Colgué la llamada.
—Quiero estar sola, Clyde —le aclaré, para nada contenta.
—No te castigues, Bonnie —metió sus manos en los bolsillos del suéter negro que vestía—. Estoy seguro que Clover no lo hizo con mala intención.
—Le dije que era importante —me crucé de brazos y apoyé mi espalda al auto—. ¿Cómo lo pudo ignorar y ya?
—No lo sé, pero sí sé que hay una razón lógica para todo esto —se encogió de hombros—. ¿Cómo están tus ataques?
—No he tenido más —miré mis pies y pateé una pequeña piedrita—. Estuve trabajando así que mi mente ha estado muy ocupada como para pensar en tener un ataque.
— ¿Y los rusos?
—No han aparecido —negué con mi cabeza—. Nada
Bueno, pero hasta las cuántas va a atormentarme el ruso este.—Estos rusos son un grano en el culo —comentó Clover, molesta.El hecho de que ese tipo los estuviese buscado solo tenía dos razones: Podía estarlos buscando para alguna cosa que desconocíamos, o simplemente los quería atrapar para llegar a mí. Cualquiera de las dos era mala, muy mala, terrible, pero a mi parecer, la segunda era la peor de todas; si a ese par le sucedía algo por mi culpa, no me lo perdonaría jamás.— ¿Pero qué mierda quiere ese sujeto? —musité enojada con la población rusa.Bueno, la población rusa no tenía culpa, pero qué rabia.Miré a la morena por inercia y noté que me estaba escudriñando con la mirada.— ¿Qué?— ¿Qué sabes al respecto? —i
Fruncí el ceño, confundida.—Verte esforzarte por tu puesto de detective me hace querer luchar por mi puesto de jefe de enfermería, aunque sé que tengo muchas cosas que aprender todavía —explicó con una ligera sonrisa—. Eres una mujer increíble y nadie puede interponerse entre tú y tu meta de vida, ni siquiera tú misma.—No sé qué decir —le confesé—. Siento que debería agradecerte, pero también creo que un simple «gracias» no sería suficiente.—Mejor empiezo yo pidiéndote disculpas —señaló, un poco avergonzada—. Creí que me habías llamado por algo del caso, no creí que fuese algo como esto.—Está bien
—Mi abogado me dijo que intentara cambiarme el nombre a ver si así lograba algo —pasó una mano por su desordenado cabello—. Hice todo lo posible, hablé con todas las personas que debía y pude cambiar mi nombre.Solo querías un nuevo comienzo.—Solo quería empezar de nuevo —susurró.Estuvimos unos largos minutos en silencio, cada quien, dentro de sus pensamientos, sin intercambiar ni siquiera una mirada.Kade —o Nate— estaba frustrado, ansioso. Quizás no lo estaba viendo directamente, pero gracias a la vista panorámica, podía darme cuenta de reojo que estaba al borde del colapso. Sobre sus rodillas dobladas descansaban sus brazos y, sobre los mismos, se apoyaba su frente. Alzó la cabeza y fijó su vista algún punto del jardín de la mamá de Owen.No sé si fue porque me sentí mal por &
El castaño me pidió que lo llamara «Kade» porque, al parecer, escuchar que lo llamen «Nate», después de tanto tiempo, le traería muchos recuerdos de sus padres, de su hermano, de su infancia, y era algo a lo que el chico no estaba preparado para manejar.Por otro lado, Clover y Owen ya sabían sobre el asunto del nombre desde hace ya un tiempo. Me contaron que Clover y Kade se volvieron unidos mientras ella salía con Owen. Una relación fraternal, de mejores amigos, de hermanos. Ella me contó que había mucha confianza entre ambos, por lo tanto, mi mejor amiga y el chico que me gustaba eran uña y mugre.Para muchas chicas, eso fácilmente podía ser un problema, pero a decir verdad no me molestaba, de hecho, todo lo contrario, me gustaba la idea; Kade se había quedado sin familia hace ya muchos años, no tenía nadie con quién hablar sobre su
Domingo.Las vibras del domingo eran hechas de fábrica para los flojos como yo. Para mí, los domingos tenían un aire destinado a no hacer nada, a estar acostados todo el día viendo películas, viendo series, durmiendo; el domingo estaba predilecto para el descanso. La biblia lo dice, de hecho. Sin embargo, un descanso no estaba permitido en mi vida por los momentos. Había muchas cosas por hacer con respecto al caso Simmons-Keys-Rogers y con el descubrimiento de la razón por la que la mafia rusa nos perseguía.Sin presiones.Anoche, luego de darle fin a nuestra conversación, abandoné la casa de Owen en minutos. Era la una de la madrugada, era muy tarde y ya no había más nada qué hacer con los chicos. Owen solo estaba siendo Owen, Clover reía y a la vez reprochaba las burlas de su novio sobre temas variados, y Kade solo me ponía nerviosa. Él no e
Era bastante urbano, la pintura de los edificios estaba muy desgastada, algunas incluso estaban manchadas de moho, otras tenían marcas de cuando el balón de fútbol las golpeaba y en su mayoría había grietas por toda la pared. Con respecto a lo rural, había algunos árboles pequeños, algunas flores, no era un lugar adornado por las plantas y la naturaleza, pero había lo suficiente como para que no se viera gris y triste.Ese conjunto residencial estaba compuesto por cuatro torres, siendo el centro del conjunto un área común donde los niños jugaban mientras los vecinos conversaban. Aunque visualmente el lugar no fuese el mejor de todos, se notaba que las personas que vivían en él le daban ese aire de convivencia sana.Entonces, al pasar la vista por el lugar, Clover y yo pudimos visualizar a los dos idiotas que nos harían compañía sentados en uno de los b
Estacioné el auto frente a un gran edificio de unos diez pisos aproximadamente. Por lo visto, cada apartamento venía incluido con un balcón porque había muchos a lo largo de la estructura. Además de que, siendo esa mi primera impresión, diría que el edificio tenía un mantenimiento constante por lo pulcro que se veía por fuera, tanto la entrada como la arquitectura como tal. La entrada al interior del edificio estaba decorada con un pasillo de árboles frondosos y distintas plantas pequeñas almacenadas en macetas lindas.Salí de mis pensamientos para enfocarme a lo que iba a hacer. Así que retomé el paso junto a Clover para conocer lo que sería próximamente mi casa.—Tú debes ser Sage Hill, la amiga de Owen —una señora se me acercó apenas entré al lobby del edificio—. Y ella debe ser Clover, la novia de Owen.
—Este lugar es asombroso —musitó Clover, boquiabierta por el apartamento—. Siento que esto lo remodelaron Drew y Jonathan.—Si te soy sincera —tomé un cojín—, es muy de su estilo.—Me alegra que hayas encontrado donde quedarte, pero, ¿qué haremos con tus padres?Suspiré.Mis padres, mis padres, mis padres, ¿qué haré con mis padres? Sabía perfectamente qué no hacer, tenía confianza en que mi excusa funcionaria, pero una pequeña parte de mí estaba asustada creyendo que mis padres no me creerían ni madres.Me sentía mal por mentirles, de verdad que sí, nunca lo había hecho, nunca lo haría, pero momentos desesperados requieren de medidas desesperadas y no tenía opción. Si me quedaba en mi casa probablemente iban a asesinarme, secuestrarme o cualquier otra cosa que te