BRANDONLa suerte no me ha abandonado, o al menos eso es lo que pienso cuando termino de empacar, Alicia no deja de llamar a la puerta, seguro que ya ha corrido al modelo con el que estaba follando, no me interesa, el dolor de cabeza vuelve con más fuerza, me encuentro como un niño pequeño, uno al que pronto le están regresando lo que perdió, esta vez ya no hay impedimentos, me comporté como un cabrón hace unos meses, la indecisión dominaba mis acciones, solo espero que no sea demasiado tarde. —¡Brandon! —chilla detrás de la puerta—. Hablemos. Sigue insistiendo, no hay nada de lo que hablar y eso no lo comprende. —¡Por favor! —brama.La nota de su voz es un poco gruesa, lo que me indica que ya no está rogando atención, sino, desespero por echarme alguna cosa en cara, a Alicia le gusta el drama. De cualquier modo salgo y paso de largo a su lado, en efecto, ya no hay rastro del modelo, lo que me hace enfadar es que lo haya follado en la cama. —¿No tenías otro espacio para follar? —
MEGANTermino de firmar la salida de mis prácticas y me despido de Ana Karen, la recepcionista, una mujer de cuarenta años con la que me llevé bien desde el primer día. Estos meses me han servido mucho para poder explotar las habilidades que tengo en el rango de hotelería, carrera que con esfuerzo ayudé a mi madre a pagar, y que en el fondo me gusta, soy buena en lo que hago, no me quejo. Morgan se ha encargado de darme todas las herramientas que necesito, no somos nada formal, tampoco es mi novio, le pedí que fuéramos lo más despacio posible, él lo entendió, a veces le permito besarme porque quiero y porque estoy haciendo un enorme esfuerzo por sacar de mi corazón a Brandon, cosa que hasta ahora no he logrado del todo. De vez en cuando por las noches recuerdo su tacto, sus besos, y mi anhelo porque esté conmigo, a mi lado en este viaje, me nubla la razón y me adormece los sentidos, he tratado de entender que lo nuestro nunca va a poder ser, en algo tenía razón aquella vez en la que
MEGANPara cuando me despierto tengo la cabeza echa un lío, anoche, cuando Morgan me pidió que me casara con él, lo rechacé, lo cierto es que apenas estoy entrando al negocio de la familia, y sé que al abuelo que ha hecho mucho por mí, le gustaría que aceptara, pero no soy un juguete que él puede manejar, hasta ahora había hecho todo lo que me pidió por qué me dio lástima y porque me está acogiendo, es mi familia, lo dice el ADN, sin embargo, fui criada con otro tipo de educación, y esa es hacer lo que me gusta y me haga feliz. Casarme no es una de esas opciones, Morgan lo entendió, aunque pude ver que el brillo en sus ojos se apagó, su gesto se endureció, no me lo dijo, pero piensa que tiene que ver con la llegada de Brandon, no es así, esto ya lo había pensado, él solo me dio el empuje, a más, no creo que sea una esposa digna para él. —Maldición —susurro para mis adentros. Me levanto, esta vez sin un mensaje de su parte, como suele hacer cada mañana, no es que lo espere luego de
MEGANLos nervios se disparan en mi sistema, quisiera pensar en otra cosa que no sea el abuelo, no tengo mucho de conocerlo, no sé si lo quiero tanto o nada como mis primos le profesan cariño y respeto, pero sí sé que le tengo mucha gratitud por acogerme cuando más lo necesitaba, por darme las oportunidades que nadie me quiso dar cuando lo requería. Faltan dos horas para llegar, hace veinte minutos que Brandon se comunicó con Gabriel, al parecer sigue en el mismo estado, no ha mejorado nada, dijo que los doctores no se explican el cambio en su sistema, pero que estarían monitoreando sus signos. Morgan no ha dejado de llamar, apago el móvil y lo meto en el bolso que descansa a mi lado, él es otro tema que me tiene nerviosa. Hice las maletas con la firme decisión de no regresar más, en cuanto a su amenaza, bueno, él puede hacer lo que quiera, no pienso estar con una persona que no me tiene respeto y que me ha agredido, Brandon dice que debo pedir una orden de restricción, tal vez lo h
