Bueno, bueno, que la cosa se va poniendo tensa entre nuestros protagonistas!!! Qué piensan de Nicklaus????? Las leo mis amores!!
PenelopeUna semana, llevo una semana viviendo en la cabaña con Nicklaus y la tensión sigue estando palpable, si hemos cruzado palabra cinco veces en los siete días es mucho decir y de esas pocas veces la mayoría fue para gruñirme o pedirme que me callara.Sin embargo, debo aceptar que vivir aquí es mucho mejor que estar con mi madrastra. A diferencia de ella, Nicklaus no me golpea. Si, puede ser grosero y amargado, pero nunca me ha levantado la mano y por alguna tonta razón me siento… segura a su lado.Además he descubierto cosas de él que no me esperaba, como por ejemplo que ayuda a algunas lobas y familias pobres de la manada con comida para ellas y sus cachorros, todo proveniente de las verduras que tiene sembradas y los animales que caza. Se supone que yo no debería saber eso, pero puedo ser bastante curiosa si me lo propongo.Dejando salir un suspiro me pongo manos a la obra y como todos los días hago el desayuno mientras él está cazando, solo que hoy no pienso salir corriendo, e
Nicklaus“No quiero que me odies”Esas palabras no dejan de repetirse en mi mente y no entiendo por qué demonios me afectan tanto. No sé por qué ella lo hace.Desde el instante en que supe que me obligarían a casarme tuve todo claro, me iba a dedicar a hacer la vida de la chica espía un infierno y me encargaría de darle la menor información posible sobre mí.Sin embargo, en la última semana debo admitir que Penelope ha resultado muy distinta a lo que esperaba.—¿Qué vamos a hacer?—Su voz me hace girar el rostro hacia dónde ella se encuentra.Decir que parece asustada sería quedarme corto, la cuestión es ¿qué es lo que le da miedo? Hay tantas preguntas sin respuestas alrededor de esta chica, que solo pensarlo hace que me ponga de mal humor.—No creo que tengamos opción—respondo, encogiéndome de hombros, pues conozco al enfermo de mi hermano y sé de lo que es capaz si no vamos.Mis palabras parecen terminar de quebrar a la chica enfrente mio. Veo como todo el rostro de Penelope pierde el
PenelopeDecir que tengo los nervios de punta sería quedarme corta.Desde el día anterior cuándo tuve esa extraña conversación con Nicklaus, no he podido sacarme sus palabras de mi cabeza. La forma en que dijo que era suya, las sensaciones que eso dejó en mi cuerpo, todo es demasiado nuevo y no sé qué pensar al respecto.Sin embargo, ahora mismo tengo algo más de lo que preocuparme y es la dichosa fiesta que tenemos esta noche.Hoy al levantarme, como de costumbre, Nicklaus no estaba, pero a diferencia de otros días no llegó a desayunar y no sé cómo sentirme al respecto, una parte de mí deseaba poder verlo y la otra se siente aterrorizada por la simple idea de querer estar cerca de él.—Voy a enloquecer—digo en un susurro, mientras sostengo la toalla sobre mi cuerpo y me miro en el espejo.Desde el momento en que cumplí los 12 años estoy cargando con más secretos de los que una persona puede soportar. Pero lo más importante es la verdad sobre mi rostro, sobre mi apariencia.Mis ojos mi
NicklausMuy pocas cosas me dejan sin palabras, pero desde que conocí a Penelope y hemos estado viviendo juntos por casi dos semanas, podría decir que se ha vuelto casi una costumbre que me deje callado.Todavía no puedo borrar de mi mente la manera en que tomó mi mejilla, la forma en que me miró y me dijo sin ningún tipo de burla que le parecía atractivo. No, absurdamente atractivo y aunque quiero creer que solo estaba burlandose de mí, en el fondo sé que no es así.Ahora me encuentro como un adolecente nervioso esperando a que ella salga de la habitación para ir a la m4ldita fiesta, pues aunque no tengo ni el más mínimo entusiasmo por asistir, debo aceptar que este es un buen momento para saber qué demonios trama mi hermano y si aún cuento con alguno de los hombres que me eran leales, por lo que se puede decir que es un mal necesario.Miro la hora en el reloj de pared y decido que es suficiente, se supone que debimos haber salido de aquí hace quince minutos y ella aún no sale de la h
