ARYASaliendo del hospital, soy un mar de lágrimas, cuando escuché esas palabras de papá, del hombre que me ha cuidado durante todos estos años, quien es mi héroe, solté la mano de Dominic para luego salir corriendo, no me detuve incluso cuando gritaba mi nombre y la gente a nuestro paso se nos quedaba viendo, me dirijo al estacionamiento, solo que antes de poder tener la oportunidad de siquiera llegar al auto, Dominic me rodea por detrás y detiene mi paso. —No vuelvas a hacer eso —pide en tono gélido—. Cuando diga que te pares, lo haces, ¿entendido?No respondo, por lo que me lleva hasta el auto y me susurra al oído. —¿Entendido? No hay nadie alrededor, lo que me hace más difícil el poder controlar mis emociones, más cuando siento que el corazón me lo acaba de romper, el hombre que jamás imaginé que lo haría, Morgan Shaw es cruel, lo había escuchado de la gente, no lo creí, hasta ahora. —Deja de llorar, tu padre no hablaba en serio —comienza a besarme el cuello—. Lo que habló fue
ARYAMe encuentro en los brazos de mi madre, quien no deja de mimarme y de llenarme de pequeños besos, en la cien. Mientras mi padre camina de un lado a otro con los ojos llenos de llamaradas, para ser un hombre que acaba de salir de un coma y del Hospital, se encuentra bien. Me alegro, no es mal plan, solo que no puedo dejar de admirar con firmeza al hombre que ha sido mi héroe. —Tranquila, bebé —me susurra mamá. Entre sus brazos siempre me he sentido protegida, sé que nadie puede con ella, ni siquiera papá, ella es su debilidad, es por ello que cuando le disparó a Dominic, le quitó el habla. —Dominic estará bien —trata de hacerme sentir mejor. Y es que ni siquiera me importa lo adolorido que tengo el coño, o lo irreal que está siendo el que mis padres nos hayan visto en aquella situación, de hecho, por mucho que esté enfadada con papá, no me atrevo a mirarlo a la cara. —Recogeré mis cosas —digo.—No —mamá levanta mi mentón—. Este no es un buen momento para hacerlo, cariño. —¿
ARYAComienzo a desempacar mis maletas, el regresar a casa fue por petición de mamá, según sus palabras, era lo único que podíamos hacer para que mi papá no se le fuera encima a los golpes a Dominic, el problema es que no me preocupaba él, sino papá, podría matarlo y causarle un dolor grande a mamá. De cualquier manera, me muerdo el labio inferior, porque desde que la señora Knight y Rita llegaron, me da mala espina. Quise matarlas por haber interrumpido, de cualquier modo, sonrío al ver el anillo que rodea mi dedo, no importa lo que suceda o haga, simplemente él es mío y de nadie más, ¿desde cuándo sueno tan desesperada? Joder. Termino y me doy una ducha de agua caliente, es lo mejor en estos casos, pero al final, ni eso me funciona. Le mando un mensaje de texto que no me responde y eso me hace enfadar, no me apetece salir tampoco de la habitación, ya que las probabilidades de encontrarme con mis padres, son enormes, no estoy de ánimo para escuchar sermones o regaños por parte de p
DOMINICHablar con mi madre es agotador, y es que Andrea Knight, tiene la energía de un caballo y de carreras pero el veneno de una víbora letal cuando de defender algo se trata, traerla aquí luego de que Rita hiciera su espectáculo, fue para alejarlas de Arya, antes de que dijeran algo que la pudiera ofender o poner a pensar. Morgan es un imbécil, sin darse cuenta, trajo más a mí a su amada niña, que ahora es mi mujer, pensar en ella de esa manera hace que la cabeza me estalle, pensando en todas las posiciones en las que la quiero ahora que la folle de nuevo, mi polla incluso concuerda con eso. —Bien, las dejaré aquí —rompo el silencio cuando llegamos a casa de mis padres. Rita no ha dejado de mirarme como si fuera un desconocido, eso es lo que soy y eso es lo que debe comprender, tratarme como a su superior no solo es su obligación, sino, una necesidad, porque no existe mujer en mi mundo que no sea mi Arya. —Hijo, no tienes que irte aún —habla mi madre—. Necesitamos hablar. —¿S
