*Este año seremos más exhaustivos al momento de escoger a nuestros participantes, sólo los mejores podrán entrar a Chef Top, los jurados están más exigentes y duros con sus participantes, pero no cabe duda que este 2020 tendremos a uno de los mejores ganadores de nuestro concurso… ¿Qué estás esperando para inscribirte?*

El corte publicitario terminó dando paso al Chef Celebrity Top, el mismo programa sólo que para los artistas, influencers y gente famosa como tal, estaban en una de las pruebas dentro del estudio, ya el programa estaba acabando y sabríamos quién se iría, Dorian estaba a mi lado entusiasmado mientras veía como terminaba de llenar la solicitud de inscripción para el programa de este año, estaba emocionada, pues este sería especial, las grabaciones de exterior eran las únicas grabadas, sin embargo, las de estudio eran en vivo, esto era para darle más realismo o algo así oí decirle a Ethan Hartz, mi amor platónico y futuro esposo «aunque aún no sabe eso».  

—¡Listo! —Dorian voltea a verme con sus ojitos brillando y se lanza por un abrazo.

La puerta del apartamento se escucha y Dorian se separa de mí solo para ir a recibir a su papá «traidor», los alaridos de emoción me hacen prestarle atención a los dos hombres que están frente a mí, Dorian con un gran camión de bomberos y Joshua con una sonrisa de par en par, niego y él solo se ríe, sabe que detesto que a cada y nada le regale cosas a Dorian, no porque no se las merezca, es solo que nuestro hijo debe aprender a ser responsable y ganarse las cosas así como yo lo hecho, puede ser que Joshua a diferencia de su familia sea la excepción de la regla de familia rica sin embargo, no quita la cantidad exabrupta de dinero que él posee y no quiero que mi hijo piense que lo puede tener todo sin trabajar por ello. 

—Lo lamento, pero es que lo ví y sé que él ha estado obsesionado con Marshal de Patrulla de animales—Joshua tiene sus manos en las orejas de nuestro hijo mientras él juega con su camión—, creí que se lo merecía.

La culpa es notable en sus ojos por lo cual le quito importancia mientras envío a Dorian a su cuarto a jugar, la verdad no me agrada mucho vivir a costillas de Joshua, pues él y yo no somos pareja, de hecho es mi mejor amigo, que un día de extrema borrachera decidimos ser estupidos e irresponsables, tuvimos sexo, no nos protegimos y yo tan solo tenía quince años, claramente no tomaba anticonceptivos porque era menor de edad y virgen, Josh y yo sabíamos que la posibilidad de perder nuestra virginidad juntos era de 100/1 porque eramos así, nos conocimos desde pequeños y sí, hemos sido amigos desde entonces, nos amamos con locura y dicimos ser siempre nuestras primeras veces, tampoco queríamos llegar tan lejos con eso de un hijo de por medio, pero it is what it is, ambos estabamos de acuerdo de tener sexo, nos amabamos y ¿porqué no? Pero eso, un mes y medio después cuando el periodo no me bajaba, los nervios entre los dos comenzaron, con quince años yo tenía dos trabajos, pues a diferencia de mi mejor amigo yo era básicamente pobre, en mi casa todos debíamos trabajar pues el dinero nunca alcanzaba, éramos y somos personas humildes. A pesar de que la familia de Joshua me amaba, la noticia les sentó horrible y el odio irracional hacia mí comenzó, frases como: “es una aprovechada”, “se embarazó para quitarnos el dinero”, “sabíamos que lo amarraría”. 

Mis padres sin embargo, estaban demasiado decepcionados por la razón por la cual todo pasó, no me dieron la espalda pero no estaban nada felices y lo entendí, cuando llegó el punto de casarnos al cumplir los dieciocho Joshua y yo comenzamos a reírnos en la cara de nuestros familiares…

—¿Casarnos?—La risa de Joshua era peor que la mía—¿Se volvieron locos todos?

—Es el deber, por dejar que Irene se dejara embarazar de tí—la cara de desdén de la mamá Joshua me hizo sentir mal. 

La expresión de mis padres se endureció pero no solo la de ellos, Joshua se había tensado y su mandíbula estaba considerablemente apretada, sabía que las siguientes palabras de Joshua definiría absolutamente todo en nuestras vidas y en la vidas de sus padres, a pesar de tener quince años, Joshua siempre odió ser el hijo mimado a diferencia de su hermana gemela, ella amaba el dinero de sus padres, es por esa razón que un año antes había comenzado a trabajar, por otro lado Joshua a sus quince años ya tenía un apartamento a su nombre, así como una cuenta bancaria, donde mes a mes le pagaban su mísero sueldo a comparación de la mesada de sus padres. 

