MEGANHay veces en las que me he sentido sola, cuando murió mamá, fue una de esas pocas ocasiones en las que pedí en silencio, que me llevara con ella, ya que le temía a estar sin la mano de alguien sosteniendo la mía, todo eso se ha borrado con el abrazo y el beso de Morgan, quien no ha dejado de besarme desde que yo comencé. Su lengua baila con la mía, su ajuste en mi cintura es fuerte, tanto, que creo que me cuesta respirar un poco, él lo nota, y es cuando rompe el beso, cosa que le agradezco, porque me permite tomar una larga bocanada de aire. —Lo siento, creo que nos excedimos —dice ladeando una sonrisa de media luna. —Sí, eso creo —río con nerviosismo. De pronto, su sonrisa se desvanece, sus pupilas se dilatan y se lame los labios con galantería. —Me gustas, Megan —toma mi mano entre las suyas—. Dame una oportunidad, déjame enamorarte. Me muerdo el labio inferior. No sé qué responderle, él es bueno y lo que menos quiero es que alguien salga herido, mucho menos si se trata
BRANDONHe perdido la jodida cabeza, lo sé, muevo el cuello con estrés mientras curo mi herida, no estuvo bien, me expuse demasiado, pero no lo pude evitar, ver a Morgan tan cerca de ella, tocando su piel y que Megan solo lo mirara, como si fuera el único hombre que ha visto en su vida, cuando yo fui su jodido primer beso, cuando solo yo la he tocado, me hizo ver rojo, y ahora estaba aquí, en el baño, esperando a que esta maldita pesadilla acabe y no tener que verla de nuevo con él. Sí, sé que estoy lleno de contradicciones, porque soy yo quien tomó la decisión, soy yo quien la ha empujado al territorio de Morgan, sin embargo, no puedo controlar esto que me hace hacer y decir cosas de las que se convierten en una cuerda, una que muy pronto va a estar alrededor de mi cuello. Estoy tan adentrado en mis propios pensamientos, cuando la puerta se abre de par en par, Gabriel, mi hermano mayor, entra con una sonrisa que va de oreja a oreja, las manos metidas en los bolsillos de sus pantal
MEGANQuisiera decir que me encuentro bien, debería estar feliz por estar al lado de un hombre al que le intereso, estoy enfadada, furiosa con Brandon, el muy capullo eligió estar con Alicia, pues bien, si eso es lo que quiere, adelante, yo he elegido estar con otra persona también. Abro los ojos lento, la verdad es que no quisiera despertar, no cuando mis párpados parecen más pesados de lo normal, la noche fue pesada, luego del accidente de Brandon, todos comenzaron a actuar extraño. Nos hacían preguntas sobre nuestra relación, todos parecían interesados, menos Alicia, quien estaba más preocupada por no prestar atención a los susurros de sus amigas. Luego de eso, Morgan me propuso llevarme a casa, no quise, no quería regresar a una casa en la que me sentía cada vez más enjaulada. Así que me trajo a su departamento, es lujoso, demasiado simple, con elegancia para alguien como él, me sirvió una copa de vino y comenzamos a hablar de cosas. Me preguntó por mi vida antes de aparecer aq
MEGANLas manos aún me tiemblan, no puedo creer que no haya nadie en la mansión que le pudiera hablar, pensé en encontrar a Brandon o a Gabriel. Ninguno de los dos, pensar en Lena era una pérdida de tiempo, ya que siempre suele marcharse temprano a la empresa, y ahora me encontraba sola, en medio de la sala de espera, en el mismo hospital en el que murió mi madre. Estar aquí, con la misma clase de miedo, me trae recuerdos y sensaciones que nunca voy a poder superar, los doctores y las enfermeras pasan, me ignoran, cuento los minutos hasta que el doctor que estaba atendiendo a mi abuelo, sale y se acerca a mí. —¿Señorita Megan Lewis? Me pongo de pie, obligando a mis piernas a permanecer firmes para lo que tenga que decirme. —Soy yo —respondo en un tono cuestionable. —He revisado a su abuelo, él está bien, le he mandado a hacer algunos exámenes de sangre para estar seguros y tener un resultado más certero, pero casi puedo asegurar que se trata del agotamiento al que ha estado expu