ARYATodo es confuso a mi alrededor, cuando despierto, me encuentro en la habitación de un hotel, la cabeza me duele e intento incorporarme, pero me detengo en seco al notar que mis manos están atadas con unas esposas, una mano en cada lateral de la cabecera, el miedo comienza a invadirme, recuerdo cada cosa. —Zac —susurro.La puerta del baño se abre y sale él, con su porte de hijo de perra, sabía que no dejaría las cosas así, el problema es que no pensé que fuera tan pronto. Sus ojos están llenos de una rabia tan palpable, que me eriza la piel. —¿En dónde estamos? —inquiero con temor. Normalmente, estando en otro tipo de situación, no tendría miedo, sin embargo, por cómo me encuentro, no puedo ni pensar bien ni hacer nada por defenderme, él me tiene atada de manos. No dice nada, su silencio no es buena señal. —Zac —insisto.Creí que con lo sucedido antes, dejaría las cosas como estaban, por una temporada en lo que encontraba la manera para detener esto. No es así. —Zac, ¿por qué
ARYAMe congelo, está loca, demente, esa clase de pensamientos son los que se cruzan por mi mente cuando logro reaccionar. Ella está parada frente a mí, con una actitud diferente a la que mostró hace un par de días cuando nos conocimos. —¿Qué haces aquí? —pregunto cerrando la puerta a mis espaldas. Lo que menos necesito en estos momentos es que alguien se dé cuenta de su presencia. Mucho menos Dominic. —Si vienes a buscar a Dominic… —No, es contigo con quien quiero hablar —saca algo de su bolso, una hoja doblada color durazno. ¿Acaso es una niña pequeña? Me la tiende y la agarro con desconfianza. —¿Qué es esto? —frunzo el ceño. Quiero hablar contigo, pero no aquí, en la cafetería del centro. —No, gracias, ya tengo suficiente de cafeterías —me niego. —Habrá gente ahí, no te pasará nada, es importante, si es que crees conocer bien a Dominic ve ahí a las once de la mañana —ajusta la correa de su bolso—. Me parece que te darás cuenta de quién es en realidad Dominic Knight. Y dic
ARYAHan pasado dos días desde que encontré a Dominic besando a aquella chica, no me ha buscado, por lo que deduzco que ya no está interesado en mí, aquella misma noche en la que papá aceptó mandarme a estudiar lejos, me quité el anillo que me había dado, dejándolo guardado en uno de los cajones de mi cómoda, donde nadie más lo va a encontrar. Pero que mamá se lo dará, en caso de que venga. He asistido a la Universidad, solo para arreglar los papeles de mi traslado, cuando les comenté a Roger y a Zelina lo sucedido, entendieron mis razones, fuí una idiota al haber creído en él, ahora, comenzaré de cero en Dublín, Irlanda, donde está una de las mejores escuelas de baile y en donde estoy segura de que podré alejarme lo suficiente de Dominic. Las reglas del juego cambiaron, él ha ganado esta guerra, pero no me voy a derrumbar solo porque un idiota con aires de grandeza, me folló para después mandarme a la mierda. De cualquier modo, termino de cerrar el casillero, he sacado gran parte d
ARYASe ha vuelto loco, eso es lo primero en lo que pienso cuando las palabras de Dominic toman peso, me molesto y me incorporo. —Estás demente —exclamo llena de rabia—. Tengo que irme de aquí. —No te vas a ningún lado, si la besé y fingí eso es porque necesito más pruebas para lo que tengo que hacer. —¿Y piensas que mientras me voy a quedar esperando, viendo cómo te besas con otra y finges ser su novio? Olvídalo —bufo—. No pienso formar parte de tu juego enfermo y es mi última palabra. Recojo mis cosas y me voy directo al baño, colocando el cerrojo, es que parece que desperté de una pesadilla para meterme en otra, una en la que al parecer Dominic no se niega a ser el villano de la historia, me remojo la cara con agua fría y luego salgo, él se encuentra sentado en una de las orillas de la cama, a modo de anciano sabio, como siempre lo he pensado. —¿Tan fácil abandonas todo? —me pregunta en un tono de voz que denota todo, menos lástima. Respiro hondo. —Escucha, Rita fue quien me