Segundo del día y ya viene un tercero!!! besoooos
NicklausEl aire en la sala es denso, cada uno de nosotros está procesando lo que acaba de decir Penelope. Otro anillo... La idea me incomoda, pero al mismo tiempo no puedo evitar sentir curiosidad. Sin embargo, mi mayor preocupación ahora no es el anillo en sí, sino lo que significa para Penny.Verla aquí, tan segura de que ella podría ser el arma... no puedo evitar que los recuerdos de la guerra de hace dos años se agolpen en mi mente. La diosa me dijo lo mismo entonces, que ella sería la clave para terminar con todo, y en lugar de salvarla, la perdí.Respiro profundo, tratando de no dejar que esas emociones me dominen ahora. Pero el miedo está ahí, en cada fibra de mi ser.Blake es el primero en romper el silencio.—¿Otro anillo? —pregunta, claramente sorprendido.Penelope asiente con lentitud, sus ojos fijos en el anillo que ahora sostiene Tarkin.—Sí, parece que este anillo está incompleto. El diseño no está terminado. Tal vez, si encontramos el otro, podamos desbloquear su verdad
PenelopeEl eco de nuestros pasos resuena en el oscuro pasillo de piedra mientras nos dirigimos a la celda del prisionero. Cada vez que me acerco a esta zona, siento un nudo en el estómago, una mezcla de nervios y anticipación. No puedo dejar de pensar en lo que estamos por descubrir... o en lo que aún permanece oculto.Nick camina a mi lado, su cuerpo tenso, y puedo sentir su preocupación, aunque trata de ocultarla detrás de una fachada de liderazgo. Blake y Tarkin están justo detrás de nosotros, susurros apenas audibles entre ellos mientras discuten las posibles preguntas que le haremos al prisionero.—¿Crees que funcionará otra vez? —me pregunta Nick en voz baja, sin apartar la mirada del frente.Lo miro por un segundo, buscando las palabras correctas. He realizado el hechizo antes, y aunque ha funcionado, el prisionero es fuerte, ha sido entrenado para resistir.—No lo sé —admito—, pero si hay algo que él sabe del anillo, lo descubriremos hoy.Nick asiente, pero no dice nada más.
Penelope La visión de la diosa llega como una ráfaga de aire helado, interrumpiendo el silencio que nos rodea tras el interrogatorio.Su presencia inunda mi mente, y siento a Nick a mi lado, aunque no lo veo. Es una sensación familiar, como si estuviéramos conectados de nuevo, igual que antes.l prisionero sigue encadenado, jadeando por el esfuerzo, pero tanto Nick como yo nos encontramos en otro lugar, en otra dimensión. La luz blanca y plateada nos envuelve, y ahí, en medio de ese campo onírico, está ella: la diosa Luna.Su presencia es imponente, pero al mismo tiempo tranquilizadora. Su energía es casi palpable, como una suave corriente de aire que me rodea, llenándome de calma y al mismo tiempo de un profundo respeto. Miro a Nick de reojo; sé que él también la siente, aunque su expresión sigue siendo seria y controlada.—Bueno, esto ha sido más pronto de lo que creí—dice Nick y yo le lanzo una mirada para que controle su tono.Ahora mismo lo último que queremos es tener a la dio
NickalusLos alfas han llegado.El salón donde estamos reunidos está lleno de una energía palpable, una mezcla de tensión y fuerza que solo puede darse cuando tantos alfas se encuentran en el mismo lugar. Las paredes de piedra de la fortaleza vibran con las voces profundas y decididas de los líderes de las manadas, sus miradas fijas en mí y en Tarkin mientras exponemos el plan.—Hemos interrogado al prisionero —comienzo, mi voz resonando en el salón—. Y aunque no lo tiene todo claro, nos ha dado una ubicación: el escondite de los hechiceros oscuros.Tarkin asiente a mi lado, su rostro más serio que nunca. Sé que está pensando en Sofía, en lo que significará encontrarla, pero también en lo que podríamos descubrir en ese lugar maldito.—No solo eso —añade Tarkin, tomando la palabra—. Tenemos una herramienta, un anillo, que puede detener su avance. Pero necesitamos la otra mitad para que funcione por completo.Los ojos de los alfas se entrecierran con atención. Roderick, el alfa de la ma
