ARYADebería ganarme el premio a la mejor mentirosa del planeta, en especial porque acabo de negarme a que odio a Dominic, cuando en realidad todo este tiempo también lo he estado observando desde lejos, pensando en que algún día esto pasaría, Dominic no tiene control sobre sus instintos, y eso lo compruebo al llevarme a su departamento, ni siquiera sabía que tenía uno aquí, en Londres. —Dominic —susurro. Sus manos no han dejado de tocar mi cuerpo, en estos momentos están sobre mis nalgas, las cuales apretuja a su antojo. —¿Qué haces? —inquiero nerviosa. Él me lleva hasta su habitación, donde una vez dentro, cierra con pestillo, como si temiera que fuéramos interrumpidos cuando está claro que vive solo y que nadie debe tener la copia de las llaves, no es que sepa que es real, es solo que no es la clase de personas que le gusta tener visitas. —Quiero y voy a hacerte mía. Como si sus palabras fueran un balde de agua fría, es cuando me doy cuenta del peso de mis palabras, en especi
DOMINICCuando Arya me dice que su padre ha despertado, me encuentro preparado para enfrentar a Morgan Shaw. Ella es mía, sé que las malditas cosas no van a ser sencillas a partir de ahora, me importa poco, nadie nos va a separar, mucho menos ahora que ella ha aceptado ser mía. La miro con ese brillo en los ojos, uno que solo tiene cuando me ve a mí, y aunque sé que se trata de su padre y no de alguien más, siento celos, quiero ser el único en su vida, la única razón por la que ella tenga esa sonrisa estúpida en el rostro. Muevo mi cuello con estrés cuando subimos al auto, ella se coloca con ansias el cinturón de seguridad, no enciendo el motor del auto, me quedo callado y en silencio. —¿Sucede algo? —inquiere con el ceño fruncido. —Bésame —demando.Ella se muerde el labio inferior, comienzo a creer que debo decirle que deje de hacer eso o de lo contrario tendré que follarla aquí mismo. —Ahora.—¿De verdad quienes tiempo para esto? Mi padre ha despertado —se remueve inquieta sobr
ARYAObservo con nítido enojo a mi padre, quien está sobre su cama, apenas ha despertado y me alegra verlo mejor, con tanta energía, pero no me gusta que exponga así a la persona que acabo de elegir, ¿de verdad acabo de pensar en eso? Joder, se supone que Dominic es el innombrable, y ahora he aceptado ser suya, una especie de relación tóxica y posesiva, no está bien, lo sé, lo tengo muy claro, sin embargo, él siempre ha estado ahí para mí. Dominic está al otro extremo, sentado en una silla, sosteniendo una bolsa de hielos pequeña, misma que se coloca sobre el labio inferior, ambos se asesinan con la mirada, y mi madre está a su lado, tocando sus hombros para mantenerlo en su sitio por si se le ocurre irse en contra de Dominic. —¿Cariño? —la primera en hablar es mi madre, su mirada hacia mí es tan dulce, que mi mal humor y confusión se esfuman casi de inmediato—. Creo que nos puedes explicar bien qué es lo que pasa entre Dominic y tú. Dom, se pone de pie casi de inmediato, mi padre
ARYASaliendo del hospital, soy un mar de lágrimas, cuando escuché esas palabras de papá, del hombre que me ha cuidado durante todos estos años, quien es mi héroe, solté la mano de Dominic para luego salir corriendo, no me detuve incluso cuando gritaba mi nombre y la gente a nuestro paso se nos quedaba viendo, me dirijo al estacionamiento, solo que antes de poder tener la oportunidad de siquiera llegar al auto, Dominic me rodea por detrás y detiene mi paso. —No vuelvas a hacer eso —pide en tono gélido—. Cuando diga que te pares, lo haces, ¿entendido?No respondo, por lo que me lleva hasta el auto y me susurra al oído. —¿Entendido? No hay nadie alrededor, lo que me hace más difícil el poder controlar mis emociones, más cuando siento que el corazón me lo acaba de romper, el hombre que jamás imaginé que lo haría, Morgan Shaw es cruel, lo había escuchado de la gente, no lo creí, hasta ahora. —Deja de llorar, tu padre no hablaba en serio —comienza a besarme el cuello—. Lo que habló fue
