El silencio en la iglesia era abrumador, roto únicamente por el tenue murmullo de los invitados. A mi alrededor, todo parecía perfecto: las flores blancas adornaban el altar con delicadeza, la luz de los vitrales pintaba el suelo con un caleidoscopio de colores, y la música suave llenaba el aire. Pero mi corazón comenzaba a agitarse.Miré mi reloj por tercera vez en los últimos cinco minutos. Tiara debía haber llegado hace veinte minutos. Sabía que la puntualidad no era su fuerte, pero esto... esto no era normal.El nerviosismo se apoderaba de mí, y mis hermanos ya lo estaban notando.—Tranquilo, hermano —dijo Dante, desde mi derecha, dándome una palmada en el hombro—. Tal vez hubo tráfico o algo así. Sabes cómo son los días grandes.Intenté sonreír, pero una sombra de preocupación ya se había instalado en mi mente. No podía sacudirme la sensación de que algo estaba terriblemente mal."Tengo un mal presentimiento"Un murmullo más fuerte recorrió la iglesia. Giré hacia la entrada y vi
Habían sido momentos de confusos. La parte detrás de mi cabeza palpitaba mientras sentía como sangre goteaba y recorría mi espalda.No podía dejar de pensar en mi madre, Alex y mi padre. A estas alturas ya deben saber de mi desaparición y debían estar más asustados que yo.No sabía quiénes eran estos hombres y porque me tenían aquí. Nadie decía nada y ya me sentía completamente asustada.—¿Crees que él se tardará mucho? —dijo uno de ellos.—Ni idea, pero dijo que quería hablar con ella antes de decidir qué hacer. ¿Qué hacer? Rápidamente me llené de miedo al pensar que podían hacer algo que dañara a mis bebés.Pero entonces un disparo me alertó seguido del quejido de uno de ellos. Luego más detonaciones se empezaron a escuchar una detrás de otra. Me negaba abrir los ojos al estar llena de miedo, sentí como unas manos levantaron mi mentón. Al abrir mis ojos sentí un gran alivio al ver a mi hombre frente a mí con una mirada llena de angustia. —Alex... —susurre con voz quebrada.—Es
Habían sido semanas llenas de calma. Nos encontrábamos de regreso en nuestra casa. Alexander y Dante se encontraban en el despacho hablando temas de las empresas mientras Zoé me ayudaba a terminar los últimos detalles de la habitación de nuestros pequeños.Aunque apenas podía caminar sin sentirme agotada, insistí en mantenerme ocupada; no podía soportar estar sentada sin hacer nada.—Deberías descansar, Tiara. Ya falta poco —dijo Zoé, señalando mi enorme vientre con una sonrisa cómplice.—Aún faltan unas semanas, pero si me quedo quieta, empezaré a pensar demasiado.Fue entonces cuando lo sentí: Una punzada repentina, diferente a las molestias usuales. Solté el pincel que tenía en la mano, llevándome instintivamente una al abdomen.—¿Estás bien? —preguntó Zoé, acercándose de inmediato.—Creo que... —No terminé la frase. Un líquido tibio me recorrió las piernas, y la expresión de Zoé cambió a una mezcla de alarma y emoción.—¡Oh, Dios! ¡Se te rompió la fuente!Antes de que pudiera pr
Mis ojos se sentían aún adormecidos al no haber dormido lo suficiente, pero el deber llamaba. La noche anterior me había tenido que quedar hasta tarde en esta oficina poniéndome al día con todo e trabajo que Dante me había dejado.Desde que decidió pasar más tiempo en casa con Zoe y Nicole me he tenido que hacer cargo de la oficina por completo.Unos toques en la puerta le sacan de mis pensamientos, doy la voz para que pasen mientras tallo mis ojos.—Señor Ivanóv, Deseaba verme. —Adelante Sara —La invito a tomar asiento —. Supe que estarás fuera unos días por temas personales y quería saber ¿Si ya tienes a la persona de tu departamento que te remplazara para la campaña con los europeos? —Si señor, he decidido que mi asistente tome mi lugar para terminar la campaña.¿Qué? —¿Puedo saber porque has decidido que sea tu asistente y no alguien de tu equipo más capacitado? —De hecho ella tiene toda la capacidad, está graduada de publicista y tiene buenas ideas. Además que conoce la ca
