Con una sonrisa confiada Antonia ingresa al vestíbulo del lujoso hotel caminando hacia la amable recepcionista que se para firme poniendo su ensayada sonrisa para recibir a los clientes. La muchacha avanza con pasos lentos y decididos sin sentir el más mínimo remordimiento de estar utilizando la información que le dio Samuel para poder llegar a Yoshimoto. Lo único que le importa es lograr la manera de hacerse con el cliente principal de la competencia, si bien hasta ahora todos los intentos de lograrlo han terminado en un rotundo fracaso, ahora cuenta con la controversial renovación de Research Tecnology y el cambio de quien está a cargo allí, con un buen discurso podría llegar a convencerlo de que las cosas allí van rumbo a un quiebre que se reflejará inevitablemente en su bolsillo.
—¿En qué puedo ayudarla, señorita? —pregunta la recepcionista con una voz sumam—¡No puedo creer lo que me estás diciendo, simplemente hace que me explote la cabeza! Quiere decir que hemos sido timados todo este tiempo —exclama el locutor por la radio exagerando su reacción ante la noticia que su compañera le ha dado.—Lo sé, yo quedé igual que tú, es que a quién no le gusta cree que aún en estos tiempos de superficialidades y frivolidades el amor aun hallaba la manera de surgir, y supongo que el pobre Alexander Carrizo también lo creyó, se dejó llevar por el encanto, pero todo terminó siendo una trampa no muy diferente de las sirenas que encantaban a los marineros para ahogarlos —responde Daiana con un tono de voz lúgubre, casi como si estuviese anunciando la muerte de alguien.—No podemos culparlo, todos nosotros apostamos a ese amor, que incluso aunque tuviera trabas deseábamos que llegara el mo
—Tienes que tomarte esto con calma, no vayas a entrar allí para atosigarla como seguramente estás pensando, ¿Me escuchas? —advierte Roberto sentando junto a su ex esposa en la sala de espera de la clínica.—Creo que debe dar más de una explicación de lo que como la han encontrado, fotos de ella drogada y emborrachada, tirada en el piso como una especie de indigente. ¿Te imaginas el golpe que será esto? ¿La imagen que me da ante los inversores? ¡Si no puedo controlar a mi propia hija, es claro que no podría hacerlo con Kenia Motors! —reclama Samantha dispuesta a zamarrear a su hija hasta que le brinde una explicación de lo que ha sido eso.—¿Acaso te estás escuchando? ¡Tu hija ha sido internada por aparecer drogada con alguna sustancia, y a ti lo único que te importa es lo que la gente puede llegar a aparecer. Este
Lucía se para frente a la puerta del apartamento de Sebastián sin atreverse a llamar a la puerta, de hecho ni siquiera está segura de la razón por la que está allí, o en realidad sí, dada las circunstancias cada vez mas desfavorables en su vida, ha sentido la gran necesidad de acudir a quien siempre ha sido incondicional con ella. Durante tanto tiempo creyó que era independiente, que podía valerse por sí misma, que terminó creyéndose su propia mentira, y no se dio cuenta que dependía completamente de Sebastián, del que él no solo era su socio, sino su sostén.—Pero no puedo entrar y decirle eso como si nada hubiese pasado, y la verdad es que no tengo las agallas para aceptarlo del todo, pensar que he tenido que llegar hasta este punto para darme cuenta de lo mucho que significa para mí —murmura la empresaria alejándose de la puerta me
Samantha golpea su escritorio con el puño al ver que en los portales de noticias aún siguen haciendo eco de la adicción de Antonia, de como su hija se le ha escapado de las manos a la mujer que creía tener todo bajo control. Lo cierto es que su pequeña niña de la que jamás hubiese esperado un error como ese, le ha brindado un golpe que siquiera sus enemigos podrían haber logrado. No solo ha puesto en duda su capacidad de control y liderazgo, sino que incluso opacó por completo su regreso a Kenia Motors, lo que debería haber sido un regreso triunfal se ha desvirtuado a un hecho totalmente ignorado.—Esa niña tonta, en cuanto salga de ese centro de rehabilitación no le sacaré el ojo de encima siquiera para que vaya al baño, aunque ahora de lo que debo preocuparme es de minimizar el impacto de todo esto —murmura la empresaria tratando de buscar la manera de recuper
—¡Claro que no, no tengo ningún interés en un arreglo, no voy a conformarme con las migajas que quiera darme! ¡No voy a quedar conforme hasta conseguir la mitad de hasta el ultimo centavo que tenga escondido! —asegura Dolores a través del teléfono saliendo del ascensor del hotel en el que se hospedará al menos hasta que consiga una casa a su medida.—Estoy consciente de eso, pero eso podría llevar algo de tiempo, y la verdad es que la oferta que han hecho no está nada mal —insiste el abogado que quiere asegurarse que su clienta no deje pasar una oportunidad tan buena solo porque no es capaz de lidiar con el despecho.—Cuando alguien ofrece un arreglo es porque espera poder dar mucho menos de lo que debería, tengo todas las de ganar ante una corte, y no pienso dejarlo pasar solo porque mi abogado quiere escapar con el rabo entre las patas —sentencia la muj
—Estoy preparando un delicioso Risotto, vas a chuparte los dedos, puedo asegurarte que no has comido uno como este en ninguno de los restaurantes a los que has ido en toda tu vida —anuncia Camila a través del celular revolviendo la cacerola que despide un aroma embriagador.—¿Un risotto? No es que dude de tus… habilidades culinarias, pero suena a algo ambicioso, puedo llevar algo si quieres —bromea Sebastián que le ha dicho que se encuentra en camino.—No te atrevas a subestimarme, aún hay mucho que no conoces de mí, y hoy descubrirás una de mis grandes habilidades —asegura la mujer esbozando una sonrisa divertida ya que aun cuenta con muchas cosas con las que mantener vivo el interés de su pareja.—Caramba, si no te conociera diría que estás tratando de enredarme en tus encantos, no sé si sentirme halagado o asustado —mu
—Me alegra escuchar que has tenido progresos, sin embargo aún te queda un buen tiempo allí—murmura Samantha a través del teléfono hablando con su hija.—Supongo que has de estar muy ocupada que no has sido capaz de venir a verme —cuestiona Antonia que si bien está dolida de la ausencia de su madre se esfuerza para no revelarlo en su tono de voz.—Conoces cómo son las cosas, he tenido que lidiar con lo que provocó tu… crisis, lo cual terminó costando mi triunfal regreso, e incluso he tenido que estar reteniendo a inversores y clientes con uñas y dientes. Y eso considerando que no llegue a afectar nuestra negociación más importante —revela la empresaria sin esconder su disgusto al poner en peligro su jugada por la que puso en marcha su aparente retiro e incorporación de Alexander.—Entiendo, crees que merezco estar
—Es muy extraño, Eloida no ha respondido ninguna de mis llamadas, yo no es propio de ella llegar tarde a un compromiso —murmura Uriel sentado a la mesa de la sala de juntas arrugando la frente desconcertado.—Habrá sufrido algún contratiempo, a todos nos puede pasar, podemos esperarla un momento más —anuncia Sebastián que ni siquiera está al tanto de la razón por la que se han reunido allí.—Ya la hemos esperado por quince minutos, suficiente tiempo, deberemos comenzar sin ella, la pondremos al tanto cuando se digne a aparecer —determina el accionista meneando la cabeza en desacuerdo, pues si bien Eloida es su aliada, considera que puede conseguir su propósito incluso con su ausencia.—Parece que se está haciendo una costumbre hacer Juntas sin importarte la ausencia de los miembros —reclama Lucía ganándose una mira