Mikael.La noche había sido ruidosa.El choque cultural entre mis costumbres y las de los lobos a veces me superaban.En nuestro clan los cachorros no gritaban para apoyar a su favorito en un duelo. Era un evento por la supervivencia en su expresión más pura, no había felicidad al ver a tus seres queridos sangrar. Diría que en el clan un duelo era algo cotidiano y, hasta en cierta forma, monótono. Normalmente eran hembras peleando por el derecho de montar a un macho de su preferencia con la esperanza de quedar embarazadas. Ahí empezaba el primer paso de nuestra supervivencia. A la hembra ganadora solo le era permitida una noche, a la mañana siguiente comenzaba un nuevo duelo para ver quién era la siguiente en ser fecundada.No muchos lograban emparejarse debido a que las parejas destinadas eran cada vez menos frecuentes. E incluso una hembra lo suficientemente decidida podía retar a un duelo a otra hembra con la Marca de Pertenencia. Realmente a la unica pareja que se respetaba era
Alfa Alan me devolvió a mi bebé muy a regañadientes y luego dijo que iría a patrullar el territorio antes de que llegara su pareja del trabajo. Me dió el resto de la tarde libre. -¿Qué te parece si vamos a rescatar a papá? Quizá ya sea comida de los tiburones y podamos arrastarlo afuera. - Dije acariciando su mejilla. -¿Cómo se oye un paseo hasta el bonito Lago? Ella solo sonrió. Regresamos a la sala de estar en donde los cachorros ya habían pasado al siguiente juego y mi pareja había sido olvidado junto a uno de los sillones mientras intentaba liberarse. Traté de no reír. Debía de haber una muy buena razón para que terminara de esa forma mientras el señor Han y yo hacíamos un montón de pruebas toxicológicas. -Pobre Alfa papá. - Dije inclinando mi cabeza. - Debió ser terrible enfrentarte a adversarios tan bien entrenados. ¿Quisieras que te diera una pata? -Paula. - Dijo Reinelle apareciendo de repente en mi campo de visión. - A mi Alfa le gustaría solicitar una audiencia contigo
Paula.-Levanta más el brazo, Abigail. - Dije tomando suavemente la extremidad para colocarla correctamente. - Manten ambos ojos abiertos, así apuntarás mejor. Rena, relaja la postura, te lastimarás si sigues así. Victoria, ese ha sido un buen tiro, pero aun no estás lista para manejar el arma con una mano.Pasaron tres meses después de que nos reunimos en esa cabaña. Mi investigación sobre la droga se estancó y enfoqué la mayor parte de mi tiempo entre mi hija, mi pareja y enseñar a usar un arma correctamente.La mayor parte de las lobas se recuperó lo suficiente como para querer aventurarse a salir, así que yo me había ofrecido a enseñarles algo útil mientras sus cuerpos terminaban de sanar y el Alfa Alan comenzaba su entrenamiento de combate mano a mano.Lia, siendo el sol que era, había tomado posesión de mi laboratorio improvisado para experimentar con la flor de cerezo y, con suerte, encontrar una cura aún más efectiva para sanar lo que nuestra sangre no podía. Como, por ejemp
Los lobos se reunieron y fueron al Lugar seguro justo como pidió Alfa Alan.El señor Han se encontraba a cargo del sitio mientras Rowan, Alfa Alan, mi Valerie y yo seguíamos a Mikael por el bosque.-¿Ya me toca cargar a nuestra hija? - Preguntó Rowan anhelantemente.-No. Te acompañó ayer, me toca. - Dije dándole un gruñido divertido.-Llegó él y me la quitó el resto de la tarde. - Dijo señalando al Alfa Alan. - No es justo.-Siempre podríamos decidir el tiempo con mi encantadora sobrina con un duelo, ya lo sabes. - Dijo el Alfa sin voltear. Ni siquiera ocultó la diversión en su voz.-¡Ja! Dame un año y tu trasero será...-Es aquí. - Dijo Mikael deteniéndose y señalando un punto entre los arbustos.Nuestras tonterías quedaron atrás y nos pusimos alertas.-Este agujero está peligrosamente cerca del edificio principal. - Dijo Alfa Alan. - Por aquí no cabría una familia de osos salvajes, Alfa Mikael.-No. - Dijo dándole la razón. - Esta es solo una de las salidas. Mas adelante se encuentra
