ARIEL
Ver el cuerpo inerte de Preppy bajo mi cuerpo, hace que gotee por él, el maldito tiene aún inconsciente, poder sobre mi y eso me enfada, me quito la peluca roja dejando mi cabello rubio suelto, veo la mochila que yace en una de las esquinas y me quito la ropa de puta, me pongo unos jeans oscuros, una blusa de tirantes gruesos blanca, botines de agujeta y una cazadora, matarlo en este estado es demasiado fácil, quiero que sufra, quiero que sienta lo que yo sentí cuando me enteré de su juego con Aleska.
Mi móvil vibra y respondo al ver el número de Malcom.
—Un minuto, Barclay Davis va en camino —dice.
—Entendido, espero estés listo —cu
PREPPY—Más.Me pide Ariel en sueños, sus piernas están abiertas recibiéndome, pierdo la cabeza al ver cómo mi polla se pierde dentro de su coño, se la encajo toda, mis bolas chocan contra su periné y jadea como puta, mía, es solo mía, sus tetas suben y baja a consecuencia de mis brutales embestidas, sus pezones rosados están endurecidos y salivo por ellos.—¿Quién es tu dueño? —gruño al límite del éxtasis.—Tú —se arquea y la penetro con más fuerza.—¿De quién es este co&ntil
PREPPYLas voces de todos se mezclan y parecen una oleada de sonidos inconexos e irreales que se mezclan con la voz de mi hermana menor, Lany, quién creía muerta, estamos dentro del salón principal, y ella no deja de mirar a cada uno de nosotros como si fuéramos fieras a punto de comerla. Su barbilla tiembla como cuando era pequeña y tenía hambre. La cabeza me da vueltas, tengo tantas cosas en mente que poco a poco me siento en una realidad alterna a la que estaba viviendo hace cinco minutos.—Pobrecita —añade Lea manteniendo firme su instinto maternal.Lany nos cuenta que Aleska la mantuvo presa, según sus palabras, aquella noche iba camino a la fortaleza de Enzo, para buscarme y hablar so
ARIELLa mirada que me lanza mi padre hace que me remueva inquieta sobre mi asiento, no le temo, pero su presencia emana un aire de grandeza que me obliga a someterme bajo su poderío. Estamos dentro de la oficina del Boss, la cual es enorme y está rodeada por enormes libreros llenos de libros viejos y algunas estatuillas en formas extrañas.—Deja de mirarme así, tenía que hacerlo, son mis hijos —comienzo sosteniéndole la mirada cargada de desconfianza.—Fue arriesgado —aclara—. ¿Qué hubieras hecho si Purgatorio te vuelve a encontrar? O peor aún, si Solem Ivanov e incluso Teo Sprouse lo hacen.—Entiendo el pun
ARIELEl mundo se detiene cuando siento la lengua de Malcom intentar abrirse paso dentro de mi boca, en otra situación lo alejaría, pero estoy tan hundida en la mierda de mi ataque de pánico, que me aferro a su playera y le correspondo el beso, no siento nada, no hay chispa, magia o esa jodida sensación que me causaba Preppy cuando me besaba o me follaba, nada, no hay nada. Mi cerebro me dicta que está mal, sin embargo, me niego a dejarlo, ya que necesito esto tanto.Sus manos se deslizan por mi cintura aferrándose a mis caderas, gimo en su boca y me acorrala contra la pared, sigo sin sentir nada, de hecho es como si estuviese besando una pared. Me enfurece al imaginar que se trata del padre de mis hijos, quiero más, así que enredo mis manos entre las hebras
PREPPYNo dejo de pensar en ella, en Ariel, no sale de mi cabeza y nunca lo hará, jamás, es mía y creo que parece haber olvidado eso, es por eso que tengo que ir para recordárselo.—Entonces está todo listo.La voz de Enzo me saca de mi ensimismamiento, espabilo y me giro para ver a Barclay tecleando. Hace un par de horas que nos encerramos en mi oficina, luego de dejar a mi hermana dormida, son las cinco de la madrugada y hemos tomado todas las precauciones para que la Bratva no se de cuenta de nuestra llegada hasta que esté parado frente a la fortaleza Volkovish. El que esté afuera Ariel a miles de kilómetros de distancia, creyendo que no la amo y que solo jugué con ella, hace que la sangre se me pu
ARIELNo tengo idea de lo que siento en estos momentos, ya que las ganas asesinas de acabar con el hijo de puta que está frente a mí, superan cualquier cosa. Purgatorio me observa y enciendo todas las luces por completo para estar segura de que no se trata de una alucinación o un mal sueño. Pero no, él sigue de pie frente a mi.—Parece que has visto a un fantasma —ladea una sonrisa de media luna.—No lo creo, porque aún no te he matado —saco la navaja que guardaba.—Puedes hacerlo, sería fácil —dice con agitación cayendo de rodillas frente a mí.Lo observo con de
ARIEL—¿Estás segura de que quieres hacer esto? —me pregunta Malcom con el ceño fruncido.Mientras me dirige hacia un corredor, no tengo idea de adónde me lleva, solo pedí que hiciera todo lo posible porque yo pudiera estar presente en la oficina del Boss sin que nadie se diera cuenta.—Sí, necesito saber qué es lo que trama Damián —afirmo con seguridad.—Creí que era Preppy —se mofa.Pongo los ojos en blanco.—Como sea.Entra
PREPPY—Parece que viste un fantasma —le digo con la verga dura al verla—. ¿En serio pensaste que me creería el cuento de que estabas muerta?Me mira con el ceño fruncido.—No, así como tampoco me creo el cuento de unirte a la Bratva —su voz suena hostil y eso me cabrea—. Te conozco bien, bueno, al menos eso creí hacerlo, pero al parecer no eres más que un maldito mentiroso de mierda.El que me hable sin respeto hace que pierda la cabeza.—No te mentí, al principio era un juego, pero lo que siento por ti siempre ha sido sincero —agrego respirando su olor a lavanda.