DOMINICHablar con mi madre es agotador, y es que Andrea Knight, tiene la energía de un caballo y de carreras pero el veneno de una víbora letal cuando de defender algo se trata, traerla aquí luego de que Rita hiciera su espectáculo, fue para alejarlas de Arya, antes de que dijeran algo que la pudiera ofender o poner a pensar. Morgan es un imbécil, sin darse cuenta, trajo más a mí a su amada niña, que ahora es mi mujer, pensar en ella de esa manera hace que la cabeza me estalle, pensando en todas las posiciones en las que la quiero ahora que la folle de nuevo, mi polla incluso concuerda con eso. —Bien, las dejaré aquí —rompo el silencio cuando llegamos a casa de mis padres. Rita no ha dejado de mirarme como si fuera un desconocido, eso es lo que soy y eso es lo que debe comprender, tratarme como a su superior no solo es su obligación, sino, una necesidad, porque no existe mujer en mi mundo que no sea mi Arya. —Hijo, no tienes que irte aún —habla mi madre—. Necesitamos hablar. —¿S
ARYATodo es confuso a mi alrededor, cuando despierto, me encuentro en la habitación de un hotel, la cabeza me duele e intento incorporarme, pero me detengo en seco al notar que mis manos están atadas con unas esposas, una mano en cada lateral de la cabecera, el miedo comienza a invadirme, recuerdo cada cosa. —Zac —susurro.La puerta del baño se abre y sale él, con su porte de hijo de perra, sabía que no dejaría las cosas así, el problema es que no pensé que fuera tan pronto. Sus ojos están llenos de una rabia tan palpable, que me eriza la piel. —¿En dónde estamos? —inquiero con temor. Normalmente, estando en otro tipo de situación, no tendría miedo, sin embargo, por cómo me encuentro, no puedo ni pensar bien ni hacer nada por defenderme, él me tiene atada de manos. No dice nada, su silencio no es buena señal. —Zac —insisto.Creí que con lo sucedido antes, dejaría las cosas como estaban, por una temporada en lo que encontraba la manera para detener esto. No es así. —Zac, ¿por qué
ARYAMe congelo, está loca, demente, esa clase de pensamientos son los que se cruzan por mi mente cuando logro reaccionar. Ella está parada frente a mí, con una actitud diferente a la que mostró hace un par de días cuando nos conocimos. —¿Qué haces aquí? —pregunto cerrando la puerta a mis espaldas. Lo que menos necesito en estos momentos es que alguien se dé cuenta de su presencia. Mucho menos Dominic. —Si vienes a buscar a Dominic… —No, es contigo con quien quiero hablar —saca algo de su bolso, una hoja doblada color durazno. ¿Acaso es una niña pequeña? Me la tiende y la agarro con desconfianza. —¿Qué es esto? —frunzo el ceño. Quiero hablar contigo, pero no aquí, en la cafetería del centro. —No, gracias, ya tengo suficiente de cafeterías —me niego. —Habrá gente ahí, no te pasará nada, es importante, si es que crees conocer bien a Dominic ve ahí a las once de la mañana —ajusta la correa de su bolso—. Me parece que te darás cuenta de quién es en realidad Dominic Knight. Y dic
ARYAHan pasado dos días desde que encontré a Dominic besando a aquella chica, no me ha buscado, por lo que deduzco que ya no está interesado en mí, aquella misma noche en la que papá aceptó mandarme a estudiar lejos, me quité el anillo que me había dado, dejándolo guardado en uno de los cajones de mi cómoda, donde nadie más lo va a encontrar. Pero que mamá se lo dará, en caso de que venga. He asistido a la Universidad, solo para arreglar los papeles de mi traslado, cuando les comenté a Roger y a Zelina lo sucedido, entendieron mis razones, fuí una idiota al haber creído en él, ahora, comenzaré de cero en Dublín, Irlanda, donde está una de las mejores escuelas de baile y en donde estoy segura de que podré alejarme lo suficiente de Dominic. Las reglas del juego cambiaron, él ha ganado esta guerra, pero no me voy a derrumbar solo porque un idiota con aires de grandeza, me folló para después mandarme a la mierda. De cualquier modo, termino de cerrar el casillero, he sacado gran parte d
