Capítulo 111
César estaba pensando.

Doña Marta estaba dándole indicaciones a los empleados en la preparación del almuerzo. Lorena, en el pequeño jardín afuera, abrió el grifo para regar el césped.

Cuando vio que ya era suficiente, y que la ya casi estaba lista, cerró la llave y fue al baño a lavarse las manos mientras esperaba para comer.

Después de hacer todo esto, al ver que aún quedaba un poco de tiempo, lo único que se le ocurrió fue sentarse en el sofá y mirar el celular.

Un correo electrónico llamativo apareció en su bandeja de entrada.

Lorena lo abrió y, tras mirar un par de líneas, estaba asqueada.

El correo contenía fotos íntimas de César y Teresa.

Las imágenes eran muy explícitas. Solo pudo mirarlas unos segundos antes de borrar el correo.

—¡Qué porquería!

Era bastante obvio de quién había sido la idea. Aparte de Teresa, nadie más le mandaría eso.

Pero, ¿cómo sabía ella cuál era su correo?

Se escuchó el sonido de la cerradura de la puerta. César había llegado a casa.

Antes, siempre que él
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