el hospital, ahí encontraron a su hijo que seguía en la sala de espera, él estaba enviando unos correos Venían a relevarlo pero lo mucho que pudieron hacer es convencerlo de que fuera a comer algo y tomara una ducha, Milán no despertó en todo ese día hasta ya casi al anochecer— Yo... ¿dónde estoy? ¿qué me pasó? — ella quiso levantarse pero una enfermera se lo impidió, la joven estaba tratando de entender que estaba pasando, se podía escuchar el ruido de las máquinas, unas estaban conectadas a ella para monitorear al bebé, las demás eran de otros pacientes que también se encontraban en estado crítico— No se levante señora Black, su estado es delicado, no puede hacer ningún movimiento brusco, el bebé aún está delicado, por favor ayúdenos con eso— ¿Qué...? ¿cómo está mi hijo? no quiero perderlo, ¡tienen que salvarlo! — Milán, tenía una intravenosa puesta, en ella además del suero había una pequeña bolsa de sang
Angelo, poco a poco fue calmado a Milán, hasta que se quedó dormida, ella lo tenía tomado de la mano, era como si fuera su salvador y su ancla, lo que debía ser su hermano Lucien en estos momentos, solo que la joven embarazada no quería verlo ni en pinturaAl poco rato Angelo, salió a informar a la familia lo que había sucedido — ¡Angelo! ¿cómo está ella y el bebé? ¿la viste? ¿ya se encuentra mejor? — Lucien, bombardeaba de preguntas a su hermano menor, la ansiedad que tenía por ver a su esposa lo estaba carcomiendo— Si, la ví, efectivamente Milán, estaba en crisis... por ti, lloraba amargamente por tu supuesta traición y por las palabras que Cecilia le dijo— ¿Qué? ¿de cuáles palabras habló ella? — Lucien, seguía preguntando, quería saberlo todo— ¡Pues de que a ella le hacías el amor toda la noche, que solo ella era dueña de tu deseo! Milán, me dijo que a ella solo le haces el amor una sola vez, que no te gusta tanto como Cecilia — habló Angelo, un poco apenado por qué sus padres
Todo parecía ir tranquilamente en el día a día de la familia Black - Di Monti, aunque Milán dejara que los hombres de Lucien la cuidaran, a él no le permitía acercarse, era Angelo quién salía de madrugada de su mansión, para ir a buscarle un antojo a su cuñada, el bebé ya estaba fuera de peligro, así que solo se dedicaba. a consentirlo al igual que a la madre Por la madrugada Lucien, recibía una llamada de su hermano— ¿Qué pasa Angelo? ¿por qué me llamas a estas horas? ¿Milán está bien y el bebé? habla hombre— Ellos están bastante bien, tanto que me han despertado para que les lleve una pizza de la pizzería que queda del otro lado de la ciudad al parecer tu glotón hijo se despertó con hambre, y aunque los adoro, ¡es tiempo de que ya cumplas con tus obligaciones de padre! ¡el bebé es tuyo! ¡tú eres el que debes andar conduciendo con un ojo abierto y desvelado por las madrugadas complaciendo los antojos de tus bendiciones!— ¡Sabes que he hecho hasta lo imposible por acercarme a Milá
Angelina y Lucien Black, llegaron poco después a preguntar por el estado de Luciana, su única hija mujer y la princesa de su hogar, pero se encontraron con que el bebé ya había nacido, era una preciosa, idéntica a sus padre, el CEO Torrenegro, estaba más que feliz, su hija lo tenía embebecido, ya la amaba con desbordado amor— Buenas noches, Torrenegro ¿dónde está Luciana? ¿cómo se encuentra ella? — el preocupado padre Lucien Black, de inmediato preguntó por su princesa— Ella está bien señor Black, los doctores están terminando de atenderla para traerla a la habitación, a la nena ya la revisaron y me la entregaron para que la cuide mientras su mamá llega — aclaró Julien, a sus suegros— Déjame conocer a mi nieta, es una nena, Lucien, nuestra primera nieta, ¿lo puedes creér? es tan bella y tan pequeñita — Angelina cargaba a la bebé con todo su amor, le dió unos besitos en sus cabellos apenas visibles, apenas podía creer que estaba cargando en brazos a la hija de su Luciana— Préstamel