El Emir se levantó de la silla y se dirigió a la puerta. Karim lo siguió hasta la habitación de Amín y cada uno llevaba consigo su propio equipo de seguridad. Nada más entrar Karim vio a su hermano siendo atendido por un médico y a Malika con un velo blanco en la cabeza conjuntado con su ropa de dormir, le llamó la atención escuchar que estaba llorando. La chica estaba en el suelo sentada arrinconada, lloraba asustada y el príncipe pudo ver una mancha de sangre en el velo. Malika de repente sintió las manos de Karim sujetándola con delicadeza para levantarla del suelo mientras que empezaban a escuchar los exabruptos de Amín que hablaba con el Emir. —Lo siento mucho, siento por lo que Amín le hizo a Rania…ella no se merecía algo así. mi esposo es un hombre muy malo. –Habló la chica nerviosa y Karim levantó su velo para mirarla, y vio que su hermano la había golpeado salvajemente, algo que solo aumentó las ganas que tenía de matarlo. —¡¡Yo también soy tu hijo, no puedes sacarme de
—¿Por qué dice mi madre que no debemos levantar la mirada del suelo mientras esté Jax aquí de visita?–Preguntó Dalia, la hermana de Karim de apenas once años, dando vueltas alrededor de la mesa donde Malika, Aisha y Rania tomaban el té mientras que la esposa de su hermano mayor organizaba los asuntos de su gran proyecto. —Dice la Emira que el señor Jackson Kavanagh es un hombre nacido del pecado y por eso su mirada puede llevarnos a arder en el infierno para toda la eternidad. Ese señor es el pecado personificado y su apariencia física puede llenar nuestra mentes de pensamientos impuros. – Contestó Aisha y la niña empezó a reírse. —Que cosa más tonta, yo no sé lo que es un pensamiento impuro, ¿qué es Rania? –Preguntó la niña con interés y pasó los dedos por sus largos cabellos oscuros como la noche. —Eres muy pequeña para saber estas cosas, más adelante te contaremos, y en cuanto al amigo de Karim no creo que sea cierto lo que dice mi suegra. Conocí a Jackson en Qatar y me pareció
—¡¿Qué estás haciendo Jackson?! –Cuestionó Dalia llevándose las manos a la cintura arrugando el ceño y él se encogió de hombros . –¿Es qué no sabes que no debes ver a una señorita bailando? —¡Lo siento princesita, no fue mi intención invadir tu privacidad, solo estaba tomando el sol! – Respondió Jax acercándose a la niña y saludó a las dos mujeres con un gesto de cabeza, dedicando a Malika un mirada y ella bajó la cabeza con timidez. —Pues no vuelvas a hacerlo, no quiero que te enamores de mi belleza porque yo no pienso casarme con un accidental, eso no sucederá jamás. –Soltó la niña con decisión y le dio la espalda para marcharse. Aisha inclinó la cabeza para despedirse del piloto y salió corriendo detrás de Dalia que se escapaba con el cinturón de Rania. —¿Majestad no viene? –Preguntó Aisha mirando a Malika. —¡¡Sí, sí ya voy Aisha!! –Respondió la chica levantando un poco su falda para correr detrás de ellas, pero Jax la tomó del brazo asustándola. –¿Qué está haciendo?...Por fav
En Arabia Saudí, Rania y Karim estaban cada vez más cercanos, entregados al proyecto y disfrutando de compartir el tiempo juntos la mayor parte del día. Karim ya estaba tan acostumbrado a tenerla cerca que cuando su esposa se quedaba en el palacio para estudiar, él no se resistía a hacerle un videollamada, buscaba cualquier excusa para verla y por más que Rania intentaba huir de los sentimientos que Karim despertaba en ella, estaba cada día más cautivada por las virtudes de su esposo. Karim era un príncipe en toda la extensión de la palabra. Jax a su vez pasaba las mañanas con el príncipe en la empresa, pero por las tardes buscaba la manera de acercarse a Malika, pero era prácticamente imposible. La chica pasaba la mayor parte del tiempo rodeada de mujeres y la princesa Samira no tardó en darse cuenta de que el mejor amigo de Amín miraba a la esposa de Amín con cierto interés, entonces empezó a vigilarlos con más atención. Amín Al Thani a su vez se dedicaba a rebuscar en el pasado d
