ARYASe ha vuelto loco, eso es lo primero en lo que pienso cuando las palabras de Dominic toman peso, me molesto y me incorporo. —Estás demente —exclamo llena de rabia—. Tengo que irme de aquí. —No te vas a ningún lado, si la besé y fingí eso es porque necesito más pruebas para lo que tengo que hacer. —¿Y piensas que mientras me voy a quedar esperando, viendo cómo te besas con otra y finges ser su novio? Olvídalo —bufo—. No pienso formar parte de tu juego enfermo y es mi última palabra. Recojo mis cosas y me voy directo al baño, colocando el cerrojo, es que parece que desperté de una pesadilla para meterme en otra, una en la que al parecer Dominic no se niega a ser el villano de la historia, me remojo la cara con agua fría y luego salgo, él se encuentra sentado en una de las orillas de la cama, a modo de anciano sabio, como siempre lo he pensado. —¿Tan fácil abandonas todo? —me pregunta en un tono de voz que denota todo, menos lástima. Respiro hondo. —Escucha, Rita fue quien me
DOMINICArdor. Eso es lo que siento en estos momentos, mismo que remueve toda la mierda que llevo dentro, observo a mi padre salir de su oficina y solo tengo ganas de aniquilarlo, por su culpa, por su estúpida forma de pensar y actuar, es que Arya está en un jet privado rumbo a Irlanda, a una maldita escuela de baile. Morgan y Megan deben ser demasiado ingenuos para pensar que la pueden alejar de mí, no es así, solo estoy aflojando la cadena, más no la he soltado, muevo el cuello con estrés y me acerco. Meterse con la mafia italiana fue un error, creer que yo podía arreglar su asunto, fue el segundo peor. —Hijo —me llama cuando me divisa. Son las ocho de la noche, meto las manos a mis bolsillos y diviso que al otro lado de la esquina, ya está esperando un auto negro. —¿Qué haces aquí? ¿Te mandó tu madre para celebrar? —me da una palmada en la espalda. Al no ver una reacción y notar mi ceño fruncido, carraspea con nerviosismo. —¿Sigues enfadado por lo de la hija de Morgan? Tranq
ARYAUn año, ha pasado un año desde que me fuí de casa para seguir adelante con uno de mis sueños y grandes pasiones, el baile, es lo único que me llena de vida y mi salvación en todo este tiempo. Papá y mamá a veces vienen a visitarme, aunque lo han hecho pocas veces desde que la empresa ha subido su estatus y fama, nos va bien a todos. Las clases son duras, aunque puedo con ellas. No he hecho muchos amigos, debido a que aquí la gente se toma muy en serio la competencia, el único amigo que tengo, es Tyler, quien se ha convertido en el blanco de muchas chicas, debido a su apariencia física, rubio y de ojos azules, suena tan cliché. —¿Saliste temprano? —me pregunta mientras se levanta de uno de los últimos escalones de la entrada principal, en el que estaba sentado—. Pregunto lo obvio. Suelto una risita. —¿Acaso me estabas esperando? —entrecierro los ojos. —Sí, como siempre —responde con una sonrisa. Cuando lo veo fijamente como hasta ahora, me hace preguntar por qué no me pude h
ARYAEl aire se comprime en mis pulmones, siento frío todo mi cuerpo, de pronto, los recuerdos del pasado galopan con furia en mi memoria y todas la emociones que creía muertas y enterradas, renacen, mi estúpido corazón palpita con rabia, no me puedo mover y mi garganta se cierra cuando intento hablar. —Me ofendes, Arya —comienza a caminar hacia mí—. ¿Acaso no me extrañaste? Intento pensar rápido, estoy a varios metros de distancia de donde se escucha el revuelo por el accidente, por lo que aunque gritara, lo más probable es que Dominic acortara el espacio para cubrirme la boca e impedir una huída, una pérdida de tiempo. Por lo que recurro a todo el valor acumulado y cierro los puños. —¿Qué haces aquí? —logro articular. —¿No es obvio? Vine por lo que me pertenece —en menos de un pestañeo ya lo tengo sobre mí, rodeando mi cintura. Su calor se filtra por mi ropa, llegando a mi piel, una sensación vagamente familiar me avasalla y reprimo el chillido que quiere salir de mi boca, cuan
