Cap. 96: Cabezas calientesDerek estaba en la entrada al jardín, allí despedía a su hija cada mañana cuando esra se iba al colegio. —¡Hasta pronto, papi! —Derek sintió que su corazón se arrugó al verle los ojos rojizos y cansados.—¡Feliz día hija!Cuando iba a entrar en la casa vio a Jérémie entrando al jardín y lo siguió, estaba cortando florecillas.—Buenos días Jérémie, ¿y esas flores?—¡AY! Señor Derek! Me sobresaltó—Aquél hombrecito rollizo puso su mano graciosamente en la boca y dio un saltito volviéndose para verlo—. Buenos días. Es que mi novia está de cumpleaños hoy y le voy a preparar un pastel de colores con estas florecillas que a ella le encantan.Derek no se sorprendió por el modo tan excesivo de expresarse de aquél hombre, pues todos los franceses eran así, pero sí que le extrañó su mirada efusiva.—¡Hum! —Tarareó Derek.—Por cierto, quiero pedir su permiso para salir un momento y desayunar con ella y mi hijo esta mañana, ¿puede ser? Prometo que regresaré temprano.
Cap. 97: Una pequeña manchaDerek llegó a la oficina, pero al pasar frente a Emma esta lo miró sorprendida.—Buenos días, doctor. ¿Y ese cambio de look hoy? Hacía mucho tiempo que no venía a la oficina tan…—¿Tan qué? —Preguntó medio en broma, aunque muy serio.—Tan guapo, tan sexy y además, trae una cara radiante, ¿qué acontecimiento lo puso así? —Derek entrecerró los ojos, mirándola incrédulo—. Y de paso, su llamada de esta mañana es sospechosa, ¿Qué seria eso inesperado que dijo que le sucedió para ausentarse toda la mañana? ¿Será un perfume de mujer?Derek negó moviendo su cabeza y sonriendo ladeado.—No sabes las que he pasado, anoche acompañé a mi hija a hacer una asignación y hoy mi hija defendió la defendió en el colegio, delante de todos los papás y de verdad eso me llenó de regocijo. Así que hoy puedo asegurar que los hijos dan tantas emociones y grandes satisfacciones —Emma sonrió.—Pues, en ese caso, lo felicito. Ese rostro es el de un padre que ha cumplido su deber po
Cap. 98: Guantes de cocinaDerek llamó a una de las cocineras a su despacho. —Siéntese —la mujer con las manos entrelazadas se sentó frente a él—. ¿Usted vio a Jérémie antes de irse?—Sí, señor. El entró apresurado y fue a su habitación, la señora Marlene entró detrás de él con un papel en la mano. Derek frunció el ceño.—¿Está segura de que Marlene habló con él.—Claro que sí, cuando yo estaba en el jardín la vi por la ventana. Los dos estaban conversando en la cocina. Después ella le tiró un papel que él recogió y lo metió en su bolsillo. Luego se fue con su maletín del uniforme.Derek levantó una ceja.—Estás segura de que era Marlene.—Claro que sí señor, los vi a los dos parados uno frente al otro.—Gracias, puedes retirarte.Derek subió a su habitación y después de ducharse fue a la habitación de Berit. La niña estaba ensayando con un Ula Ula de colores.—Hallo papi. Mira, ya casi lo aprendo a jugar —Derek frunció el ceño.—¿Y eso? ¿De dónde lo sacaste?—Papi, olvidas que
Cap. 99: PimientosAquella noche Derek regresa a casa, su madre lo está esperando en el salón, al entrar este, ella esta sorbiendo sus mocos y pérdida en un mar de llantos. Derek apenas la mira y sigue directo al ascensor, pero ella corre tras él.—Estoy muy dolida contigo Derek, no entiendo cómo es posible que tú hayas puesto a ese chef por encima de mí.Derek presiona el botón y detiene el ascensor.—Por favor bájate madre, no estoy de humor para tus ratos de dramas baratos.—Derek, ¿cómo te atreves?—O te bajas o llamo a un seguridad para que lo haga a la fuerza.El ceño del hombre estaba unido y su mirada de piedra.Marlene reculó y salió corriendo a sollozos escandalosos.Derek después de ducharse y estar listo, entró al salón de ejercitación, el fisioterapeuta lo esperaba junto al médico de este.Después de ponerse de acuerdo con las terapias el médico se despidió y mientras caminaba al salón se tropezó con el gordito Jérémie.Al verlo frunció el ceño.—Oh, disculpa. No te vi.
