BRANDONTermino de masturbarme, es la quinta vez que lo hago esta mañana, bajo el agua caliente de la ducha, respiro profundo, anoche rebasé una barrera que no debía, no solo besé a Megan, mi maldita prima, sino, que la masturbé y eyaculé sobre su coño rosado, uno que estaba tan rojo cuando terminé con ella, que sin duda lo volvería a hacer. Tengo que alejarme, esta tiene que ser la última vez, por el bien de todos, pero sobre todo, por el bien del abuelo. Quien no solo confía en mí ciegamente, me ha dado su apoyo, su cariño, pese a que no soy su sangre y su carne, una deuda que estoy seguro, jamás voy a poder saldar. Tampoco me interesa saber quienes fueron mis padres reales, para mí, los Lewis siempre van a ser mi familia. Voy a terminar esto hoy mismo, salgo de mi habitación y me dirijo al comedor, donde maldigo por lo bajo al notar que todos están comenzando a desayunar, y eso incluye a Megan. Quien al verme, baja la mirada, dejándome ver sus mejillas teñidas de un rojo carmín
MEGANOdio ser una persona débil cuando se trata de Brandon, y es que no solo me irrita, sino, que saca lo peor y lo mejor de mí al mismo tiempo, quisiera decir que lo odio suficiente como para que me mantenga alejada de él, pero estaría mintiendo, y ahora me encontraba en uno de esos momentos llenos de debilidad en los que dejo derramar mis lágrimas. Estoy segura de que él siente lo mismo, lo apuesto, es decir, si no le gustara o mínimo llamara su atención, no me hubiera besado, hablado como lo hizo cuando sus dedos entraban y salían de mí. Es el primer hombre que me ha tocado, besado, y tratado de este modo, no dejo de pensar en él, y estoy dispuesta a hacerlo elegir para terminar con esta dulce tortura que nos domina a los dos. —¿Por qué lloras, cariño? La tierna voz del abuelo, me saca de mi ensimismamiento, volteo, no me había dado cuenta de que me quedé parada, sobre los dos últimos peldaños de las escaleras, por fin era la gran noche, la que toda la crema y nata de la socie
MEGANHay veces en las que me he sentido sola, cuando murió mamá, fue una de esas pocas ocasiones en las que pedí en silencio, que me llevara con ella, ya que le temía a estar sin la mano de alguien sosteniendo la mía, todo eso se ha borrado con el abrazo y el beso de Morgan, quien no ha dejado de besarme desde que yo comencé. Su lengua baila con la mía, su ajuste en mi cintura es fuerte, tanto, que creo que me cuesta respirar un poco, él lo nota, y es cuando rompe el beso, cosa que le agradezco, porque me permite tomar una larga bocanada de aire. —Lo siento, creo que nos excedimos —dice ladeando una sonrisa de media luna. —Sí, eso creo —río con nerviosismo. De pronto, su sonrisa se desvanece, sus pupilas se dilatan y se lame los labios con galantería. —Me gustas, Megan —toma mi mano entre las suyas—. Dame una oportunidad, déjame enamorarte. Me muerdo el labio inferior. No sé qué responderle, él es bueno y lo que menos quiero es que alguien salga herido, mucho menos si se trata
BRANDONHe perdido la jodida cabeza, lo sé, muevo el cuello con estrés mientras curo mi herida, no estuvo bien, me expuse demasiado, pero no lo pude evitar, ver a Morgan tan cerca de ella, tocando su piel y que Megan solo lo mirara, como si fuera el único hombre que ha visto en su vida, cuando yo fui su jodido primer beso, cuando solo yo la he tocado, me hizo ver rojo, y ahora estaba aquí, en el baño, esperando a que esta maldita pesadilla acabe y no tener que verla de nuevo con él. Sí, sé que estoy lleno de contradicciones, porque soy yo quien tomó la decisión, soy yo quien la ha empujado al territorio de Morgan, sin embargo, no puedo controlar esto que me hace hacer y decir cosas de las que se convierten en una cuerda, una que muy pronto va a estar alrededor de mi cuello. Estoy tan adentrado en mis propios pensamientos, cuando la puerta se abre de par en par, Gabriel, mi hermano mayor, entra con una sonrisa que va de oreja a oreja, las manos metidas en los bolsillos de sus pantal
