Valentina observaba con asombro a ambos, esperando que las palabras de Ámbar fueran simplemente el resultado de su estado de embriaguez. Desde hacía tiempo, había notado que, desde la mañana hasta bien entrada la noche, Ámbar consumía licor y pasaba la mayor parte del tiempo ebria. —Señora Ámbar, ¿qué barbaridad acaba de decir? Por favor, deje de beber. Lo que está ocurriendo es serio y necesitamos que esté sobria más que nunca.Alejandro, nervioso y tratando de evitar que su madre continuara hablando, intervino rápidamente, tomando a Ámbar del brazo para llevarla a su habitación y alejarla de Valentina.—Madre, es hora de que te vayas a dormir. No necesitamos que compliques las cosas con tus comentarios absurdos.—¡Ya suéltame, Alejandro! Respeta que soy tu madre y aún puedo darte una bofetada, a pesar de que ya eres un hombre casado.—Vamos a tu habitación. Es muy tarde y es mejor que descanses. Mañana será otro día y podremos hablar cuando estés más sobria.—¡No voy a ningún
Comienza la venganzaValentina estaba en shock, no asimilaba la noticia, en un segundo el hogar que había construido por tantos años, se había destruido. Estaba tan impactada que no pudo aguantar más la presión, y de pronto, cayó desmayada al suelo. Alejandro enseguida la cargó y la acostó en el sofá, estaba muy asustado. —¡Valentina, mi amor! ¿Qué te pasa? ¿Qué tienes? ¡Despierta, por favor!Eloísa se acercó y le dijo molesta:—Después de una noticia tan horrible como esa, ¿qué pretendías? La pobre no aguantó la impresión de haber descubierto la clase de marido que tiene.Sandra fue rápidamente por alcohol y le colocó la botella debajo de la nariz a ver si así reaccionaba. Al cabo de unos minutos, Valentina comenzó a abrir los ojos con dificultad y, cuando pudo recobrar la conciencia, se llevó las manos a la cabeza mientras decía algo confundida: —¿Pero qué me pasó? Sentí que todo me dio vueltas y después vi todo negro y no supe nada más de mí.Alejandro la tenía agarrada de
El cambio de actitud de Valentina había sido radical. El dolor de la traición de Alberto y su madre, le había causado un dolor inmenso, y solo sentía sed de venganza. No podía creer cómo había estado engañada tantos años por el único hombre que había amado tanto.Mientras Valentina se encontraba con el abogado Gómez discutiendo los términos de la demanda contra Alejandro, él ya estaba en la academia desde muy temprano. Como era lógico, no había dormido en toda la noche; estaba atormentado por todo lo que sucedía. Además, lo de su madre lo tenía descontrolado; aún no asimilaba que ella fuera responsable de la muerte de Javier. La dejó en el hotel, recomendándole que no saliera de allí, temiendo que Valentina cumpliera con sus amenazas y avisara a la policía. Por muy culpable que fuera Ámbar de toda la desgracia que había pasado, era su madre y le dolía cualquier cosa que le sucediera. Se encontraba entre la espada y la pared.Entró a su oficina, ordenando las carpetas que tenía sobre
Te declaro la guerra Mientras Valentina entraba a terapia intensiva a ver Alejandro, Laura permanecía en la sala de espera acompañada de Manuel, quien no perdió la oportunidad de acercarse a ella y así enterarse de lo que estaba pasando, en todos los años de amistad que tenía con Alejandro, jamás llegó a mencionarle nada en relación a Laura: — Bueno, Laura, ahora que estamos a solas, creo que es un buen momento para que me digas: ¿cómo es eso de que eres la madre de Valentina? No comprendo del todo esta situación. ¿Por qué no me lo dijiste durante la entrevista que te hice? — Es una historia muy larga y no sé cómo lo vayas a tomar. — Pero creo que tengo derecho a saberlo. Recuerda que no solo vas a trabajar para Alejandro, sino también para mí. Yo soy su socio y tengo la mitad de las acciones de la academia. — Caramba, no sabía que también eras dueño de la academia. Pensé que trabajabas para Alejandro. ¡Vaya sorpresa queme he llevado! — Pues ya ves que no es así. Es u
