ARYADominic deja caer al suelo la bolsa de la farmacia que sostenía en las manos, Tyler se pone en plan rígido, no comprendo por qué ahora se comporta de ese modo tan hostil, cuando en el pasado no fue así, es como si estuviera tratando a otra persona y no a la destinada a ser mi compañero de baile. La tensión del cuerpo de Dom, es suficiente como para hacerme saber que algo va a hacer. —No sabía que… —Es mía —lo interrumpe Dominic. Trago grueso y hago lo que tengo que hacer al colocarme a su lado. —Escucha, no vuelvas a hacer eso —le digo a Tyler—. Dominic es mi prometido. Mi corazón late con fuerza al pronunciar esas sencillas palabras. El peso que se forma hacen que todo se sienta como si decir aquello, me llenara de orgullo, aunque Tyler no comparte la misma opinión. —Bien —responde luego de un largo silencio—. Si eso es lo que quieres, lo respeto. Se dirige a la salida y Dominic no se quita del camino, por un momento creo que los dos van a comenzar con alguna rencilla, p
ARYA—¿Qué haces aquí? —inquiero con cautela, posicionándome detrás de Dominic. De soslayo observo su reacción, no parece sorprendido, pero sí molesto con su presencia. Carla saca su móvil y lo mueve frente a mí. —Él me ha llamado —contesta en tono dolido. —¿Por qué? —esta vez me dirijo a él. Dominic me lanza una mirada desafiante, luego suelta un suspiro lleno de exasperación y me da su móvil. —Ella me ha estado mandando mensajes, no entiendo cómo es que consiguió mi número, le llamé porque quiero que sepa que mi relación contigo es lo más serio que se puede imaginar, no soy de los que necesita demostrar algo a alguien, pero sí creo que es mejor dejar las cosas claras —arguye tan seguro de él mismo. —¿No pudiste quedarte solo con Tyler? —me reclama Carla sin haber prestado atención a las palabras que soltó Dominic—. Sino que ahora es esto. —¿Disculpa? —me indigno. —Quieres a todos para ti sola, no puedes simplemente tomar lo que te apetece y luego dejarnos nada —chilla con mi
ARYAEl silencio es demasiado perturbador, siento que todos los pares de ojos están sobre mí. Pero los que más me preocupan, son el par de Dominic, los cuales me comen viva, trago grueso, incluso la madre de Tyler me observa a detalle, todos parecen extrañados. —¿Puedo saber de dónde se conocieron? —inquiere Sarah. Evito hacer contacto visual con alguno de ellos, solo me dedico en concentrarme en Dominic. —Nos vimos una vez en un bar, solo nos saludamos —responde Joseph con seguridad y con convicción. Siento que me ha quitado un peso de encima, lo cual agradezco sin duda. —Bueno, como les decía —carraspea—. Mi hijo será quien supervise la mayoría de las clases en mi ausencia, por lo que les sugiero que no lo molesten con tonterías, sean profesionales, de lo contrario, no van a llegar a ningún lado en la vida. —Salgamos —le susurro a Dominic una vez que toda la atención vuelve a Sarah y sus dos hijos, los cuales me miran a detalle. Dominic toma con más fuerza mi mano, asiente au
DOMINICSecretos, esa es la peor parte de mí, todos los tienen, pero la diferencia que hay entre los míos y los de la gente cotidiana, es abismal. Arya vendrá con preguntas que tengo que responder con la verdad, es por ello que tuve que alejarme de ella y dejarla en esa estúpida escuela donde estará rodeada de Tyler, y de Joseph Brigh, los dos hermanos que la miran con ojos llenos de deseo y lascivia. Muevo mi cuello con estrés, hay cosas que Arya no sabe, no todo lo que ha estado viviendo es la realidad, si algo ya debe aprender, es a que no puede confiar en todos, tiene que salir del transe en el que se encuentra. El que viniera a esta escuela también tiene una razón poderosa, una que solo sus padres y yo sabemos realmente. Al principio, cuando Megan se lo planteó a Morgan, este no estuvo de acuerdo, mucho menos tratándose de su amada princesa, pero debe entender que ella fue mía desde siglos atrás, su alma, corazón y todo en ella me pertenece. Estoy cruzando la calle, evitando l
