Capítulo 126
—Lo siento, Daniela —sonrió Juan con tristeza, mientras se entretenían viendo la luz de la luna que iluminaba al mar de la bella “Playa Grande”—. ¿Te duelen los pies?

—Me sorprendes —respondió burlona—. Todo este deslumbrante paisaje que se extiende frente a ti, Juan Quintana, ¿Y en todo lo que se te ocurre pensar, es en pies adoloridos?

—Por supuesto que no —retiró el cabello de su cara y miró hacia el mar—. Solo me preocupo porque mi hermosa nena, esté cómoda.

—Muy bien Juan Carlos, sigue así, que ya casi te perdono.

—¿Todavía no me has perdonado?

—¿Qué esperabas? Me hiciste enojar mucho. Pero no te preocupes, ya estoy a punto de perdonarte.

—¡Gracias a dios! —dijo él con ironía.

Y ella se rio.

Hubo silencio por un rato. Caminaron a lo largo de la playa embelesados por la belleza de las olas rompiendo y el ruido del mar.

—La luna brilla de nuevo, es como si siempre fuera testigo de nuestros mejores momentos —expresó Daniela al fin.

Juan la miró.

— ¿Eres hija de la l
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