Rowan. (Capítulo extra VIII)-¡En serio, para antes de que nos matemos! ¡Tienes a los cachorros atrás y sin cinturones de seguridad!Fue esa última frase la que me hizo dejar de presionar el pedal del acelerador. Poco a poco mi cordura fue regresando. Aunque fue a cuentagotas.-Demonios, tío Rowan. Sabía que te pondrías un poco ansioso pero...-Completa.-¿Qué?-Dime la historia completa. - Dije entre dientes apretados.Él me había dicho que tenía mucha más información y la quería en este momento.El cachorro suspiró.-Bien, solo pon los ojos en la carretera. - Dijo estrechando los ojos. - Y no me interrumpas hasta que termine.Yo asentí mirando al frente de nuevo. Ni siquiera me había dado cuenta de que seguía conduciendo mientras lo miraba a él.-Bueno, la historia que te interesa comienza así: La doctora Paula había estado un poco ansiosa las últimas semanas. Normal, los partos de las lobas siempre les producen ansiedad...-¿Y cómo m****a sabes eso? - Gruñí.El me gruñó de regreso.
Lia Vanesa. (Capítulo extra IX) Mi compañero era muy atractivo incluso en su forma de lobo, pensé mientras lo veía seguir a Toby hacia la entrada de la manada. Entonces me dirigí hacia todos los que quedábamosen el claro. -Muy bien, quizá no sea nada, quizá sea un ataque o quiza sean el resto de los cachorros; así por favor evacuemos el lugar mientras los guardias nos traen noticias. - Dije haciendo un gesto hacia la casa de los cachorros alias la nueva y mejorada casa de la manada. - Cachorros, al refugio junto con el profesor y los lobos constructores. El resto, quiero que vaya a la zona del lago y se oculten entre la hierba alta; los necesito listos como refuerzo para el grupo de mi compañero ante el menor signo de lucha. ¿Todos entendieron? -Si, Luna. Yo sonreí. Nunca me acostumbraría. Mi hermano más temprano nos había avisado que enviaría a los cachorros en dos viajes porque era más seguro de esta manera con todo lo que estaba pasando con el resto de manadas. El primer lote
Había algo que estaba haciendo mucho ruido. De ese ruido que aturdía los oídos. Intenté abrir los ojos pero me sentía bastante cansada. -Hora de comer, bebé. - Dijo una voz femenina y entonces el ruido se fue alejando. Traté de gruñir porque, de alguna forma, sentía que el ruido debía de estar conmigo. El ruido debía seguir aquí y taladrarme los oídos... Er inútil. Perdí la lucha por intentar mover los músculos y simplemente seguí durmiendo. A veces podía escuchar algunas voces masculinas hablando, pero no podía distinguir lo que decían. La siguiente vez que mis ojos quisieron abrirse fue porque había un silencio ensordecedor. Se sentía mal así que luché contra mi somnolencia y la luz del sol lastimó mis ojos por breves segundos. Volví a abrirlos más lentamente esta vez y me encontré acostada en una camilla dentro de una habitación grande, cálida... y desconocida. ¿Dónde estoy? Frente a mí había un ventanal y un par de pasos más alejada de la camilla se encontraba una puerta.
