Me he encontrado con la señorita Daimaris y a sus doncellas y ellas me tratan de evitar, pese a que me saludan de forma cordial y amable cuando me ven, la señorita Silva me trata como siempre, aunque ahora no para de recalcarme que tengo que ser una buena esposa para su Alfa y que debo darle hijos fuertes y sanos, que también debo aprender más sobre su cultura.Mientras estoy tomando mis lecciones de lectura, una sirvienta llega y me entrega una carta, que no dice quién me la envía, solo que se dio una clara y explícita orden de que debe ser entregada directamente en mis manos, una orden algo extraña desde mi punto de vista. Curiosa por saber que dice, abrí el sobre y me puse a leer la carta, pero tiene muchas palabras desconocidas para mí, desafortunadamente solo entendí una parte del contenido.Frunzo levemente el ceño y le digo a mi profesora que tengo que ir a ver al rey, ella me da permiso de irme, le dije que no iba a tardar en volver, me levanté rápido de mi asiento y me fui co
Mi Beta junto con algunos de la servidumbre se ha ido al bosque que colinda con nuestro reino, mientras yo me quedo en casa con mi Ginebra, que me ha preguntado por la falta de personas, le expliqué lo que ocurre y esto le ha fascinado, ya que no para de preguntarme como conectamos con nuestras raíces, que sucede cuando volvemos, entre otras cosas. Su mirada brillaba con intensidad conforme le iba contando sobre lo que ocurre cuando volvemos a los bosques.Un día, mientras estoy organizando unos documentos, Ginny se ha presentado en mi oficina, diciendo que, ellos tienen la costumbre de cenar en familia para el año nuevo y quería saber si podíamos acompañar a sus padres para la cena, le dije que sí, que no tenía ningún problema en asistir a su cena, ella se acercó a mí y llenó de besos mi mejilla, gritándome al oído que estaba muy agradecida y emocionara. Me dio un último beso tronado en la mejilla y salió corriendo de mi oficina, gritando entusiasmada que irá a cenar con sus padres.
Salí del despacho feliz y contenta, esperando con ansias la salida de esta tarde, mi emoción desborda por cada poro de mi piel, al punto que mi profesora se muestra un poco molesta por mi entusiasmo e incluso me ha regañado por pensar que no estoy prestando atención, pero lo cierto es que, estoy atenta a todo lo que me está diciendo y teniendo los ánimos por los cielos, me concentro mejor. La lección de hoy fue bastante entretenida desde mi punto de vista.Después del almuerzo, Alessio me dice que los caballos ya deben estar listos, ladeo un poco la cabeza y una risa nerviosa se me escapa, al ver mi expresión de asombro y susto, se ríe entre dientes y me dice que iremos a caballo, no en carroza. Enseguida le dije al rey que yo no sabía montar a caballo y que me daba un poco de miedo, enseguida tomó mi mano con delicadeza y me dijo que todo iba a salir bien, que no tenía nada de qué preocuparme ya que él estará a mi lado guiándome, escuchar eso de sus labios, me deja muy tranquila, per
Tomo un poco de aire y decido ignorar mis emociones, concentrándome en los alrededores, la deliciosa brisa acaricia mi rostro con delicadeza, por alguna razón mis memorias se remontan a los días que vivía en la granja o de cuando me iba al riachuelo que estaba cerca."Señorita Ginebra “la voz de Darius llega a mí, sacándome de mis memorias, parpadeo varias veces y dirijo la mirada hacia él, ladeo un poco la cabeza y contemplo sus ojos negros, esperando a que me diga algo. Sir Nox me dedica una sonrisa muy cálida, luego toma las riendas de mi caballo y tira de ellas suavemente, haciendo que mi caballo se detenga, luego me dice que debo concentrarme en mi camino, frunzo levemente el ceño y miro al frente. Para mi sorpresa, casi choco contra una de las doncellas de Daimaris, menos mal que Nox me ayudó.Agradezco el gesto que ha tenido, de lo contrario, hubiera hecho el ridículo, un suspiro de pesadumbre se me escapa, el día no va como lo había planeado, pero no puedo acercarme y decirle