—¡¡Estás ensuciando el nombre de mi familia maldita ramera!! –Exclamó Fátima con rabia y Rania agarró el periódico para verlo sin entender lo que estaba ocurriendo. La chica estaba cansada de la madre de su esposo, cada vez que veía la cara de Fátima Al Thani recordaba su noche de bodas, aquella horrible humillación que la mujer le obligó a vivir. Entonces se levantó de la silla y la encaró sin importarse con la noticia del periódico. —¿Desde cuándo demostrar que soy una mujer segura de mí misma y trabajadora significa manchar la reputación de alguien? –Rebatió Rania y tanto Fátima como la princesa Samira y las criadas de la Emira se escandalizaron con su actitud, era una afronta. –No hay nada de malo en ser una mujer de verdad y no apenas un trofeo al lado de un macho, como ciertas mujeres amargadas que no saben valerse solas y se dedican a someter a otras a vivir una vida de mierda como ellas. —¡Maldita! –Exclamó Fátima indignada y la abofeteó. –¡Jamás permitiré que usurpes mi lu
FLASHBACK—¿Por qué debo aprender a bailar mamá? –Preguntó Rania con tan solo nueve años.—El baile es la liberación de la mujer Rania, en ese instante cuando eres dueña de tu cuerpo y de tu alma es cuando tienes en tus manos la posibilidad de poner a cualquiera a tus pies. Será la única forma en la que no estarás sometida a nadie, sino en posición de someter. El baile hechiza y domina al hombre, nunca lo olvides. –Explicó Yasmina peinando los cabellos de su hija. —El tío Idris dice que bailar es pecado y que las bailarinas son odaliscas que arderán en las llamas del infierno. –Dijo la niña mirando el reflejo de su madre en el espejo y Yasmina apoyó la barbilla en el hombro de su hija. —Ser mujer en esta sociedad es pecado mi amor. Por lo tanto, no tengas miedo a seguir tu corazón, aunque otros te digan que eso no está bien. —No lo entiendo mamá. —Lo entenderás cuando bailes mi pequeña amira (princesa) –Respondió su madre con una sonrisa y Rania frunció el ceño. —¿Cuándo baile par
La estaba devorando, Rania sentía que no podía respirar con la urgencia que tenía Karim por besarla y tenerla en sus brazos. En esa ocasión los besos de su esposo eran diferentes, más profundos, más urgentes y considerablemente más lascivos. Rania notó su peso sobre ella mientras la besaba y chupaba sus labios hasta dejarlos rojos e hinchados y cada vez que Karim rompía un beso para mirarla más le excitaba ver a su mujer jadear, su boca entreabierta buscando oxígeno, pero también pidiendo más de sus labios. No sabían en qué momento habían terminado sobre la alfombra persa y tampoco les importaba. La emergencia de Karim por hacerla suya era tan grande, que no le preocupaba lo más mínimo manchar aquella alfombra de trescientos años. Solo quería darle el mejor orgasmo de su vida y más sabiendo que sería el primero. También quería correrse con ella, todas las veces que hiciera falta, pues la necesitaba como necesitaba el maldito aire para vivir. Rania gimió cuando sintió el calor
Los dos gimieron de placer y sus gemidos resonaron por toda la suite cuando la cabeza de su pene entró en ella, alargando su agujero hasta ajustarlo a su tamaño. Rania recibió los primeros centímetros con dificultad y antes de llegar a la mitad ella comenzó a clavar las uñas en su espalda mientras que Karim sentía la tensión en su abdomen. Ya estaba duro antes de penetrarla, pero cuando aquellas paredes estrechas empezaron a cerrarse alrededor de su miembro sintió que iba a explotar. Notaba incluso sus ventas más hinchadas. —No puedo con todo Karim, me duele. –Dijo jadeando por el dolor. —Es muy grande. —Mírame amor, mírame. —Pidió acariciando su rostro, dejando varios besitos suaves en sus labios. —Mírame a lo ojos. —No puedo, siento que me estás rompiendo… —Ya me has tenido dentro de ti una vez y ahora también podrás hacerlo. Solo confía en mí y mírame, ¿ok? —Murmuró calmando su propia excitación para no embestirla cómo un animal en celo y Rania lo miró a los ojos, viend