Segundo del día!
NicklausVer a Peaches despedirse de los niños es una imagen que hace que mue duele el corazón. Estamos listos para partir hacia la montaña y Penny ha llorado mientras besaba las cabezas de nuestros tres hijos. No puedo negar que cada vez que cruzamos las puertas del palacio de Tarkin el miedo crece dentro de mí pensando que en cualquier segundo puedo volver a perderla. Pero escapar no es una solución. La diosa fue clara, ella me la regresa, pero si le doy la espalda también me la puede quitar.Y es por eso que ahora vamos junto a Blake y el joven Bruno en la travesía más calusora que he hecho en toda mi vida.El calor del desierto es asfixiante, implacable. Con cada paso que doy, siento cómo la arena consume mis pies, como si quisiera arrastrarme hacia las profundidades. Mi respiración se siente pesada, y el aire seco raspa mi garganta con cada inhalación. A lo lejos, las dunas se extienden en interminables olas doradas, y el sol, colgando alto en el cielo, brilla con una intensida
PenelopeEl rugido de la bestia resuena en el aire, tan fuerte que siento como si mis huesos vibraran con el sonido. Mis ojos no pueden apartarse de Bruno, tendido en el suelo, con la sangre manchando el verde brillante del bosque. Cada segundo que pasa es una agonía. La criatura lo derribó antes de que pudiera reaccionar, y ahora lo único que puedo hacer es correr hacia él. Mi corazón late descontrolado en mi pecho, y siento como si el miedo me quemara desde adentro.Siento mi respiración acelerarse mientras observo el cuerpo de Bruno, tendido en el suelo, su sangre oscureciendo las hojas a su alrededor. Mi corazón late con fuerza en mi pecho, y el miedo me paraliza por un instante. No puedo perderlo. Él y Tarkin han sido mi apoyo desde que desperté sin recuerdos, y no puedo dejar que esto suceda. No ahora.—¡Bruno, aguanta! —grito, mientras mis manos temblorosas buscan la herida en su costado.La sangre brota sin parar, y me doy cuenta de que está mucho más grave de lo que esperab
Nicklaus Ver a Penelope desplomarse me ha hecho llegar a mi límite. No me importa que tan poderosa diga ella, la diosa o cualquiera que sea. Me niego a continuar avanzando si no descansa lo suficiente primero. Sin embargo, por la mirada enojada con que Peaches me está mirando, sospecho que no le ha gustado mi desviación y así me lo hace saber cuando habla. —Nick, estás siendo irracional —me dice y yo simplemente pongo los ojos en blanco mientras me cruzo de brazos. No voy a cambiar de parecer y necesito que se de cuenta. —No. Estoy siendo precavido. Actuar de manera apresurada y seguir el camino con un lobo herido y tu agitada no es inteligente . Veo como Penny arruga el ceño, lo que me hace saber que sigue disgustado, pero en el instante en que la veo dejar salir un suspiro, se que he ganado esta batalla. —De acuerdo, llevas algo de razón, —me dice y yo simplemente sonrío, lo que hace que ella revuelve los ojos—Apenas Bruno está curado seguiremos el camino, para ese
Nicklaus El Camino lo hacemos en silencio. Yo voy adelante dirigiendo el camino, Penny va detrás mío con Bruno que se ha recuperado casi por completo y Blake nos cubre la retaguardia. No podemos volver a permitir que nos tomen por sorpresa. Pero entra más nos adentramos en el bosquecillo mas extraño se vuelve el lugar. Puedo sentir que nos observan, puedo escuchar susurros en idiomas que no entiendo, pero aparta de la bestia que atacó a Bruno no hay un solo movimiento en nuestra contra. —Nos están mirando —dice peaches detrás mío y yo asiento sin perder mi postura. — Mantente alerta, peaches. Bruno, ojos bien abiertos. El lobo asiente en silencio y aunque le hemos dicho que pudo pasarle a cualquiera, se que sigue sintiéndose culpable y avergonzado. Sin embargo, el camino transcurre extrañamente calmado. Los animales, bestias o lo que sea que nos esté observando, no hace ningún movimiento, y finalmente alcanzamos a ver el inicio de la montaña. —¿No les parece que todo ha