-Ya alimentaron a la pequeña. - Dijo Lia recargando su cabeza en mi hombro. - La bañaron y le pusieron un pañal limpio. -Gracias. - Dije asintiendo. -Ahora, ¿Qué decías, compañero? Ambas miramos hacia el Alfa Alan mientras yo mecía suavemente a mi pequeña de ojos azules. -El Beta de la manada de Bastian se encuentra en la entrada. - Dijo mirándonos a ambas. - Quiere ser mi Beta y trajo algunos cachorros y lobas que quiere que anexe a nuestra manada. Mis hombros cayeron con alivio. Rowan estaba aquí para traer a los cachorros y lobas, no había de qué preocuparse. Y de todas formas... ¿Por qué m****a me preocupaba? Estaba siendo muy irracional, ¿Serían las hormonas? Ahora que lo sabía, me sentía un poco avergonzaa de mí misma. ¿De verdad pensé que después de mandarlo a la m****a la última vez que lo vi regresaría a hablar conmigo o cualquier cosa? Lo que sea. -¿Por qué quiere ser nuestro Beta? - Preguntó Lia mirándome de reojo. Yo no le regresé la mirada. Él se encogió de hombro
Chase. El tío Alan me había enviado dentro de la manada para que saludara a la tía Vanesa, pero no pude evitar desviarme. Era la primera vez que estaba en su territorio y me parecía interesante el estado de conservación de algunas casas a mi paso. Con mucha curiosidad, abrí cada una de ellas y me encontré muy pocas cosas dentro. Seguía los caminos rústicos entre las casas hasta que llegué a un enorme agujero en el suelo que al parecer había sido tapado con piedras enormes a toda prisa. Interesante. Quizá este era uno de los túneles de los que les había hablado la tía a mis padres. ¿Por qué no simplemente lo cubría con un montón de cemento? Ya tenía la mayor parte cubierta con las piedras; si el objetivo era evitar que nadie se colara o evitar que los cachorros jugaran ahí, el cemento sería una buena opción. Escuché un aullido por parte de mi tío en el que decía que no había peligro y yo medio sonreí. Un montón de cachorros por supuesto que no eran peligrosos. Seguí vagando hasta
-Es en serio, oso. No quiero que te acerques o si no.... Frente a mis ojos hubo una especie de brillo y luego un pequeño y rubio ángel miraba hacia mis brazos. Mi boca cayó hasta el piso. -Mi nombre es Mikael. Siento mucho si mi presencia la ha incomodado, señorita. - Dijo aquél niño de ojos de un verde tan claro que parecían irreales. - ¿Podría acercarme solo un momento a su descendencia? -¿Qué... qué eres tú? - Murmuré con voz temblorosa. Me estaba volviendo loca. muy loca.El chico me miró de frente sin temor. -Soy un hombre oso... bueno, en este momento soy un niño oso. - Dijo encogiéndose de hombros.-Oso... - Murmuré sorprendida a pesar de que claramente se había convertido en humano frente a mis ojos. - ¿No estaban extintos? -En este continente, podría decirse que estamos al borde de la extinción. - Dijo el cachorro con un asentimiento. - Mi manada consistía en apenas unos cincuenta miembros; tengo entendido que en el continente Europeo hay otra manada, o manadas. Realment
Alan.Mi pareja estaba enloqueciendo.Mi pequeño sobrino acababa de decir que Rowan era la pareja de Paula.Y era la segunda vez en el día que tenía que calmar un ataque de pánico.-Respira, Vanesa... eso es. -Dije dándole pequeñas palmaditas en la espalda.-Yo... ya estoy bien. Si, bien. - Dijo inhalando a grandes bocanadas.Mientras tanto el cachorro nos observaba con curiosidad.-¿La doctora Paula no sabe de esto, o si?Solo así mi pareja volvió a estallar en pequeños gritos histéricos.-Tía, respira.No, ella no estaba respirando. Yo suspiré.-¿Qué tal si me acompañas a saber más sobre la historia de esos cachorros y lobas que trae el nuevo Alfa? - Dije tomando su rostro entre mis manos. Ella era preciosa y tenía un corazón enorme. Estaba seguro de que aceptaría ir cuando lo mencioné. Quizá esa distracción le ayudaría a enfocarse en nuestras actuales circunstancias y no en los problemas de su mejor amiga.-No es una buena historia. - Dijo Chase cruzándose de brazos. - En pocas pal
Rowan.-Levanta la pata izquierda si quieres de vainilla o levanta la otra pata si quieres chocolate... ¿Ninguno?- Gruñido. - Uh... ¿Qué tal fresa?. - Gruñido. - ¿Sabes qué? Mejor te traigo el menú.Acababa de aparcar en el estacionamiento de "Las mejores malteadas de la ciudad" y Chase había corrido a la parte trasera para abrir y preguntarle a... ¿Toby? Qué era lo que quería.Esa osa era escalofriante. Me ponía los nervios de punta que me mirara fijamente aunque fuera Chase quien le hablara.-¿En serio ninguno de los dos encuentra extraña a esta osa? - Pregunté cuando incluso Alan se unió a la discusión y le preguntó si no era intolerante a la lactosa.¿De verdad?-No. - Dijeron los dos al mismo tiempo. -Son ideas tuyas, tío. Yo la encuentro especial.La osa resopló y se acercó a las puertas para acariciar con la nariz el cabello del niño. -Esa osa ayudó a salvarme la vida. No hay nada extraño con eso. - Dijo Alan encogiéndose de hombros. - Ahora vive en mi territorio y puede ir a