— ¿Puedes esperar un segundo a que Francesca termine de “empolvarse la nariz”? No me gustaría que te fueras sin nosotros.
La voz a su espalda la sorprendió y se dio la vuelta para enfrentar a un sonriente Ángelo que clavaba los ojos en su cuerpo como si fuera la octava mara
El griterío general ensordeció el recinto tras el anuncio del animador, era obvio que la gente había estado esperándolo con ansias. El cantinero elevó una sonrisa de expectación y Ángelo una mirada de recelosa curiosidad.— ¿La Colombian
¿Qué diablos era aquello? Ángelo cerró los dedos con furiosa incredulidad sobre los brazos del asiento cuando vio a Malena bajar la escalera, encantadora y misteriosa, mientras decenas de personas se apartaban para dejarla pasar.En la pista de baile la esperaba Vicenzo
Malena se dejó arrastrar hasta el medio de la suite sin ofrecer resistencia. Hablar con Ryan después de más de diez días y saber de Samanta le agolpaba las lágrimas en el pecho y le quitaba las fuerzas para rebelarse. Y encima estaba la ira funesta de &Aacu
— Entré en la Academia Nacional de Danza de Colombia a los siete años. — murmuró Malena, dejándose caer al otro lado de la puerta.— ¿Entonces de verdad eres colombiana?
El abrazo de Sebastián fue más que sincero cuando recibió a Ángelo cuatro horas después, y Malena pudo ver por qué la gente decía que tenían tan buena química en las carreras de rally. Sebastián era varios años meno
Malena sintió el movimiento, imperceptible primero, y luego la intuición del peligro la hizo reaccionar.— Johny, Kurt, tenemos algunas aves de rapiña en la entrada oeste. Uno tiene el uniforme de seguridad del hotel y la otra va vestida de camarera. Vayan a saludar.
Esta vez, viéndola bailar con Sebastián, Ángelo logró dejar sus celos a un lado. Primero porque la expresión de Malena era alegre y divertida, por completo carente de la sensualidad premeditada con que había logrado subyugar a Vicenzo Fiori, y en segundo lugar porque desde la noche anterior, de alguna manera, sabía que las respuestas de su cuerpo eran solo suyas.
Malena sintió que el calor de aquella mano sería capaz de fundir su piel, y las piernas le temblaron de tal manera que Ángelo se sintió plenamente justificado para envolverla entre sus brazos.
Último capítulo