Estoy de pie en una pradera bañada por la luz del amanecer. El aire es cálido, lleno de una paz que parece envolverme como una manta suave. Pero algo en el ambiente se siente mal. Instintivamente, llevo la mano al pecho, como si algo estuviera faltando, algo importante.—Margaret, te he estado buscando.Me doy la vuelta al escuchar esa voz conocida, y ahí está ella, Sofía. Sus ojos son serios, más oscuros de lo que recordaba, y aunque me habla como si me conociera de toda la vida, algo en mi interior se agita. ¿Margaret? Mi mente tarda un segundo en procesar lo que ha dicho. No soy Penelope. Soy... Margaret. Lo sé con una certeza que me atraviesa como un rayo, pero no tengo tiempo para preguntarme por qué o cómo.—¿Qué sucede? —pregunto, mi voz suave, pero decidida.Sofía se acerca, su rostro marcado por una preocupación profunda. —Siento que algo se avecina, algo oscuro —dice en voz baja, como si tuviera miedo de que el viento nos escuche—. Viene del este. He tenido visiones.Mi coraz
NicklausEl aire es denso y pesado mientras avanzamos por los terrenos de Tarkin. Mis pensamientos están enfocados en la visión de Penelope y en el plan que trazamos. Todos estamos alerta, con los sentidos agudizados, esperando cualquier señal de peligro. El paisaje es salvaje y sombrío, las dunas parecen interminables mientras brillan bajo la luz, creando sombras alargadas a nuestro alrededor. Es una sensación opresiva, como si estuviéramos siendo observados desde todos los ángulos. No me gusta.Miro a Penelope, quien camina a mi lado. Aunque está concentrada, puedo ver la tensión en su mandíbula, la misma tensión que siento en mi propio cuerpo. Ella trata de disimular, pero después de lo que vio en su sueño, sé que todo esto la está afectando más de lo que quiere admitir. No le digo nada; ahora no es el momento de hablar, no cuando cada paso que damos puede llevarnos más cerca de los hechiceros que buscamos... o de algo peor.—¿Escucharon eso? —pregunta Blake, deteniéndose de golpe
PenelopeCada paso que doy me acerca más a Sofía, y al mismo tiempo, a una oscuridad más profunda de la que temía. No puedo dejar de pensar en lo que dijo Isadora: "La mascota del Rey Hechicero." Sofía no solo es una prisionera, es esencial para que ese monstruo mantenga el control sobre sí mismo y sobre los demás.Me pregunto lo que ha estado viviendo. ¿Será consciente de lo que le están haciendo? Mi estómago se revuelve con esa duda. A medida que nos adentramos más en el bosque, no puedo evitar que mi mente divague. He visto tanto desde que desperté, he recuperado partes de mí misma, pero también me siento rota.—¿Estás bien? —La voz de Nick me saca de mis pensamientos. Está caminando junto a mí, su presencia siempre tan fuerte y protectora, pero ahora sus ojos me miran con preocupación.—Lo estoy... solo estoy pensando en Sofía y lo que le dijo Isadora. —Lo miro brevemente y luego mis ojos se posan en el camino frente a nosotros—. ¿Cómo crees que la mantienen controlada?Nick suelt
TarkinEl viento seco del desierto me golpea en la cara mientras observo las cuevas en la distancia. Cada fibra de mi ser me empuja a correr hacia ellas, a destruir a cualquiera que esté entre Sofía y yo. Pero no puedo… no todavía. Aún estamos esperando la señal de los alfas de las otras manadas. Mis manos tiemblan de la frustración, y cada segundo que pasa se siente como un golpe más a mi paciencia. Mi lobo interior está inquieto, desgarrando mi control con su deseo de correr, de pelear, de rescatarla.—Deberíamos estar adentro.—digo, la desesperación clara en mi voz.—Tarkin —la voz de Nick me saca de mi frenesí interno, su tono serio—. Ya hemos llegado hasta aquí, no podemos arriesgar el plan por tu desesperación. Eso podría costarle la vida a Sofía.Lo miro, sintiendo el peso de sus palabras. Sofía. Todo lo que hacemos es por ella, pero Nick tiene razón. Si me lanzo ahora, arruinaría todo y pondría su vida en peligro. Me esfuerzo por calmar mi respiración, controlando el temblor d