Capítulo 309
En la mansión de los Piccolo, los hombres de la familia se juntaron para cenar. Natalia no dijo nada, solo bajó la cabeza y comió en silencio, con una cara triste. Rodrigo y don Bernardo hablaban sobre los proyectos de la empresa.

Don Bernardo miró a Natalia con desdén y luego le preguntó a su nuera:

—¿Qué pasó en la visita para pedir disculpas hoy? ¿Viste a William?

A don Bernardo no le importaban los sentimientos de Perla; lo que necesitaba era que William manejara todo. Si él lo perdonaba, la colaboración entre las familias podría seguir sin problemas.

Bianca tomó un poco de sopa antes de hablar:

—El señor William probablemente ya se fue a la empresa, solo vi a Perla. Aceptó las disculpas y los regalos, pero dijo que lo de la colaboración es cosa de ustedes, los hombres, porque ella no sabe nada de sus negocios.

Don Bernardo miró a Perla, molesta.

—¡Qué buena eres para echarle la culpa a otros!

Entonces, recordó la cara de Perla, que se parecía mucho a la de Lorena…
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