ARYAMe quedo estática, no sé qué hacer ni que decir, o cómo actuar, el ver a Tyler intentando incorporarse, con el labio partido y brotándole sangre por la boca, hace que piense que ha sido mala idea todo esto, el haberme dejado. —Arya —dice Tyler poniéndose de pie. —¿Por qué no le dices lo que me has dicho? —le pregunta Dominic. El aire que se respira es hostil. Ambos se miran de un modo desafiante. —Dijo que eras una puta, Avery —Dominic rompe el silencio—. Me preguntó si ya te había convertido en puta. Trago grueso y observo a Tyler. —Eso es mentira —replica—. Me conoces, sabes que jamás te diría algo así. Tiene razón, Tyler nunca ha dicho algo así de nadie. —Vámonos —le digo a mi amigo. —¿Acaso no has escuchado lo que te dije? —Dominic rechina los molares. —Lo que escucho es a alguien que solo quiere joder, déjame en paz y deja de inventar cosas de Tyler, que a diferencia de ti, él si es un chico por el que vale la pena luchar —arguyo arrepintiéndome de mis palabras en
ARYATermino de beber mi quinto chupito y me siento más relajada, Tyler ríe, bebe conmigo aunque arruga su expresión cada que lo hace, no le gusta el sabor amargo, solo lo hace porque es un buen amigo. Esa es la clase de chico de la que debería estar enamorada, pero no, en lugar de gustarme el príncipe, me gusta el sapo. Me he obligado la siguiente hora a no voltear a verlo. Hago un enorme esfuerzo casi sobrehumano. Al final, lo busco con la mirada más discreta que tengo hasta que lo localizo. Veo que a lo lejos se acerca a Carla, le dice algo en el oído y ella ríe, ambos comienzan a subir las escaleras que llevan a la zona VIP, donde hay habitaciones para follar.Trago grueso, la música desaparece, el mundo a mi alrededor también. Mi pecho duele, sin decirle nada a Tyler pese que a lo lejos logro escuchar que me pregunta a dónde voy, me pongo de pie y me aparto para seguirlos, tengo que verlo con mis propios ojos, de ese modo podré sacarlo de mi cabeza y arrancarlo de mi pecho. Me
ARYADominic deja caer al suelo la bolsa de la farmacia que sostenía en las manos, Tyler se pone en plan rígido, no comprendo por qué ahora se comporta de ese modo tan hostil, cuando en el pasado no fue así, es como si estuviera tratando a otra persona y no a la destinada a ser mi compañero de baile. La tensión del cuerpo de Dom, es suficiente como para hacerme saber que algo va a hacer. —No sabía que… —Es mía —lo interrumpe Dominic. Trago grueso y hago lo que tengo que hacer al colocarme a su lado. —Escucha, no vuelvas a hacer eso —le digo a Tyler—. Dominic es mi prometido. Mi corazón late con fuerza al pronunciar esas sencillas palabras. El peso que se forma hacen que todo se sienta como si decir aquello, me llenara de orgullo, aunque Tyler no comparte la misma opinión. —Bien —responde luego de un largo silencio—. Si eso es lo que quieres, lo respeto. Se dirige a la salida y Dominic no se quita del camino, por un momento creo que los dos van a comenzar con alguna rencilla, p
ARYA—¿Qué haces aquí? —inquiero con cautela, posicionándome detrás de Dominic. De soslayo observo su reacción, no parece sorprendido, pero sí molesto con su presencia. Carla saca su móvil y lo mueve frente a mí. —Él me ha llamado —contesta en tono dolido. —¿Por qué? —esta vez me dirijo a él. Dominic me lanza una mirada desafiante, luego suelta un suspiro lleno de exasperación y me da su móvil. —Ella me ha estado mandando mensajes, no entiendo cómo es que consiguió mi número, le llamé porque quiero que sepa que mi relación contigo es lo más serio que se puede imaginar, no soy de los que necesita demostrar algo a alguien, pero sí creo que es mejor dejar las cosas claras —arguye tan seguro de él mismo. —¿No pudiste quedarte solo con Tyler? —me reclama Carla sin haber prestado atención a las palabras que soltó Dominic—. Sino que ahora es esto. —¿Disculpa? —me indigno. —Quieres a todos para ti sola, no puedes simplemente tomar lo que te apetece y luego dejarnos nada —chilla con mi