Vernon…
No podía dejar de pensar en esa chiquilla, trate de refugiarme en el trabajo pues tenía muchísimo pendiente. Las demandas contra Mariel Lamberts estaban siendo cada vez mas agresivas. Videos, fotos, acusaciones falsas, en fin. Son muchísimas cosas con las que tenía que lidiar.
He estado tras el rastro de Angel, pero es difícil, parece que se esfumo de la faz de la tierra. Ni siquiera Margaret aparecía lo que me dejaba sin pistas que seguir, sin como encontrar a esa maldita.
Desde que Vanessa apareció en mi vida ha borrado por completo los sentimientos que tenia por Margaret, aunque lo negara no podía mentirle a mi mente y mi cuerpo.
— ¿Señor? — escuche a Vincent llamarme, parpadee simulando estar concentrado.
— ¿Sí? ¿Me llamaste? — frunció el ceno y me entrego una carpeta con los casos que ver&iacu
— Señor, yo solo sigo sus peticiones. No me atrevería a tener nada con ella — expreso Brent, al menos confiaba en mi gente.— Llévala y si sucede algo, me llamas. Estaré cerca — asintió y salió detrás de ella.Esperaba hablar con ella y expresar lo poco que sentía. Podíamos ser amigos y comenzar a cortejarla… ¿Le gustaran las flores? ¿Los restaurantes caros o económicos? De verdad me sentía como un adolescente.Brent me llamo diciendo que la Vanessa estaba tardando un poco con su tesis, decidí ir yo mismo por ella así que le pedí que se regresara a la mansión. Acelere mi Lamborghini a todo lo que daba y en menos de 5 minutos llegue. No me percate de las miradas que recibía yo solo quería encontrarla y justo mire lo que menos desea, ella siendo besada por alguien más, pero… me alegre cuan
Vanessa…La confesión de Vernon me dejo perpleja, no sabia que decir al principio y realmente tenia miedo. Siempre quise que algún chico me confesara de esta forma sus sentimientos, pero, no me imagine posible que fuera alguien como el que es ocho años, mayor que yo… ¡Joder! ¿Qué me pasa? ¿Me gusta a mí también?« Pues claro que sí, disfrutaste de tenerlo entre tus piernas y no solo eso fantaseaste con el… » ¡Cállate no digas esas cosas!, me reprendí a mí misma.— ¿Qué dices Vanessa? ¿Lo intentas conmigo? — pregunto mirándome con ojos suplicantes, no sé qué hacer.— ¿No crees que somos de mundos diferentes? Es decir… soy una pobre chica que cayo en una trampa por necesidad… y tu me compraste. Literalmente.— Vanessa, s
— Vernon… explica… Aaah — no me dejo continuar pues puso su miembro en mi entrada, frotándolo sin la menor decencia, haciéndome vibrar al instante. — Shh nena, después hablamos de todo lo que quieras saber… es hora de la practica — lentamente se introdujo en mi cavidad, lo sentía llenarme completamente. — Auch… — musite cuando un ligero dolor se hizo presente. — ¿Te duele amor? — abrí los ojos y note que me observaba con ternura y preocupación… me dijo amor… — Yo… — no supe que decir en ese momento, estaba muy conmovida. Ya no tenia duda de lo que sentía por él, mi amor era real… y quizás el de el igual — duele un poco… — mis ojos se cristalizaron y desvié la mirada. — No llores mi amor, no quiero verte triste. — No estoy triste solo… nadie me había dicho así — me sonrió y beso mis lágrimas. — te quiero Vanne, de eso estoy seguro — volvió a moverse lentamente. Miro mir gestos y se detuvo, no se por que me dolía. — si quieres me detengo
Vernon… Sali de la mansión junto con Vanessa directo a mi casa, donde estaba mi hija Helena. No sabia si estaba siendo brusco o si debía esperar tiempo, pero quería hacerlo bien con ella, podía sentir que ella me quería, que aceptaba cada parte de mi ser y aunque había cosas que aun no le he dicho sobre mí, espero que pueda amarme aún. — ¿No estas nervioso? — la escuche preguntarme mientras manejaba el auto. — Nena, no debes estar ansiosa. Helena ya te conoce, es mas te adora — miraba como frotaba sus manos y sostenía sus mangas. — Vernon es que… ¿Y si no me quiere? ¿Y si llora por…? — entendí su pregunta, aunque no la dijera completamente, creo que debo explicarle la situación con mi hija. — Vanessa… — estacione el auto en la lateral de la carretera y prendí las intermitentes — creo que nunca te explique nada sobre mi vida. — De hecho, no Vernon — me miro a los ojos confundida — no se mucho de tu vida y prácticamente tu