MEGANMe congelo al ver mi reflejo en el espejo dentro del baño, y darme cuenta de que aún tengo las marcas que me dejó Morgan alrededor del cuello, en cuanto lo vi, pensé que se trataba de una alucinación, de una mala jugada debido al cansancio, no fue así, al parecer mi primo Gabriel no tenía idea de nada, le llamó luego de que nos avisara y por ello está aquí. Las manos me tiemblan, sus amenazas retumban en mi mente, con Morgan dentro del juego en un estado tan vulnerable como en el que se encuentra mi abuelo, es sucio de su parte. Termino de secar mi rostro húmedo con una toallita, cuando llaman a mi puerta. Me quedo quieta, no respiro, solo clavo mis ojos en la puerta hasta que una voz familiar me llama al otro lado. —Abre —demanda.Lo hago sin pensar y Brandon aparece frente a mí, entra colocando el cerrojo. —¿Aún no se va? —no pierdo la oportunidad de preguntar. Sus ojos me fulminan. —¿Por qué te fuiste? —inquiere en su lugar. —Yo… no quería ver a Morgan —respondo tragan
MEGANCuando cierro la puerta de mi habitación, mi cuerpo está temblando, mi espalda choca contra la fría madera y me deslizo hacia el suelo, dejando que las lágrimas derramen por mi rostro. Me siento culpable de que haya muerto el abuelo, intenté por todos los medios alejarme de Brandon, ahora siento que no fue suficiente, porque Morgan ha cumplido con lo que prometió, herir a mi familia, solo espero que esto no provocara una fractura entre Brandon y Gabriel. Reacciono, limpio mis lágrimas y sin saber exactamente lo que hago, comienzo a sacar las maletas, no tengo dinero, no me siento parte de esta familia, nada, por ello, cuando estoy cerrando el cierre de una, escucho cómo la puerta se abre de golpe. —¿Qué mierda haces? La voz ronca de Brandon me hace dar un respingo. Volteo a mirarlo unos segundos por encima del hombro. —Me voy, es decir, me tengo que ir, el abuelo ha muerto y… De dos zancadas merma el espacio que nos separa, coloca su mano encima de la mía y niega con la cab
MEGANHe perdido la cabeza, lo sé, porque mientras el cuerpo de mi abuelo está abajo, apenas frío, yo estoy dejando que Brandon, quien es mi primo por ley, aunque no por sangre, me desnude por completo, sus manos se mueven constantes sobre mí, la piel se me eriza cuando sus labios rozan la delicada piel de mi cuello, respiro hondo, me atrevo a meter los dedos de mis manos entre las hebras de su cabello. —Mía —gruñe, descendiendo a mi pecho. Succiona mis pezones con fuerza, los mordisquea haciendo que mi pulso se acelere, que la sangre me hierva y que solo piense en un detalle, uno que tal vez deba decirle antes de que me penetre, pero me es imposible cuando comienza a besarme de manera urgente, mi mente se pone en blanco, las palabras se atoran en mi garganta y todo sucede tan rápido, que me olvido de mencionarle que no ha usado condón. Solo se posiciona en medio de mí, enfila su gruesa polla y entra de una dura estocada, la profundidad hace que chille fuerte del dolor, y es que du
BRANDONNegación, eso es lo primero que pienso cuando veo a Lena caminar hacia Gabriel, quien desde que entró, no se ha atrevido a mirarla a los ojos, como si la odiara, o como si… supiera algo que nadie más sabe, si algo he aprendido todos estos años sobre mi hermano mayor, es que sabe guardar muy bien un secreto. Y algo me dice que le guarda uno muy gordo a Lena, su madre, y la mía solo por firma y porque la empujaron a hacerlo. Ella nos mira de hito en hito, pasa de Gabriel hacia mi, una y otra vez hasta que termina por resoplar, no parece triste ni por fingido por la muerte del abuelo, de hecho, es que cada quien está viviendo su dolor a su manera. Trato de que no me afecte el hecho de que solo haya pedido hablar con nosotros dos y no con Megan, quien salió hace un momento para evitar más drama, asegurándome que estará en su habitación esperando. Los minutos pasan, comienzo a deseaperarme. —Si no vas a hablar… —Respétame, que soy tu madre —espeta ella con firmeza, mirándome co