Días después…Alejandro había sido dado de alta, ya estaba recuperado a pesar de que el médico había recomendado que debía cuidarse en casa y cumplir con una dieta estricta. No podía recibir disgustos y tenía que tratar en la medida de lo posible de vivir el día a día en paz. Valentina había ido a buscarlo a la clínica, recogía sus cosas mientras él la observaba con ternura. No podía creer que a pesar de todo lo que había pasado, ella continuara apoyándolo. — Gracias por venirme a buscar Valentina, la verdad es que después de lo que pasó pensé que yo no te importaba. — No te equivoques Alejandro, vine a buscarte porque aún eres mi marido y tenía que pagar la cuenta de la clínica, además el médico me dijo que debes guardar reposo porque tu condición es delicada. — Valentina por favor cariño, necesitamos hablar con más calma, espero que cuando lleguemos a casa podamos arreglar las cosas, somos una familia…— Ya basta Alejandro, quiero dejarte muy en claro que efectiv
Días después…Desde aquella visita de Laura, Valentina y Alejandro, habían tomado la decisión de usar su última carta, hacer una prueba de ADN con el fin de que Alejandro, pudiera reclamar la custodia legalmente. Aunque el pequeño había sido adoptado legalmente, la intención de ambos, era demostrar que era hijo biológico de Alejandro, por lo tanto también tenía derecho a la custodia del pequeño. Además, Valentina aún tenía en su poder la carta que había escrito Laura, cediendo todos los derechos del niño a ella y Alejandro. Aunque eso podía desatar que Laura, denunciara que la había escrito bajo amenaza de muerte, lo que implicaría que se abriera una investigación judicial a Ámbar. Después de varios días de espera, Valentina y Alejandro se encontraban en la sala del laboratorio, esperando los resultados de la prueba de ADN. Laura también estaba presente, acompañada de su abogado, ya que en vista de las circunstancias el juez había ordenado que ambas partes debían realizarse la p
En vista de todo lo que había pasado con el resultado de la prueba de ADN, Valentina y Alejandro, habían tomado la decisión de buscar a Ámbar y llevarla de regreso a la mansión, ella era la única que tenia la respuesta de lo que había pasado realmente con el hijo de Laura y Alejandro. Cuando llegaron a la habitación del hotel, estaba completamente ebria. Valentina a pesar de no estar de acuerdo en llevarla de nuevo a su casa, no le había quedado otra alternativa que tragarse su orgullo y acceder, Ámbar era la única que podía explicar lo que había sucedido con el niño.— Esto es temporal, esperemos que tu madre logre estar sobria y pueda decirnos qué fue lo que hizo con el verdadero hijo que tuviste con esa mujer. —dijo Valentina con desprecio. — Entiendo tu malestar Valentina, pero no te preocupes que a penas descubramos qué fue lo que pasó, yo me encargaré de llevarme a mi madre muy lejos de aquí. — Tras las rejas querrás decir, porque es el lugar en donde merece estar y de eso
Un año después…Alejandro vivía devastado ya que Valentina había cumplido con su amenaza y había denunciado a Ámbar de asesinato. A raíz de los acontecimientos y las sospechas que tenía especialmente el abogado de la familia, quien además había sido un gran amigo de Gustavo, la policía comenzó a investigar todo lo relacionado con la muerte del padre de Alejandro. Tras un exhaustivo análisis de las pruebas encontradas después de tanto tiempo, llegaron a la conclusión de que había muerto por envenenamiento.Sin embargo, en ese entonces, Ámbar se encargó de pagar una fuerte suma de dinero al médico forense para que no hiciera público el informe de la autopsia, en el que se leía claramente que la muerte había sido provocada por una sustancia venenosa que habían suministrado en pequeñas dosis en su cuerpo, provocando que muriera lentamente y de esta forma no levantar sospechas. Por supuesto, todos los responsables y cómplices de Ámbar, terminaron tras las rejas. Además, como Ámbar se hab