ARYANo comprendo porqué hay silencio en Joseph, cuando salía de clases con la intención de llegar a casa para hablar por fin con Dominic, me interceptó argumentando que deseaba hablar conmigo con urgencia, dijo que era algo importante, por lo que confiada subí a su auto, y ahora casi anochece, estamos en medio de la nada y esto comienza a parecer una película de terror. Sin contar que Dominic debe estar preocupado por mí, trago grueso, está demasiado cerca de un barranco, abajo hay solo piedras y el caer en picada resultaría una tragedia para la persona. Tomo una larga bocanada de aire, los minutos pasan y hasta ahora no ha dicho nada, hago un recuento de lo que llevo conmigo en caso de que tenga que defenderme, papá siempre me enseñó a pelear, y por supuesto, a traer algo conmigo, algo lo suficientemente pequeño como para pasar desapercibido, pero letal como para matar a tu enemigo, y eso es lo que tengo debajo de la manga. —Ya es demasiado tarde —decido romper el silencio que no
ARYATodo el cuerpo me tiembla, nadie sabe ni donde está parado, mi padre se ha negado a regresar por él, por la sencilla razón de que nos pueden volver a acorralar, a más de que en número nos superan por mucho, el problema es que saber que Dom se ha quedado y que incluso la idea de que pueda estar muerto, me aterra, ¿por qué hizo eso? No lo comprendo, si se hubiera dejado yo había ido por él. Haciendo un recuento de los años, ahora que lo pienso con detenimiento, es como si él mismo hubiera querido aventarse a propósito, ¿por qué? Renunció a estar a mi lado por sacrificarse. —Él estará bien. La voz de mi padre me saca de mi ensimismamiento, ¿cómo es que puede estar tranquilo? Para él no pasó nada, en cambio para mí, pasó todo. Volteo a verlo y le lanzo una mirada llena de odio. —No me veas así —replica al darse cuenta de su posición en esta situación—. Dio la vida por ti, no es cualquier cosa. —Puede que para ti no —hablo—. Pero para mí lo es todo, en especial cuando todo esto e
DOMINICA toda acción hay una reacción, eso fue lo primero que aprendí desde que era un niño, mucho antes de que me diera cuenta de que algo tan hermoso como Arya, existía, la conexión que yo sentí por ella fue lo que me mantuvo con vida desde antes, desde el pasado. Y es lo que me impulsa a hacer lo que sea con tal de mantenerla con vida, eso es seguro, es lo que deseo yo. No importa si el mundo se está cayendo, si se está incendiando, ella es mía para cuidarla, para mimarla y para dar la vida, porque en este mundo no importa si yo no logro mis objetivos, siempre y cuando ella tenga un lugar al que llamarle hogar. Cuando crucé una mirada con Morgan en aquel sitio, ambos nos pusimos por primera vez en la vida sobre algo, ambos supimos que esto no iba a acabar, y que nuestra prioridad es mantenerla a ella a salvo. Fue por eso que me dejé caer en manos enemigas. Y ahora me encuentro aquí, solo, encerrado en una puta celda como si fuera un animal el cautiverio, como si yo no fuera nad
ARYA—Tranquila, no le pasará nada —dice la voz ronca a mis espaldas. El Capo, el verdadero capo de la mafia italiana, la piel se me eriza cuando pienso en ello, cuando me entregué, quedé sorprendida no solo por el hecho de que el hombre que estaba detrás de mi cabeza por la imprudencia de mi padre, era nada más y nada menos que Axelle Vanbrugh, un rubio de ojos grises con el que jugaba en la escuela cuando era pequeña. Y al que al parecer, se tomó muy en serio la promesa infantil que le hice de casarme con él cuando fuera grande, ese fue el problema, que me ha estado buscando durante años, y gracias a mi padre es que al investigarlo, me vio, me reconoció y ahora me tiene de vuelta. El único problema es que ni siquiera desea matar a mi padre o acabar con mi familia, no, lo que desea es que me convierta en su muñequita de la mafia, su esposa y que sea parte de esta organización, acepté, solo a cambio de que dejaran libre al único hombre que amo. —Dominic —susurro.—Nadie le hará da