ARYAMe encuentro en los brazos de mi madre, quien no deja de mimarme y de llenarme de pequeños besos, en la cien. Mientras mi padre camina de un lado a otro con los ojos llenos de llamaradas, para ser un hombre que acaba de salir de un coma y del Hospital, se encuentra bien. Me alegro, no es mal plan, solo que no puedo dejar de admirar con firmeza al hombre que ha sido mi héroe. —Tranquila, bebé —me susurra mamá. Entre sus brazos siempre me he sentido protegida, sé que nadie puede con ella, ni siquiera papá, ella es su debilidad, es por ello que cuando le disparó a Dominic, le quitó el habla. —Dominic estará bien —trata de hacerme sentir mejor. Y es que ni siquiera me importa lo adolorido que tengo el coño, o lo irreal que está siendo el que mis padres nos hayan visto en aquella situación, de hecho, por mucho que esté enfadada con papá, no me atrevo a mirarlo a la cara. —Recogeré mis cosas —digo.—No —mamá levanta mi mentón—. Este no es un buen momento para hacerlo, cariño. —¿
ARYAComienzo a desempacar mis maletas, el regresar a casa fue por petición de mamá, según sus palabras, era lo único que podíamos hacer para que mi papá no se le fuera encima a los golpes a Dominic, el problema es que no me preocupaba él, sino papá, podría matarlo y causarle un dolor grande a mamá. De cualquier manera, me muerdo el labio inferior, porque desde que la señora Knight y Rita llegaron, me da mala espina. Quise matarlas por haber interrumpido, de cualquier modo, sonrío al ver el anillo que rodea mi dedo, no importa lo que suceda o haga, simplemente él es mío y de nadie más, ¿desde cuándo sueno tan desesperada? Joder. Termino y me doy una ducha de agua caliente, es lo mejor en estos casos, pero al final, ni eso me funciona. Le mando un mensaje de texto que no me responde y eso me hace enfadar, no me apetece salir tampoco de la habitación, ya que las probabilidades de encontrarme con mis padres, son enormes, no estoy de ánimo para escuchar sermones o regaños por parte de p
DOMINICHablar con mi madre es agotador, y es que Andrea Knight, tiene la energía de un caballo y de carreras pero el veneno de una víbora letal cuando de defender algo se trata, traerla aquí luego de que Rita hiciera su espectáculo, fue para alejarlas de Arya, antes de que dijeran algo que la pudiera ofender o poner a pensar. Morgan es un imbécil, sin darse cuenta, trajo más a mí a su amada niña, que ahora es mi mujer, pensar en ella de esa manera hace que la cabeza me estalle, pensando en todas las posiciones en las que la quiero ahora que la folle de nuevo, mi polla incluso concuerda con eso. —Bien, las dejaré aquí —rompo el silencio cuando llegamos a casa de mis padres. Rita no ha dejado de mirarme como si fuera un desconocido, eso es lo que soy y eso es lo que debe comprender, tratarme como a su superior no solo es su obligación, sino, una necesidad, porque no existe mujer en mi mundo que no sea mi Arya. —Hijo, no tienes que irte aún —habla mi madre—. Necesitamos hablar. —¿S
ARYATodo es confuso a mi alrededor, cuando despierto, me encuentro en la habitación de un hotel, la cabeza me duele e intento incorporarme, pero me detengo en seco al notar que mis manos están atadas con unas esposas, una mano en cada lateral de la cabecera, el miedo comienza a invadirme, recuerdo cada cosa. —Zac —susurro.La puerta del baño se abre y sale él, con su porte de hijo de perra, sabía que no dejaría las cosas así, el problema es que no pensé que fuera tan pronto. Sus ojos están llenos de una rabia tan palpable, que me eriza la piel. —¿En dónde estamos? —inquiero con temor. Normalmente, estando en otro tipo de situación, no tendría miedo, sin embargo, por cómo me encuentro, no puedo ni pensar bien ni hacer nada por defenderme, él me tiene atada de manos. No dice nada, su silencio no es buena señal. —Zac —insisto.Creí que con lo sucedido antes, dejaría las cosas como estaban, por una temporada en lo que encontraba la manera para detener esto. No es así. —Zac, ¿por qué