BRANDONHe perdido la cabeza por completo, lo sé, pero no puedo evitarlo, esto me supera de formas inimaginables, arrastro a Megan hasta mi jodida habitación, ella se remueve inquieta entre mis brazos, me lo impide, trata de soltarse, pero mi agarre es más fuerte que sus deseos. Entramos a mi habitación y le coloco el cerrojo a la puerta, la suelto y ella, como un gatito asustado, retrocede un par de pasos, como si poner toda la distancia posible entre los dos, fuera su único objetivo. —¿Qué haces? —me pregunta con su dulce voz. Detallo su cuerpo, trae el mismo vestido, debió regresar del departamento de Morgan, cuando el abuelo se puso mal, no le dio tiempo de cambiarse. Debe tener su olor impregnado, y es por ello que lleno de rabia, tiro de su brazo, le quito el maldito vestido, solo trae bragas puestas, se las bajo. —¡Suéltame, pervertido! —intenta detenerme. De nada sirve, porque la dejo desnuda, mi polla se endurece tanto como una roca, sus perfectos pezones rosados y erecto
NARRADOR OMNISCIENTEBajo el manto de la noche, se encontraba Lena, saliendo de un hotel, con la gabardina apenas cubriendo su culo, no traía nada abajo, últimamente se acostaba con los socios más importantes de la empresa para una sola cosa; obtener y asegurar sus firmas y votos en contra de la decisión de Alejandro, de dejar a Brandon en el puesto de la presidencia, estaba segura de que estaba logrando su objetivo. Porque si Gabriel es el presidente, con el tiempo, y al ver lo incompetente que es para el puesto, ella volvería a tomar riendas sobre toda la empresa, para ese momento, tenía planeado que Alejandro ya muriera, pero ahora eso era lo que menos le preocupaba, tenía que conseguir una fractura entre Gabriel y Brandon. Una que ni con el tiempo pudieran arreglar, ella sabía de ante mano, que el ponerlos en contra no iba a ser cosa sencilla, menos cuando Gabriel adoraba a quien todavía llamaba hermano menor, aunque no lo sean de sangre. —Pronto —susurró ella. Cuando llegó a
MEGANCreo que es la primera vez que experimento un corazón roto, sin duda alguna, supongo que esta es la peor manera de sentirlo, el rechazo directo, pero era de esperarse, por ello, he tomado la decisión de hacer el mayor esfuerzo para olvidarme de Brandon y de la locura que siento cuando lo veo. Me levanto con un fuerte dolor de cabeza, él se va a casar con otra mujer, por miedo a enfrentarse al abuelo, no es que yo lo conozca de toda la vida, pero al menos hago el esfuerzo, por ello, siento que debo hacer algo que me dé tiempo. Así que me levanto, me doy una ducha de agua caliente, cuando termino, mi celular timbra, me ha llegado un mensaje, miro la pantalla y me doy cuenta de que se trata de Brandon”Tenemos que hablar"Solo eso, frunzo el ceño y apago el móvil, me visto, me coloco unos shorts cortos, una blusa holgada sin mangas, unas zapatillas converse y dejo suelo mi cabello, bajo para desayunar, cuando uno de los mayordomos me interrumpe. —Disculpe —habla—. Señorita Lewis
MEGANHan pasado dos días, dos en los cuales, el abuelo decidió por sugerencia de Brandon, que espera a que hablara con los socios que tienen en Canadá, cosa que me apreció demasiado extraña, ya que por más intentos que hizo Gabriel de decir que no habría problema, puesto que también soy una Lewis, Brandon terminó ganando, argumentando que era mejor que poco a poco se acostumbraran, porque ellos no aceptaban a cualquiera tan rápido. El abuelo fue inocente y le hizo casa, pero tanto Gabriel como yo, sabemos que eso no lo hizo por mi bien, sino, para que pudiera tener la oportunidad de hablar conmigo, no lo ha logrado, hasta ahora, me las he arreglado para escabullirme, y por alguna extraña razón, Gabriel también me ha ayudado en el proceso. No ha tocado el tema, sin embargo, algo me dice que él sabe bien lo que hemos estado escondiendo por todo este tiempo, ahora me encuentro empacando, por fin, en unas horas me llevarán al aeropuerto y podré marcharme a Canadá, tengo la ferviente e