ARYAUn año, ha pasado un año desde que me fuí de casa para seguir adelante con uno de mis sueños y grandes pasiones, el baile, es lo único que me llena de vida y mi salvación en todo este tiempo. Papá y mamá a veces vienen a visitarme, aunque lo han hecho pocas veces desde que la empresa ha subido su estatus y fama, nos va bien a todos. Las clases son duras, aunque puedo con ellas. No he hecho muchos amigos, debido a que aquí la gente se toma muy en serio la competencia, el único amigo que tengo, es Tyler, quien se ha convertido en el blanco de muchas chicas, debido a su apariencia física, rubio y de ojos azules, suena tan cliché. —¿Saliste temprano? —me pregunta mientras se levanta de uno de los últimos escalones de la entrada principal, en el que estaba sentado—. Pregunto lo obvio. Suelto una risita. —¿Acaso me estabas esperando? —entrecierro los ojos. —Sí, como siempre —responde con una sonrisa. Cuando lo veo fijamente como hasta ahora, me hace preguntar por qué no me pude h
ARYAEl aire se comprime en mis pulmones, siento frío todo mi cuerpo, de pronto, los recuerdos del pasado galopan con furia en mi memoria y todas la emociones que creía muertas y enterradas, renacen, mi estúpido corazón palpita con rabia, no me puedo mover y mi garganta se cierra cuando intento hablar. —Me ofendes, Arya —comienza a caminar hacia mí—. ¿Acaso no me extrañaste? Intento pensar rápido, estoy a varios metros de distancia de donde se escucha el revuelo por el accidente, por lo que aunque gritara, lo más probable es que Dominic acortara el espacio para cubrirme la boca e impedir una huída, una pérdida de tiempo. Por lo que recurro a todo el valor acumulado y cierro los puños. —¿Qué haces aquí? —logro articular. —¿No es obvio? Vine por lo que me pertenece —en menos de un pestañeo ya lo tengo sobre mí, rodeando mi cintura. Su calor se filtra por mi ropa, llegando a mi piel, una sensación vagamente familiar me avasalla y reprimo el chillido que quiere salir de mi boca, cuan
ARYAMe quedo estática, no sé qué hacer ni que decir, o cómo actuar, el ver a Tyler intentando incorporarse, con el labio partido y brotándole sangre por la boca, hace que piense que ha sido mala idea todo esto, el haberme dejado. —Arya —dice Tyler poniéndose de pie. —¿Por qué no le dices lo que me has dicho? —le pregunta Dominic. El aire que se respira es hostil. Ambos se miran de un modo desafiante. —Dijo que eras una puta, Avery —Dominic rompe el silencio—. Me preguntó si ya te había convertido en puta. Trago grueso y observo a Tyler. —Eso es mentira —replica—. Me conoces, sabes que jamás te diría algo así. Tiene razón, Tyler nunca ha dicho algo así de nadie. —Vámonos —le digo a mi amigo. —¿Acaso no has escuchado lo que te dije? —Dominic rechina los molares. —Lo que escucho es a alguien que solo quiere joder, déjame en paz y deja de inventar cosas de Tyler, que a diferencia de ti, él si es un chico por el que vale la pena luchar —arguyo arrepintiéndome de mis palabras en
ARYATermino de beber mi quinto chupito y me siento más relajada, Tyler ríe, bebe conmigo aunque arruga su expresión cada que lo hace, no le gusta el sabor amargo, solo lo hace porque es un buen amigo. Esa es la clase de chico de la que debería estar enamorada, pero no, en lugar de gustarme el príncipe, me gusta el sapo. Me he obligado la siguiente hora a no voltear a verlo. Hago un enorme esfuerzo casi sobrehumano. Al final, lo busco con la mirada más discreta que tengo hasta que lo localizo. Veo que a lo lejos se acerca a Carla, le dice algo en el oído y ella ríe, ambos comienzan a subir las escaleras que llevan a la zona VIP, donde hay habitaciones para follar.Trago grueso, la música desaparece, el mundo a mi alrededor también. Mi pecho duele, sin decirle nada a Tyler pese que a lo lejos logro escuchar que me pregunta a dónde voy, me pongo de pie y me aparto para seguirlos, tengo que verlo con mis propios ojos, de ese modo podré sacarlo de mi cabeza y arrancarlo de mi pecho. Me
