Los primeros rayos del sol entraron de lleno, impactándose contra su rostro con descaró, anunciando la llegada de un nuevo día. Estrujó los ojos con toda la fuerza posible, su cabeza estaba a punto de estallar, todo le daba vueltas y los síntomas eran similares o peores a los del embarazo. Odiaba con todo su ser la resaca, había bebido de más la noche anterior, contó con la compañía de Karina e inclusive, podría aventurarse a decir que generaron un vínculo.Habituó su mirada a la luz que se colaba por la ventana, vaya manera de despertar. Tomó asiento al borde de la cama, buscando entre los cajones una caja de pastillas que apaciguara el incesante dolor de cabeza. Bebió el agua de golpe, un vano intento por apaciguar la sed. Buscó su ropa, yacía tendida en el suelo. Depositó la camiseta de Edmond en el cesto de la ropa sucia, se desplazó hasta el baño donde aspiro a recomponer un poco su aspecto demacrado. En cuanto estuvo lista, abandonó la habitación, escuchando una amena conversaci
Con el paso de los años, Violette se aferraba a su filosofía respecto a las fiestas; No estaba hecha para la opulencia de estas. Desde pequeña, por el trabajo de sus padres y el mundo donde se movían, era arrastrada a formar parte de los convites más lujosos y extravagantes de la alta sociedad.De vez en cuando disfrutaba de las reuniones pero no estaba acostumbras a ellas.Su padre, con motivo del aniversario número veinte de la empresa, decidió que era justo y necesario celebrarlo a lo grande. Varios años de trabajo lo llevaron a obtener todo con lo que alguna vez soñó, todo gracias a Prymesis y asociados.Antoine no escatimo en gastos, al contrario, rentó todo el salón de un reconocido hotel para llevar a cabo el festejo. Estaba claro que toda la lista de socios estaría presente, incluyendo a sus familiares. Su padre tendría la oportunidad de forjar esas alianzas y su madre, de encontrarle un marido adinerado.Resopló agobiada. Yacía oculta en una de las esquinas del salón. No podí
Los dos continuaron hablando, adentrándose en temas personales. Llevaban conociéndose una década, no les parecía difícil generar confianza. Eugene habló con firmeza sobre sus sueños, deseaba convertirse en un empresario exitoso, así como su padre. Luego de subir el primer peldaño llegaría el momento de encontrar una mujer y formar una familia. Violette sonrió durante todo el relato al percibir la ilusión del chico en su mirada, después de todo, los dos no eran tan diferentes como lo pensaban. Eventualmente llegaría el turno de Violette, relató paso a paso ese meticuloso objetivo a largo plazo. Eugene se sorprendió al escuchar que desistiría de la empresa familiar, ella argumentaba no estar moldeada para el ajetreado mundo de los negocios, obviamente, Sasha no vio esto con buenos ojos y Antoine aguardaría con todas sus ansias el momento en el que Violette cambiara de opinión.El barullo en el salón comenzó a tornarse insoportable, educadamente Eugene lanzó la propuesta de salir a tomar
El estilista no dejaba de rondar alrededor de ella. Se aseguraba de hacer lucir a Violette como una princesa. Llevaba horas invirtiendo paciencia y dedicación al peinado y el maquillaje de la novia. Satisfecho con el maquillaje y el complicado peinado, sonrió ampliamente, girando la silla de la peli-negra para contemplarse en el espejo.Podría asegurar que deshacer la monumental obra maestra llamado “updo” le llevaría toda la noche, sumándole a esto las extensiones que le otorgaron otro largo a su cabello, sería un martirio irse a dormir con un sinfín de pasadores y el cabello enmarañado. Sus fanales esmeralda resaltaban gracias a la perfecta combinación de sombras y pestañas postizas, todo era balanceado en la novia, ni muy dramático ni muy sencillo, la compaginación exacta se representaba en ella.No tuvo más tiempo para contemplarse. La habitación estaba atiborrada de mujeres, ahí se encontraba su madre y algunas tías, dispuesta a ayudar a la novia en lo que fuera necesario, otras