—Nos vamos—sentenció mi mejor amigo—, la culpa no es de Irena, es de ambos, ella es mi mejor amiga, la amo con mi corazón y a pesar de todo me alegra que sea la madre de mi futuro hijo, pero no madre—ella arquea su ceja perfectamente—, Irene y yo no nos casaremos porque nuestro amor no es romántico, es por eso que me parece  una ofensa que sigas insistiendo con el “ella se embarazó para amarrarme”, pues estoy seguro que Irene primero muerta a casarse conmigo. 

Mis padres y el padre de Joshua comienzan a reírse, inevitablemente me uno a las risas, todos nos reímos menos la madre de Joshua, sé de lo que Martha es capaz, a pesar de que el señor Henry era el que más dinero ganaba de los dos, también era más agradable. 

—Joshi —él se voltea a verme y sonríe tranquilizándome—,en serio no hace falta —él entiende a lo que me refiero—, me iré a casa.

—No, te irás conmigo y nos iremos a mi apartamento. 

—SOBRE MI CADÁVER. 

—Hijo —el señor Henry capta la atención de todos—, ya sabes dónde están las llaves...

Martha gritó a su esposo esa noche y Joshua y mi familia salimos de la casa, Joshua con maletas y sin mirar atrás salió de la mansión de sus padres hace diez años, siguió trabajando, luego estudió lo mismo que su padre y ahora es quién se encarga de la mitad de las empresas del señor Henry que se divorció de Martha cuando ella despreció a Dorian. 

Desde entonces vivo con Joshua, en el mismo apartamento desde hace diez años, mi carrera de medicina acabó y mi especialización está esperando por mí, pero la cocina es mi más grande amor, siempre trabajé en restaurantes para costear la mitad de mi carrera de medicina pues la otra mitad fue gracias a una beca, soy médico cirujano y deseo especializarme en cardiología algún día, ahorita gano bien y he querido mudarme desde hace algunos años pero digamos que Joshua está renuente. 

—¿Sigues molesta?—se acerca a mí con su carita de perrito y comienza a restregarse en mi hombro. 

Bufo y vuelvo a verlo. 

—Me molesta que sea yo la mala del cuento—Joshi hace un puchero que me hace reír—, no seas sucio, siempre haces lo mismo para que te perdone tus idioteces. 

—Así me amas —su teléfono suena y él hace una cara de disgusto y se voltea con una sonrisa de cien mil dólares. 

—No —comienzo a negarme, mientras me levanto del sofá y él me sigue hasta mi habitación.

—Por favor.

—No

—Prometo no volver a comprar juguetes sin tu consentimiento—me vuelvo a verlo y saco mi dedo mequiñe hacia él.

—¿Por la garrita?—él sonríe

—Por la garrita. 

Cuando veo el nombre entiendo su cara de circunstancia pues Amber ha sido una chica a la que él se ha tirado por unos meses y jamás trajo a casa, pero un día se enteró de quién era realmente Joshua Gibson y ahora lo persigue pues es la típica cazafortunas, para mi mala suerte Joshua siempre me usa para deshacerme de sus conquistas y sabía que esta no sería a excepción pues, lo había evitado mucho, le termino de arrancar el teléfono de la mano, entro en modo «Madre del hijo de Joshua/Esposa que te cortará las tetas por zorra»  y contesto el telefono. 

—Joshuaaasito cariño —pongo mi dedo dentro de mi boca haciendo como si vomitaré causando la risa de mi mejor amigo—, me tienes abandonada, amor.

—¿Quién carajo eres tú y por llamas a mi esposo amor? 

La chica se ahoga haciéndome reír.

—¿Esposa?

—¿Acaso pensabas que eras especial? —me río— ¿Nunca te preguntaste porque jamás te trajo a casa?

—Ese hijo de pe…

—La perra aquí eres tú por andar detrás de hombres casados. 

Cuelgo haciendo que ambos soltamos a reírnos sin parar, Dorian asoma su cabeza por la puerta de su cuarto y nos observa riéndonos tirados en el piso como dos niños de diez años, bueno como él, mi hijo voltea los ojos y vuelve a encerrarse dejándonos oír su grito antes de cerrar. 

—SON UNOS INMADUROS Y ME AVERGÜENZAN…

Sus gritos y el azote de la puerta solo consigue que nosotros ríamos más fuertes por aquí así somos, una familia funcionalmente disfuncional…