ARIEL
Calle Doungbarth manzana 86 calle Linconder, años atrás...
Intento tranquilizarme, respiro hondo y profundo, retengo el aire en mis pulmones el suficiente tiempo como para sentir cómo estos se apachurran en mi interior. Luego suelto lenta y tortuosamente todo el oxígeno, a mis quince años, tengo que ocultar los nervios que me provoca tener que presentarme en la oficina del jefe. Trabajar en una pizzería como mesera, no era lo que tenía en mente, pero si quería acabar la secundaria y poder graduarme con honores, tenía que hacerlo.
Hace cinco noches que mi padre no llega a casa y
PREPPY Falta poco para que amanezca, mis hombres me ayudaron a colocar estratégicamente lo que les pedí en cada edificio, me importó poco que en ellos habitaran mujeres y niños, al final del día cuando crecieran se convertirían en mierdas sin corazón como sus progenitores, incluso como yo, solo iba a adelantar su destino. Inhalo por última vez el porro de marihuana que había enrollado minutos antes con manos diestras y expertas, lleno mis pulmones y retengo todo lo que tengo, a los segundos lo suelto y puedo sentir como cada uno de mis músculos y extremidades se relajan. Jamás en la vida había estado tan lleno de rabia, ni siquiera cuando mataron a mi hermana, no, pero esta vez es distinto, se atrevieron a lastimar a la única mujer que he amado, porque sí, antes de ella hubieron putas, zorras que gemían como perras en
Preppy con casi diez años... Un puñetazo tras otro, ver las peleas callejeras de los estúpidos niños del vecindario, era entretenido, pero no tanto cuando se trataba de que yo fuera el payaso del circo. Algunos mafiosos pagaban por esa clase de espectáculos, algunos incluso compraban a los niños para que con el paso del tiempo y basándose a un entrenamiento exhaustivo, se convirtieran en máquinas asesinas que leslamberíanlos huevos siempre. Y esta era una de esas ocasiones, mi padre necesitaba dinero para sumierderovicio, así que no perdió la oportunidad de venderme para peleas en las cuales, siempre ganaba, solo que esta vez era espectador y no protagonista. —¡Vamos sin huevo
Presente... —¿Preppy? Cuando llegamos al hospital todos tienen cara de funeral y eso me cabrea. —¿Tú...? —me pregunta Lea con cautela. —Si me vas a preguntar sobre las explosiones, sí, fui yo —les disparo una mirada envenenada a todos. —No puede ser... —comienza a decir Brandon pero palidece cuando le apunto con la pistola. —No me toques las pelotas maldito, te recuerdo bien, así que es mejor que cierres esa puta boca de m****a. Estábamos en un área de espera en la que no se encontraba más gente m****a que nosotros, lo cual agradecí enormemente.
ARIEL Hace algunos años atrás... Mientras observo a los niños jugando en el parque, dentro de la casa de madera que está cubierta por escaleras y toboganes, yo tengo que ser espectadora, mi madre no para de hablar por teléfono y aunque no entiendo nada de lo que dice, sé, por el tono de su voz, que está molesta. Levanto la mirada y detallo su rostro enrojecido por el llanto, su pómulo permanece hinchado y soy consciente del ligero temblor que domina sus labios. Anoche había discutido con mi padre por algo a lo que no le puse atención, pero la escena no fue la mejor para una niña de cinco años, y ahora pasábamos la mayor parte del tiempo en el parque, ella escondiéndose bajo la sombra de un árbol, con lentes oscuros cubriendo su
PRESENTE Lento, suave, siento mi cuerpo débil, todo me da vueltas y tengo miedo, pero me dejo llevar por la corriente eléctrica e invisible, lo que veo a mi alrededor son pedazos de fragmentos de mi vida cubiertos por una fina capa de humo, poco a poco el dolor comienza a disminuir, quiero morir, quiero dejar de sufrir, no tengo nada que me retenga y mucho menos un ancla o una brújula que me ofrezca estabilidad en la vida, quiero desaparecer, ser un simple átomo entre tantos, algo que nadie note para que no me dañen. Ariel, ven Ariel... Una voz femenina me llama, giro a mí alrededor pero no hay nadie, todo es tan blanco que mis ojos se achican, respiro profundamente y comienzo a caminar en dirección a la voz que no deja de llamarme.
Can'treadmyCan'treadmy, can'treadmyNo, he can'treadmy pokerface(She'sgotme likenobody)Can'treadmy, can'treadmyNo, he can'treadmy pokerface(She'sgotme likenobody) P-p-p-pokerface, p-p-pokerfaceP-p-p-pokerface, p-p-pokerface Alguien está cantando una canción de Lady Gaga y siento deseos de gritarle que se call
PREPPY Los sonidos intermitentes del hijo de puta que violó y torturó a mi chica, hace que la sangre comience a bombear a gran velocidad por mis venas, haber destruido el vecindario que me mató a los once años, que jamás nos ayudó a mi hermana Lany o a mí, y que ahora había herido a Ariel, no fue suficiente para calmar mi sed de venganza. Quería más, y lo iba a obtener, el sonido de los noticieros al fondo de la estancia principal, llega hasta mis oídos, Tara seguramente debe estar anonadada con mi juego, pero me importa una m****a si piensa la realidad; que soy un monstruo. —¿Estás seguro de lo que piensas hacer? —Me cuestiona Enzo, quien permanece sentado a mi lado, con un trago de Whisky en la mano y un puro en la boca, sacando el humo como puto profesional—. Deberías estar con ella en el hospital, ahora que ha des
—¡Nadie jodidamente toca lo que es mío! —bramo, no es suficiente, quiero más sangre, quiero más. Lo agarro de la solapa de su camiseta y lo arrastro como guiñapo. La b****a humana se queja y me importa una m****a, deslizo la cortina, abro la puerta de cristal grueso, y lo lanzo al otro extremo. —Pues bien, sabes, parece ser que mi chica ha hecho algo que tiene nervioso a mi amigo, así que es hora de terminar con el juego. —Ayu... ayuda... —Nadie te escucha imbécil, así como nadie la ayudó a ella. —¿En serio, Prep? —Bufa Enzo a mis espaldas, con los brazos cruzados, ladeando una media sonrisa que me deja ver lo divertido que le resulta uno de mis juguetes—. ¿Una cuna de Judas?