ARYADominic deja caer al suelo la bolsa de la farmacia que sostenía en las manos, Tyler se pone en plan rígido, no comprendo por qué ahora se comporta de ese modo tan hostil, cuando en el pasado no fue así, es como si estuviera tratando a otra persona y no a la destinada a ser mi compañero de baile. La tensión del cuerpo de Dom, es suficiente como para hacerme saber que algo va a hacer. —No sabía que… —Es mía —lo interrumpe Dominic. Trago grueso y hago lo que tengo que hacer al colocarme a su lado. —Escucha, no vuelvas a hacer eso —le digo a Tyler—. Dominic es mi prometido. Mi corazón late con fuerza al pronunciar esas sencillas palabras. El peso que se forma hacen que todo se sienta como si decir aquello, me llenara de orgullo, aunque Tyler no comparte la misma opinión. —Bien —responde luego de un largo silencio—. Si eso es lo que quieres, lo respeto. Se dirige a la salida y Dominic no se quita del camino, por un momento creo que los dos van a comenzar con alguna rencilla, p
ARYA—¿Qué haces aquí? —inquiero con cautela, posicionándome detrás de Dominic. De soslayo observo su reacción, no parece sorprendido, pero sí molesto con su presencia. Carla saca su móvil y lo mueve frente a mí. —Él me ha llamado —contesta en tono dolido. —¿Por qué? —esta vez me dirijo a él. Dominic me lanza una mirada desafiante, luego suelta un suspiro lleno de exasperación y me da su móvil. —Ella me ha estado mandando mensajes, no entiendo cómo es que consiguió mi número, le llamé porque quiero que sepa que mi relación contigo es lo más serio que se puede imaginar, no soy de los que necesita demostrar algo a alguien, pero sí creo que es mejor dejar las cosas claras —arguye tan seguro de él mismo. —¿No pudiste quedarte solo con Tyler? —me reclama Carla sin haber prestado atención a las palabras que soltó Dominic—. Sino que ahora es esto. —¿Disculpa? —me indigno. —Quieres a todos para ti sola, no puedes simplemente tomar lo que te apetece y luego dejarnos nada —chilla con mi
ARYAEl silencio es demasiado perturbador, siento que todos los pares de ojos están sobre mí. Pero los que más me preocupan, son el par de Dominic, los cuales me comen viva, trago grueso, incluso la madre de Tyler me observa a detalle, todos parecen extrañados. —¿Puedo saber de dónde se conocieron? —inquiere Sarah. Evito hacer contacto visual con alguno de ellos, solo me dedico en concentrarme en Dominic. —Nos vimos una vez en un bar, solo nos saludamos —responde Joseph con seguridad y con convicción. Siento que me ha quitado un peso de encima, lo cual agradezco sin duda. —Bueno, como les decía —carraspea—. Mi hijo será quien supervise la mayoría de las clases en mi ausencia, por lo que les sugiero que no lo molesten con tonterías, sean profesionales, de lo contrario, no van a llegar a ningún lado en la vida. —Salgamos —le susurro a Dominic una vez que toda la atención vuelve a Sarah y sus dos hijos, los cuales me miran a detalle. Dominic toma con más fuerza mi mano, asiente au
DOMINICSecretos, esa es la peor parte de mí, todos los tienen, pero la diferencia que hay entre los míos y los de la gente cotidiana, es abismal. Arya vendrá con preguntas que tengo que responder con la verdad, es por ello que tuve que alejarme de ella y dejarla en esa estúpida escuela donde estará rodeada de Tyler, y de Joseph Brigh, los dos hermanos que la miran con ojos llenos de deseo y lascivia. Muevo mi cuello con estrés, hay cosas que Arya no sabe, no todo lo que ha estado viviendo es la realidad, si algo ya debe aprender, es a que no puede confiar en todos, tiene que salir del transe en el que se encuentra. El que viniera a esta escuela también tiene una razón poderosa, una que solo sus padres y yo sabemos realmente. Al principio, cuando Megan se lo planteó a Morgan, este no estuvo de acuerdo, mucho menos tratándose de su amada princesa, pero debe entender que ella fue mía desde siglos atrás, su alma, corazón y todo en ella me pertenece. Estoy cruzando la calle, evitando l