—No, no acepto. — Sentencio con determinación. Escuchó como algunos contenían la respiración y otros comenzaban a murmullar a sus espaldas. — Lo lamento, Eugene, no puedo hacerlo. — Entrelazo sus manos con las del castaño, contemplándolo firmemente. — En verdad te amé pero ahora…algo cambio entre nosotros. No estoy segura de querer estar contigo y creo que tu también sientes lo mismo, puedo sentirlo. ——Violette ¿Qué está pasando?— cuestionó su madre, acercándose a la pareja junto a su padre y Clarence Da Silva. Nadie entendía lo que estaba sucediendo, todo era tan melodramático. ——Dime si estoy en lo correcto, de lo contrario, te ruego que me perdones pero esto no será justo para ninguno de los dos. ——Violette, coincido contigo pero nuestra relación dejo de funcionar hace mucho tiempo atrás. Forzamos todo esto que perdió el encanto. — Murmuro Eugene, contemplando la ínfima sonrisa que surcaba los labios de la aludida. ——Eugene, será mejor que vuelvas ahí y cumplas con tu obligació
—Voy a contártelo pero ambos debemos ser sinceros.— Condicionó.— También pasa algo contigo…te has resguardado muchas cosas desde la aparición de Lemaire.— Violette no respondió, solo se limitó a terminarse la cerveza y recurrir a otra.——Han acontecido muchas cosas desde ese día. — Murmuro resignada. — Pero comienzas tú. —Eugene volvió a beber. Confesar su infidelidad era más complejo de lo que imaginaba. Exhaló con fuerza, cerrando los ojos y permitiendo que la brisa bañara su rostro en un suave movimiento.—Mantuve un affaire con mi socia, Teresa. Es inadecuado que justifique mi falla o intente aparentar que nada sucedió. Antes de la ceremonia me llamó, diciendo que está esperando un hijo mío. — La confesión estaba a la orden del día. Sentía como un peso disminuya sobre sus hombros. Contempló la expresión de Violette, claramente todo la tomaba por sorpresa que ni siquiera sabía cómo reaccionar. —¿Te refieres a que te acóstate con ella mientras aun salíamos?— Cuestionó molesta. Eug
Deliberadamente, tomo sus valijas y salió de la habitación. Subió el elevador, recibiendo un par de miradas indiscretas y curiosas al ver a la novia fugitiva honrándolos con su presencia. Violette no presto mucha atención, necesitaba llegar a casa lo antes posible. Descendió con dificultad del artefacto de metal, caminando con elegancia hasta la recepción, donde la chica, amablemente, acepto su salida, pidiéndole educadamente que registrara la hora y sellara aquello con una firma.Buscó las llaves de su auto entre la enorme bolsa sobre su hombro. Al encontrarlas, sonrió triunfante y desactivo la alarma, lanzando las maletas en la cajuela y tomando asiento en su respectivo lugar. Olvidaba lo complejo que se tornaba la simple acción de manejar cuando utilizaba tacones. Era demasiado tarde para detenerse en la carretera y sustituir los hermosos zapatos de marca por unos más cómodos. Ya tendría tiempo de hacerlo en la próxima gasolinera.Aceleró un poco, rememorando todo lo acontecido en
De regreso a su lugar de origen, Violette yacía en una estadía temporal gracias a las vacaciones de verano del internado. Su padre había insistido con vehemente persistencia traerla de regreso a Paris, al menos durante el periodo vacacional.El verano era la época preferida de la peli-negra. Independientemente de la infernal temperatura, amaba la temporada de festivales, los cuales tendría oportunidad de presenciar. Establecida en una de las tantas casas que le pertenecían a su familia, Violette, un tanto aburrida opto por emprender una travesía hacia la biblioteca. Su padre pasaba las tardes en la oficina, la importante compra de una empresa requería el tiempo de Antoine, al menos mientras se efectuará el trato, en cuanto a su madre, Sasha pasaba las mañanas confinada en el selectivo grupo de la alta sociedad, donde acudían a desayunar a los mejores restaurantes de la ciudad, visitar spas, ir de comprar o rara vez organizar eventos de caridad.Decidida, contemplo el techo durante lar