ARYASe ha vuelto loco, eso es lo primero en lo que pienso cuando las palabras de Dominic toman peso, me molesto y me incorporo. —Estás demente —exclamo llena de rabia—. Tengo que irme de aquí. —No te vas a ningún lado, si la besé y fingí eso es porque necesito más pruebas para lo que tengo que hacer. —¿Y piensas que mientras me voy a quedar esperando, viendo cómo te besas con otra y finges ser su novio? Olvídalo —bufo—. No pienso formar parte de tu juego enfermo y es mi última palabra. Recojo mis cosas y me voy directo al baño, colocando el cerrojo, es que parece que desperté de una pesadilla para meterme en otra, una en la que al parecer Dominic no se niega a ser el villano de la historia, me remojo la cara con agua fría y luego salgo, él se encuentra sentado en una de las orillas de la cama, a modo de anciano sabio, como siempre lo he pensado. —¿Tan fácil abandonas todo? —me pregunta en un tono de voz que denota todo, menos lástima. Respiro hondo. —Escucha, Rita fue quien me
DOMINICArdor. Eso es lo que siento en estos momentos, mismo que remueve toda la mierda que llevo dentro, observo a mi padre salir de su oficina y solo tengo ganas de aniquilarlo, por su culpa, por su estúpida forma de pensar y actuar, es que Arya está en un jet privado rumbo a Irlanda, a una maldita escuela de baile. Morgan y Megan deben ser demasiado ingenuos para pensar que la pueden alejar de mí, no es así, solo estoy aflojando la cadena, más no la he soltado, muevo el cuello con estrés y me acerco. Meterse con la mafia italiana fue un error, creer que yo podía arreglar su asunto, fue el segundo peor. —Hijo —me llama cuando me divisa. Son las ocho de la noche, meto las manos a mis bolsillos y diviso que al otro lado de la esquina, ya está esperando un auto negro. —¿Qué haces aquí? ¿Te mandó tu madre para celebrar? —me da una palmada en la espalda. Al no ver una reacción y notar mi ceño fruncido, carraspea con nerviosismo. —¿Sigues enfadado por lo de la hija de Morgan? Tranq
ARYAUn año, ha pasado un año desde que me fuí de casa para seguir adelante con uno de mis sueños y grandes pasiones, el baile, es lo único que me llena de vida y mi salvación en todo este tiempo. Papá y mamá a veces vienen a visitarme, aunque lo han hecho pocas veces desde que la empresa ha subido su estatus y fama, nos va bien a todos. Las clases son duras, aunque puedo con ellas. No he hecho muchos amigos, debido a que aquí la gente se toma muy en serio la competencia, el único amigo que tengo, es Tyler, quien se ha convertido en el blanco de muchas chicas, debido a su apariencia física, rubio y de ojos azules, suena tan cliché. —¿Saliste temprano? —me pregunta mientras se levanta de uno de los últimos escalones de la entrada principal, en el que estaba sentado—. Pregunto lo obvio. Suelto una risita. —¿Acaso me estabas esperando? —entrecierro los ojos. —Sí, como siempre —responde con una sonrisa. Cuando lo veo fijamente como hasta ahora, me hace preguntar por qué no me pude h
ARYAEl aire se comprime en mis pulmones, siento frío todo mi cuerpo, de pronto, los recuerdos del pasado galopan con furia en mi memoria y todas la emociones que creía muertas y enterradas, renacen, mi estúpido corazón palpita con rabia, no me puedo mover y mi garganta se cierra cuando intento hablar. —Me ofendes, Arya —comienza a caminar hacia mí—. ¿Acaso no me extrañaste? Intento pensar rápido, estoy a varios metros de distancia de donde se escucha el revuelo por el accidente, por lo que aunque gritara, lo más probable es que Dominic acortara el espacio para cubrirme la boca e impedir una huída, una pérdida de tiempo. Por lo que recurro a todo el valor acumulado y cierro los puños. —¿Qué haces aquí? —logro articular. —¿No es obvio? Vine por lo que me pertenece —en menos de un pestañeo ya lo tengo sobre mí, rodeando mi cintura. Su calor se filtra por mi ropa, llegando a mi piel, una sensación vagamente familiar me avasalla y reprimo el chillido que quiere salir de mi boca, cuan