PenelopeOdio ser el centro de atención y ahora mismo, mientras veo como Nicklaus se aleja, puedo sentir las miradas curiosas y burlonas de la gente puestas en mí. Solo espero que el tal Blake regrese pronto.Mis ojos se pasean por el lugar viendo como las chicas hermosas que fueron robadas de sus hogares sirven bebidas y empujan carritos mientras todo el mundo actúa como si nada pasara, como si esto estuviera bien.Estoy a punto de alejar la mirada, cuándo mis ojos se topan de frente con uno de los rostros que hace parte de mis pesadillas y en el instante en que este me sonríe, siento que la sangre abandona por completo mi rostro.—No, no… No puede ser real. no aquí—susurro, mientras siento como el miedo empieza a expandirse en mi interior, porque, aunque no quiera aceptarlo, sé que ese es el hombre que me atacó el día del entierro de mi padre.Sin saber qué más hacer doy media vuelta y empiezo a alejarme lo más rápido de que puedo, moviéndome entre el gentío, tropezando con esas mism
NicklausUn desastre, eso es lo que fue esa estúpida fiesta. Desde la revelación de los planes de mi hermano, hasta el ataque que le hicieron a la chiquilla, cosa que espero que me explique ya, pues si tiene enemigos necesito saberlo.Ahora vive en mi casa, joder, y ya tengo suficiente con mis propios demonios para tener que cargar con los de ella.—Muy bien, empieza a hablar—le digo a Penelope que se encuentra sentada en el sillón de la sala con una bolsa de hielo contra su mejilla.No paso por alto la forma en que traga saliva nerviosa, ni como sus manos tiemblan y rehuye de mi mirada. Y lo peor de todo es que no sé qué es lo que más me molesta de toda esta situación, si es el hecho de que no me haya dicho que hay gente que la busca, o el hecho de que le hayan puesto la mano encima.No voy a mentir y decir que siento algo por la mujercita, porque no es así. No soy un macho sentimental, y si he de sentir algo solo es rabia y sed de venganza. Sin embargo, soy un lobo y ella fue entr
PenelopeMe odia. Por un momento pensé que estaba avanzando, que ya Nicklaus no me veía como el enemigo, y cuándo me defendió en la mansión sentí que las cosas podían ser diferentes entre nosotros. Mejores. Pero está claro que me equivoqué.Por eso he decidido volver a mi idea inicial : Necesito buscar la manera de irme de aquí. Abandonar la manada para siempre.Como cada mañana se que Nicklaus no estará en la cabaña, por lo que me apresuro a hacer el desayuno como cada día, lo último que quiero es levantar sospechas y luego de dejarlo tapado en la mesa agarro una canasta y me encamino hacia el bosque, justo a donde debe estar la frontera.El sol no ha terminado de salir por lo que aún está oscuro y eso solo hace que mis nervios sean aún mayores, pero no me detengo. Camino y voy marcando con una piedra algunos árboles para saber el camino regreso.No es hasta que el sol me pega de lleno en el rostro que me doy cuenta que ya he caminado demasiado.—Bueno, esto debe ser suficiente por h
Nicklaus—¡Penelope!—grito por centésima vez en el bosque sin tener una respuesta.Esa niña va a matarme de una rabia.Llevo todo el bendito día buscándola por el bosque después de que no regresara a la casa para la hora del almuerzo, ahora son más de las cinco de la tarde, está cayendo un aguacero torrencial y ella sigue sin aparecer. Ni siquiera encuentro un rastro de su olor.¿Se habrá ido de las tierras de la manada? Por alguna razón la simple idea hace que un sabor amargo se forme en mi boca y el recuerdo de la discusión en la terraza de la cabaña regresa a mi como un torbellino.Malene llorando en el suelo, la chiquilla de pie enfrente de ella, yo gritandole, amenazando con cortarle las manos.Puedo aceptar que tal vez se me fue un poco la mano, pero ella fue quién golpeó a Marlene y eso no lo pienso permitir. Mar ha sido mi amiga desde hace muchos años y luego de mi exilio es la única que se atrevió a seguirme viendo, la única que no me dio la espalda. Ella y Micka son lo má