— ¿Estás seguro de esto? — Alessandro se inclinó hacia él por última vez, convencido de que su hermano se había vuelto loco, pero feliz después de todo porque sabía que por fin lograría encarrilar su vida con la mujer que amaba.
— ¿Es que te has vuelto loco? — lo increpó Malena con dulzura.— No, creo que más bien he recuperado la cordura. Pero aún no contestas mi pregunta.
— ¡Oh, Dios bendito! Cariño &iq
ESTA NOVELA ES PARTE DE UNA SERIE QUE CONTINÚA EN:"VALENTINA DESNUDA Y PELIGROSA"CAPÍTULO 1.
Ángelo y Malena son una de las parejas clave en nuestra serie. Ellos, como nadie, tiene la habilidad y los recursos, pero sobre todo el caracter que se necesita para ayudar al resto de su familia y mantener la chispa del humor a donde quiera que van. Así que no será fácil desprendernos de ellos. Puedes creer que Ángelo crecerá durante las siguientes novelas y verás el efecto de Malena sobre él.En Valentina desnuda y peligrosa tendrás tiempo de conocer a la bebé de los dos.En Los labios de Aitana verás la parte más tierna de estos dos tórtolos, no solo con su hija sino también como pareja.Pero en Gaia naciendo del mar tendrás oportunidad de conocer a Malena como era antes, la militar, la guerrera, la mujer sin sentimientos.Finalmente, en Helena muriendo, veremos cómo se reúnen depués de varios años
CAPÍTULO 1— ¡Demonios! ¡No puedo creer que esto esté pasando! — murmuró Ángelo con el acento demudado por la rabia mientras sobornaba al barman para que lo sacara por la puerta trasera del club. Es un gusto… ¿tenerte?Media hora despu&eacCAPÍTULO 3
Cuando Ángelo la vio salir de la habitación, envuelta en la blanquísima bata de baño, con el cabello húmedo y tan relajada como una niña, creyó que le daría un infarto. Olía a esencia de frutas y a noche, y todavía no se había molestado en ponerse un par de chinelas.Él también se había bañado y cambiado de ropa, pero un pantalón pijama y una camiseta eran si dudas prendas menos provocativas que una bata de baño.
— Sígueme. — y tras la breve orden Ángelo sintió como si de veras tuviera un sargento al mando de su vida. No obstante la siguió por entre las mesas de la pequeña cafetería sin rechistar. La madrugada anterior no habían dejado nada en cl