MEGANQuisiera decir que me encuentro bien, debería estar feliz por estar al lado de un hombre al que le intereso, estoy enfadada, furiosa con Brandon, el muy capullo eligió estar con Alicia, pues bien, si eso es lo que quiere, adelante, yo he elegido estar con otra persona también. Abro los ojos lento, la verdad es que no quisiera despertar, no cuando mis párpados parecen más pesados de lo normal, la noche fue pesada, luego del accidente de Brandon, todos comenzaron a actuar extraño. Nos hacían preguntas sobre nuestra relación, todos parecían interesados, menos Alicia, quien estaba más preocupada por no prestar atención a los susurros de sus amigas. Luego de eso, Morgan me propuso llevarme a casa, no quise, no quería regresar a una casa en la que me sentía cada vez más enjaulada. Así que me trajo a su departamento, es lujoso, demasiado simple, con elegancia para alguien como él, me sirvió una copa de vino y comenzamos a hablar de cosas. Me preguntó por mi vida antes de aparecer aq
MEGANLas manos aún me tiemblan, no puedo creer que no haya nadie en la mansión que le pudiera hablar, pensé en encontrar a Brandon o a Gabriel. Ninguno de los dos, pensar en Lena era una pérdida de tiempo, ya que siempre suele marcharse temprano a la empresa, y ahora me encontraba sola, en medio de la sala de espera, en el mismo hospital en el que murió mi madre. Estar aquí, con la misma clase de miedo, me trae recuerdos y sensaciones que nunca voy a poder superar, los doctores y las enfermeras pasan, me ignoran, cuento los minutos hasta que el doctor que estaba atendiendo a mi abuelo, sale y se acerca a mí. —¿Señorita Megan Lewis? Me pongo de pie, obligando a mis piernas a permanecer firmes para lo que tenga que decirme. —Soy yo —respondo en un tono cuestionable. —He revisado a su abuelo, él está bien, le he mandado a hacer algunos exámenes de sangre para estar seguros y tener un resultado más certero, pero casi puedo asegurar que se trata del agotamiento al que ha estado expu
BRANDONHe perdido la cabeza por completo, lo sé, pero no puedo evitarlo, esto me supera de formas inimaginables, arrastro a Megan hasta mi jodida habitación, ella se remueve inquieta entre mis brazos, me lo impide, trata de soltarse, pero mi agarre es más fuerte que sus deseos. Entramos a mi habitación y le coloco el cerrojo a la puerta, la suelto y ella, como un gatito asustado, retrocede un par de pasos, como si poner toda la distancia posible entre los dos, fuera su único objetivo. —¿Qué haces? —me pregunta con su dulce voz. Detallo su cuerpo, trae el mismo vestido, debió regresar del departamento de Morgan, cuando el abuelo se puso mal, no le dio tiempo de cambiarse. Debe tener su olor impregnado, y es por ello que lleno de rabia, tiro de su brazo, le quito el maldito vestido, solo trae bragas puestas, se las bajo. —¡Suéltame, pervertido! —intenta detenerme. De nada sirve, porque la dejo desnuda, mi polla se endurece tanto como una roca, sus perfectos pezones rosados y erecto
NARRADOR OMNISCIENTEBajo el manto de la noche, se encontraba Lena, saliendo de un hotel, con la gabardina apenas cubriendo su culo, no traía nada abajo, últimamente se acostaba con los socios más importantes de la empresa para una sola cosa; obtener y asegurar sus firmas y votos en contra de la decisión de Alejandro, de dejar a Brandon en el puesto de la presidencia, estaba segura de que estaba logrando su objetivo. Porque si Gabriel es el presidente, con el tiempo, y al ver lo incompetente que es para el puesto, ella volvería a tomar riendas sobre toda la empresa, para ese momento, tenía planeado que Alejandro ya muriera, pero ahora eso era lo que menos le preocupaba, tenía que conseguir una fractura entre Gabriel y Brandon. Una que ni con el tiempo pudieran arreglar, ella sabía de ante mano, que el ponerlos en contra no iba a ser cosa sencilla, menos cuando Gabriel adoraba a quien todavía llamaba hermano menor, aunque no lo sean de sangre. —Pronto —susurró ella. Cuando llegó a