— ¿Te parece si nos mudamos juntos? — le pregunte a la mujer entre mis brazos después de hacerla mía hasta el cansancio, no me podía controlar con ella. Era como una adicción para mí.— Pues… creí que ya lo hacíamos. Digo desde hace 4 semanas estamos viviendo juntos… — me dio un leve golpe en mi frente y reímos juntos.— Me gustaría conocer a tus padres… — abrió los ojos ante la sorpresa, incorporo tapándose con la sabana esos increíbles senos que tanto adoro saborear.— Yo… no sé, me fui tan abruptamente y no he contestado muchos de sus mensajes. Supongo que están enojados conmigo… — me senté y la jalé hacia mí, quedando los dos recargados en la cabecera.— Podemos ir un día y hablar con ellos. Ya eres adulta, además quiero hacer
Vanessa «Vamos Vanessa, no seas tan tímida… es solo una llamada… ¿Te harán algo? No, son tu familia y estarán encantados de recibirte… de escucharte…» me decía a mi misma mientras miraba el celular en mi maño. Llevo una semana trabajando con Vernon y debo decir que amo su despacho. Ha estado insistiendo en que llame a mis tíos, pero la verdad el miedo me invade. Los deje sin la menor decencia, prácticamente escape de ellos algo que no se merecían. De hecho, es más culpa la que siento que otra cosa, ellos me han dado todo ¿Y yo? Solo penumbras. — ¿Te sucede algo Dumont? — escucho la voz de mi jefe inmediato algo molesto. — No, solo estaba intentando llamar a alguien Sr. Cazares — no se por que me mira con algo de rencor, es extraño, muy extraño. — No crea que por su “Amistad” extraña con el jefe puede salvarse de seguir los lineamientos… — En ningún momento estoy rompiendo alguna regla Señor, que yo sepa cada dos horas
Vernon… — ¿Qué tanto piensas? — mire a Vanessa como se había quedado mirando a la ventana del baño, estaba sentada en la tina mientras el agua caliente caía sobre su cuerpo. — En como mi vida cambio en unas semanas, no me quejo, pero, es extraño — me quite la ropa y entre a la tina sentándome detrás de ella. — ¿Te arrepientes? ¿Sientes que vamos muy rápido? — pregunte pegando su cuerpo contra el mío. Recargue mi cabeza en su hombro haciendo a un lado su cabello. — No, solo tengo miedo de lo que pueda venir mas adelante — entendía sus inseguridades pues el también las sentía. Pero esperaba que su amor fuera mas fuerte que la tormenta. — Estaremos bien, lo prometo — dije con seguridad. — No hagas promesas que no puedas cumplir después Vernon, no sabemos que nos depara el futuro. Pero intentemos hacerlo bien — la mire un tanto vacilante, sus palabras eran acertadas, pero no hallaba la causa de ellas. — Lo haremos bien, la
VanessaMe quede mirando el celular después de que Vernon me colgó, no sabia que estaba pasando. Las voces que escuche y el claro tono de voz en que su secretaria se lo dijo debió haber sido algo de suma importancia. Suspire resignada y preocupada, espero que Vernon no me falle.— ¿Qué tanto piensas hija? — estaba en la sala frente a la ventana mirando el jardín de mi tía cuando mi tío se acercó.— Nada tío, cosas que me llenan la cabeza — lo mire tratando de ocultar mi preocupación.— Mi niña siéntate, hay algo que quiero hablar contigo — sentí como si el alma se me fuera del cuerpo, trate de disimilarlo cuando me sonrió y me indico el asiento a su lado.— Claro tío…— Oye, parece que viste un fantasma ¿Cuándo he sido malo contigo? — su tono divert