Cuando por fin llegamos al lugar en donde se llevará acabo el festival, ya es medio día, me duele el estómago por el hambre y todo el cuerpo por estar mucho tiempo sentada en el lomo del caballo, pero veo que el resto están tranquilos y relajados, completamente serenos; parece ser que soy la única que tiene hambre. Para no incordiar o incomodar al resto, decido quedarme callada y aguantarme.El organizador se acerca al rey y a la señorita Daimaris, preguntándoles sobre cómo quieren organizar el festival este año, Alessio baja del caballo y ayuda a su acompañante a bajar, el resto bajan por cuenta propia. Todavía sobre el equino, veo como ellos se alejan de nosotros, sin quiera mirar atrás. Si pensaba que mi corazón no podía sentirse más herido que antes, me he equivocado, porque sí que me siento mucho peor que antes.—Déjeme ayudarla, señorita Ginebra.—No hace falta, gracias.Con torpeza y casi cayendo al suelo, logro bajarme, que aliviada me siento de por fin poder estirarme. Al ver
No dice nada, simplemente me hace un ligero movimiento de cabeza para que empiece a caminar, no cruzamos ni una sola palabra en el camino, ni siquiera cuando llegamos a nuestro destino. Miro a mi alrededor y veo a varias personas yendo y viniendo, completamente ocupados y ajetreados por todos los preparativos, no hay señales de Alessio, ni Daimaris ni tampoco de sus doncellas.—Vamos, Ginebra— Camina delante de mí, pero al darse cuenta de que no le estoy siguiendo, se detiene y se gira un poco hacia mí. —Deben estarnos esperando.—Lo deben estar esperando a usted, no a mí— Camino en dirección contraria. —Lo veré luego, iré al riachuelo.Regreso al lugar en donde me caí y me siento en el suelo, contemplo el cielo por un largo rato, dejando que mi imaginación vuele, mi mente dibuja criaturas extrañas en las nubes y crea historias tan fantasiosas e irreales, que dan risa. Hago esto hasta que las estrellas empiezan a asomarse en el cielo, frunzo un poco el ceño al ver que ya es demasiado
—Me alegro que expreses por fin lo que piensas, pero como le he dicho a mis consejeros, me importa muy poco tu opinión, pienso desposar a Ginebra y si no te gusta mi decisión, puedes retarme para tomar el trono o irte de mí reino, ambas opciones son viables.Antes de convertirse en mi amante, Daimaris me había retado a un combate singular por el puesto de Alfa, le ha quedado una cicatriz muy hermosa en toda la espalda, que al día de hoy se sigue viendo bastante fresca. Ella resopla con fuerza y entrecierra los ojos al recordar nuestro primer y único encuentro.—Sabes que no poseo el poder para enfrentarme a ti y ahora menos, pero no es el caso— Camina en mi dirección, mirándome directo a los ojos. —No es digna de ser tu esposa, ningún clan la va a aceptar como su Delta y guía, lo sabes mejor que nadie.—Lo mismo decían de mí, estaban furiosos porque me estaba “perdiendo el camino de la luna” por preferir las costumbres humanas que las nuestras, cosa que no era verdad, pero a los ancia
—Ginny, tenemos que arreglarnos.Responde con un “No quiero” algo infantil, luego me pide que nos quedemos un rato más acostados, quiere seguir disfrutando de este momento y yo se lo concedo, sirve que pienso en como pasar el día con ella. Pasado un rato, nos arreglamos y regresamos al palacio, ambos nos sentimos aliviados de que sus padres no nos hayan visto.En el camino de regreso al palacio, noto que ella está distante y ni siquiera entabla una conversación conmigo como antes, sé que las cosas entre nosotros están tensas y más por la intervención de Daimaris, pero si tan solo me dejara aclarar las cosas. Estando frente a la entrada del palacio, le digo que saldremos a pasear y que esta vez seremos solo nosotros, ella no se notaba convencida de mis palabras, pero tampoco se negó a salir conmigo. Después del desayuno nos fuimos a arreglar y salimos otra vez del palacio.Ginebra.Tal y como dijo el rey, salimos otra vez del palacio, no estoy segura de que está planeando, pero me entu