Cap. 100: Él quiere alejarme de tíEl médico especialista de la clínica Wolf llegó con la ambulancia, pero ya Derek había aplicado el tratamiento apropiado, sin embargo se tomaron las muestras de sangre para hacer las correcciones alimenticias de Marlene.Derek junto a la enfermera se quedaron al lado de la paciente, Jérémie les llevó varias veces café y otras galletas o tortas con chocolate. Lo cual mantuvo despierta y conversando a la enfermera con el chef, mientras que Derek saltaba su mirada del uno al otro oyéndoles, pero él no aceptó ninguno de los bocadillos que el chef amablemente le ofreció. La enfermera se durmió apenas el alba llegó.Derek se dirigió a Jérémie—Puedes irte a descansar, Marlene esta fuera de peligro y se le oye respirar bien…—No me iré de aquí hasta que no vea a la señora Marlene pegarme tres gritos, porque sé que eso es lo que hará en cuanto despierte.—No es tu culpa lo que pasó —Derek apretó los labios en horizontal—. Pero ya que estás aquí, aprovecha
Cap. 101: Alguien másDerek se devolvió y espero en la entrada a la habitación donde estaba su madre. Pero cada vez que recordaba las palabras de su hija al chef le confundía más.«Cómo pudo decirle “sé que ¿quieres? a mi papi”. No, debo estar confundido» Enseguida vio a su hija llegar con un plato de frutas recortadas en una figura que parecía un gran oso. Derek sonrió cuando Berit le dijo:—Papi, no quiero que Jérémie se vaya, mira esto tan lindo y sabroso. Mira él me está enseñando a recortar las frutas así de lindas —Derek le miró los ojos a su hija y vio ese brillo de admiración y de sentirte orgullosa por lo que estaba haciendo—, y no me mires así que él me da los cuchillos para niños, así que no me cortaré… Papi, él también me dijo que si tú quieres él me ayuda con mis deberes en casa. ¿Tú crees que puede ser?—Si tu quieres te contrato a una profesora para que venga cada día, ¿quieres?Berit lo miró con sus labios fruncidos.—¿No confías en Jérémie? ¿Crees que le puso eso
Cap. 102: Agenda ocupadaAl llegar a la oficina Derek estaba muy decaído, pero terminó de decaerse al ver el rostro ensombrecido de Aby. Sin embargo su mentón seguía en alto.—Buenos días —saludó y tomó su bata y el estetoscopio—. Estaré en la sala de urgencias esta tarde.Aby lo miró de reojo. Estaba serio y con expresión hosca.—Hallo! —dijo escuetamente. Tenía sobre su escritorio una gran cantidad de papeles por lo que Derek observó ello y se quedó frente a ella, quien levantó su cara y le miró interrogante.—¿A qué se debe tantos papeles?—Estoy organizando un plan de negocios para este año. El doctor Ritter vio el pre y le gustó.—¿Acaso olvidas que soy yo quien debe aprobarlo?—A usted ni lo veo aquí, parece que su agenda está muy ocupada, doctor.—Eso te digo yo a ti Aby, tienes varios días que llegas demasiado tarde o sencillamente no vienes.—Tengo un hijo y un marido a quienes atender antes de salir de casa —Derek apretó las reposabrazos—, así que disculpe, yo no estoy
Cap. 103: Planes malvadosDerek se despidió, incluso antes de que Aby se fuese. Ella estaba en la habitación de los niños con su hijo dormido al lado de Solmari, los miraba por la ventana, sus ojos humedecidos.—Ojalá entiendas de una vez quienes te quieren realmente Derek Wolf… Ojalá.***Derek se levantó a medianoche y con un pálpito en su corazón revisó la refrigeradora, algo que no acostumbraba a hacer jamás y sin siquiera estar seguro de que buscaba allí. Miró de un lado a otro y hurgó apartando envases y oliendo preparados contenidos allí, sin embargo no logró llegar a las estanterías altas, donde se guarda lo que debe estar a más altas temperatura. Hasta donde pudo revisar no encontró nada que le hiciera tener ideas raras o sospechas de algo inusual.Se quedó con ganas de revisar los gabinetes altos y las repisas, pero no tuvo otra opción que salir, sólo que divisó una sombra que se acercaba a la cocina y rodó rápidamente hasta debajo de la encimera, donde por su silla entraba