-¿Que es lo que ven ahí? - Preguntó Alfa Alan en voz baja.-¿Saben qué? Es de machos el ir al frente en una investigación. - Dijo Reinelle retrocediendo. - Dame a la bebé, puedes tomar mi lugar. No habíamos abierto la puerta del todo, solo algunos centímetros. Los suficientes como para ver un poco de lo que había en el interior; y, justo ahora, mi vista y la de la otra osa estaban enfocadas en los enormes colmillos que estábamos mirando. Joder, eso no era normal. Si los depredadores más grandes del lugar no se atrevían a entrar debía de ser una clara señal de que esa m****a era escalofriante.Conscientemente recordaba que las osas habían dicho que no había nada vivo en el lugar, así que el señor "Uno de mis dientes es tu pierna completa" no se movería de allí.Tampoco es que tuviera miedo por entrar al lugar o mover la dirección en la que estábamos alumbrando. Era solo... precaución. Alfa Alan dio un bufido divertido al ver que ni Ishaelle ni yo nos movimos del sitio para entrar ahí
Los dibujos en las paredes se desvanecían lentamente gracias al implacable paso del tiempo, revelando partes visibles que, aunque descoloridas, emanaban una extraña sensación. Era como un ritual al rededor de un fuego enorme con varios animales al rededor. También habían humanos, pero eran más predominantes los osos, zorros, águilas, tigres...-¿Por qué no simplemente le preguntan al lobo Han? Él sabe de historia, estoy segura de que sabe algo sobre esto. - DIjo Ishaelle mirando las armas del rincón. - Oh, esto es bonito. ¿Puedo quedármelo? -Por supuesto. - Dijo el Alfa Alan distraído tocando con sus manos las paredes. - Tienes razón, quizá él sepa algo sobre esto.-¿Qué es lo que buscas, Alan? - Preguntó Rowan. Ellos ya estaban más allá de usar sus títulos. Mikael sostenía su antorcha y la de él para que tuviera las manos desocupadas. -Una entrada o salida oculta. Estoy seguro que quien sea que haya construido esto no era tan idiota como para encerrarse aquí en caso de que alguien
Han.Me encontraba a cargo del Lugar Seguro y no tenía ni idea de cómo resolver la situación en la que me encontraba.No era como si el Alfa me hubiera dejado una guía sobre cómo hacer las cosas por aquí.Yo estaba acorralado en uno de los sillones y las lobas se habían apropiado de otro. Ellas miraban hacia el techo, hacia el suelo y, en general, hacia la nada. Ninguna se ofrecía a ayudar.- ¿Por qué no nos quiere decir, maestro Han? - Dijo Tomy, mi alumno más pequeño. El cachorro tenía solo dos años de edad y una curiosidad infinita. Era por eso que amaba y temía todo lo que salía de su boca.-No es que no quiera decirles, es solo que no creo que sea un tema apropiado para cachorros tan pequeños como ustedes. - El "¿De dónde vienen los cachorros?" es una pregunta básica, maestro. - Dijo Dana, una de las dos lobas adolescentes que miraban divertidas la situación. - Debió verlo venir. -Dijo Juliet, la otra loba hormonal.Yo fruncí el ceño. ¿Por qué debí de haber previsto esto?-Ya s
Paula.-Rowan, está cansada. Cárgala. - Dijo el Alfa Alan cuando regresamos a la cámara llena de mesas, pinturas y armas. Yo le di una ténue sonrisa. Era cierto.Enseguida mi pareja me sostuvo en sus brazos y yo escondí mi cara en el hueco de su cuello. Justo en su marca de pareja.-¿Por qué no lo dijiste antes? - Preguntó suavemente Rowan.-Soy una Beta, soy fuerte... y porque no estoy acostumbrada a pedir ayuda. - Dije con honestidad. - Necesito un par de horas extra de sueño. Me he sentido un poco cansada últimamente.-No me importa si eres un Alfa, soy tu compañero. Puedes pedirme cualquier cosa y lo sabes. - Dijo con seriedad. Yo sonreí en su cuello.-Entonces, me gustaría no volver a ver esas cosas escalofriantes con colmillos otra vez. Cerraré mis ojos.-Hey, yo tampoco quiero verlos, ¿Quién me cargará? - Preguntó Reinelle divertida.-Eres el depredador más fuerte vivo de aquí, no necesitas que nadie te cargue. - Dijo Rowan y la osa se quejó de lo injusta de esa declaración.