Suelo ser bastante perfeccionista en mi vida con todo. Me gusta que todo esté impecable y bien hecho, incluso si se trata de mi maquillaje, cabello y atuendo para trabajar. Me doy una última ojeada en el espejo y tomo mi bolso saliendo de mi apartamento. Tomo un taxi con rumbo a la empresa, apenas y tengo el tiempo justo para llegar a tiempo.Nunca me ha gustado llegar tarde a mi puesto de trabajo, eso habla mucho de ti y me gusta dar la mejor impresión posible.Al llegar me colocó mi gafete, entro a la oficina saludando a los seguridad y dándole los buenos días a la de recepción. Al subir al elevador hago lo mismo con los que están dentro de el y al llegar a mi piso camino rápidamente a mi escritorio. La puerta de la oficina se abre asomándose en ella. —Tiara, ¿Puedes venir? —Enseguida Sara. Acomodo todo en mi escritorio y camino entrando a su oficina.—Ya he elegido a la persona que llevará el proyecto durante mi ausencia —Asiento y sonríe —. Serás tú, Tiara.—¿Qué? —Espetó
Debo admitir que es más joven de lo que imaginé e incluso muy guapa, pero su actitud me había dejado perplejo.Había querido empezar a crear un vínculo de confianza para llevarnos mejor ya que empezaríamos a trabajar juntos, es lo que suelo hacer con mis trabajadores más cercanos pero su actitud me dejaba claro que no pensaba cruzar la linea de respeto. Observo el reloj y es mediodía, debo ir a cambiarme a casa para una comida que tengo con unos clientes. Al salir veo que Helen ya no se encuentra en su escritorio, así que supongo salió almorzar.Subo al elevador, este se detiene dos pisos antes de seguir bajando y al abrir sus puertas veo a Helen reír junto a la señorita Landuchi. —Señor, —Saluda Helen subiendo con ella. Le contestó con un asentimiento de cabeza y ambas se colocan frente a mi dándome la espalda. El elevador cierra sus puertas y ambas se mantienen en silencio, sin poder evitarlo mi mirada cae en las piernas y el trasero de la señorita Landuchi .No puedo negar que
Un viaje a Florida era todo lo que no me esperaba ocupando temporalmente el lugar de Sara. Era sábado y aún no había hecho mi maleta y tampoco me sentía preparada para algo así. Mi móvil suena y rápidamente lo tomó al darme cuenta que se trata de Sara. -Tiara, debes mantener la calma lo harás muy bien.-Pensé que solo te reemplazaría para lo de la campaña, pero esto es demasiado. - A ver Tiara, siempre has sido una mujer segura, lo harás perfectamente.-Eso espero Sara.-Debo irme, confió en ti, no me defraudes.Cuelga el teléfono, suspiro y rendida voy al armario viendo que empacar. Tomo algunos conjuntos ejecutivos para la ocasión, rompa interior y pijamas al igual que calzado. Escucho el timbre del apartamento, salgo de mi habitación abriendo la puerta y me encuentro a mi madre. —Mamá, ¿Qué haces aquí? —Quise venir a ver como estabas —Deja un beso e mi mejilla y pasa —. No has ido a casa y mucho menos respondes mis mensajes desde el miércoles.—Lo siento mamá, estado últim
Me renuevo en la cama, abro los ojos lentamente observando la pared de la habitación.Me siento rápidamente tallando mis ojos, observó la cama a mi lado y la veo vacía.Empiezo a recordar lo sucedido en la madrugada y rápidamente me empiezo a maldecir."Es tu jefe idiota"Me levanto tomando del suelo mi ropa, reviso toda la habitación y no hay rastros de él.—¿Cómo se me ocurrió acostarme con él? Obviamente que solo fue sexo y esto complicará todo.Camino directo al baño vistiendome y lavando mi rostro para que nadie me vea desastrosa.Salgo de la habitación con los zapatos y mi bolso en mis manos y voy directo al elevador.Al abrir sus puertas me detengo abruptamente al ver a Helen la cuál lleva un café en su mano y me mira asombrada.—Tiara, te estuve llamando toda la mañana e incluso fui a buscarte a tu habitación pero es evidente que no dormiste en ella.Me subo al elevador, marco nuestro piso y me sigue mirando.—Ya se lo que te preguntarás, pero te respondo en mi habitación, aq