Nicklaus Mis ojos no pueden alejarse de la criatura enfrente de nosotros. Mi mano sosteniendo la de Penny con fuerza. Por el rabillo del ojo puedo ver que Blake está buscando una manera de sortear a la criatura, pero yo sé que es inútil. La diosa nos advirtió de que habría una prueba, pero como siempre no explicó exactamente cómo sería. —Muy bien—digo, respondiendo a la criatura —¿Cómo quieres que lo pruebe? ¿Tengo que pelar con alguien o derrotar alguna criatura de este bosque para que nos dejes pasar? Mis palabras salen más toscas de lo que sería inteligente teniendo en cuenta que la criatura mide más de 3 metros, pero no puedo evitarlo. Estoy harto de toda esta situación. —Nick…—la voz de peaches es una advertencia y me hace apretar la quijada porque lo último que quiero es ponerla en una situación peligrosa. Sin embargo, no alcanzo a decir nada porque la criatura deja salir una risa que él se escucha más como gasnido, antes de extender una de sus enormes raíces en mi d
Nicklaus La Mano de Penny está apretando la mía con tanta fuerza que veo que tiene los nudillos blancos. Entonces escucho su voz en mi mente. —No vas a entrar a ese laberinto tu solo—me dice y puedo escuchar la desesperación en sus palabras. —Nena, voy a estar bien—respondo por el vínculo, pero ella aprieta más mi mano y me dice: —El va a hacer que revivas tus peores momentos. Harán que veas… que me veas morir. No puedo dejar que te enfrentes a eso solo. Por favor, deja que vaya contigo. Siento que el pecho se me oprime y las ganas de abrazar y besar a la mujer a mi lado son enormes. —De acuerdo, nena. Respiro hondo y llevo los ojos hacia Blake y Bruno. Ambos me dan un asentido que me hace saber que al igual que Penny quieren entrar conmigo en el laberinto, lo que hace que me sienta agradecido de las personas que tengo a mi lado. Incluso las más nuevas. —Estoy listo—,digo finalmente, mirando al guardián. —Pero no voy a ir solo. Mis compañeros vendrán conmigo. El gua
PenelopeEl aire alrededor del laberinto está cargado de tensión. El cielo, que antes mostraba un azul claro, ahora parece más gris, como si el mismo mundo comprendiera la gravedad de lo que está por suceder. Miro hacia el laberinto, su estructura retorcida de espejos reflejando destellos distorsionados del entorno. Me siento pequeña frente a esa enorme construcción, pero lo que realmente me asfixia es la idea de que Nick esté allí dentro, enfrentándose a lo peor de sí mismo… solo."Esto no debería estar pasando", pienso mientras aprieto mis puños, deseando poder hacer algo, cualquier cosa, para acompañarlo. Pero no puedo. Las reglas son claras, solo él puede entrar. Y no puedo hacer más que esperar.Mis ojos se posan en Blake y Bruno, ambos tan tensos como yo. Sus rostros están cargados de la misma preocupación que siento en mi pecho, pero ninguno dice una palabra. Sé que ellos confían en Nick, como yo. Sin embargo, eso no hace que el nudo en mi estómago desaparezca.—¿Cuánto tiempo
NicklausEl aire aún se siente denso, cargado de una energía que no logro comprender del todo, pero que me hace estar en constante alerta. Mis ojos buscan al guardián, esperando su próximo movimiento. Lo veo de pie, inmóvil como siempre, observándome en completo silencio. Tiene esa misma mirada insondable que me ha perseguido desde el inicio de esta travesía.—Lo he conseguido —digo, mi voz firme, aunque no tan confiada como quisiera. Siento el peso de lo que acabo de pasar, pero lo he superado—. He superado la prueba. Es momento de que nos dejes pasar.La mano de Penny me da un leve apretón y yo se lo regreso al instante.El guardián inclina la cabeza hacia mí, sus ojos brillando con una intensidad que me pone los nervios de punta. Cuando habla, su voz retumba en el aire, profunda y reverberante.—Has demostrado que dentro de ti existe la fuerza necesaria —dice—. No solo para ser un Alfa, sino para entrar en la montaña sagrada. Ahora, todo depende de ustedes, de si tienen la fortalez