BRYONY
Aún no puedo creer lo que estaba pasando, realmente Barclay nos estaba ayudando, recuerdo que cuando aquel tipo comenzó a manosearme el cuerpo desnudo con mirada llena de lascivia y remojándose los labios con una mezcla de bien calculada sorna y lujuria, sentí asco al pensar que su asquerosa lengua tocaría un espacio de mi piel, estaba lista para salir huyendo, de reojo voltee a ver a Barclay pero me pareció que estaba entretenido hablando por teléfono.
Respiré hondo, unas cuantas veces sin que Jack se percatara, ya que estaba demasiado entretenido con besarme los senos, cerré los ojos unos instantes pensando en todo, uno, dos, tres, sería el momento indicado, pero algo me hizo voltear a una de las cabinas a mi derecha, alcancé a ver una sombra que se me movía en el interior, me pareció raro, le eché un último
—¡Mierda! —resopla Barclay. —¿Qué sucede? —inquiero. —Intentan derrumbar la puerta, estoy seguro de que no tardarán en colocar el código, debemos movernos —dice Barclay con preocupación. —No te seguiremos —Christopher me toma del brazo y me jala hacia él. —No tienen opción, princesita —se dirige a mi amigo... novio... —¿Por qué nos estás ayudando? —pregunto al tiempo que se escucha una segunda explosión. Barclay nos mira detenidamente, luego su atención gira entorno a la puerta. —Porque ellos buscan mi cabeza. —¿Y crees qu
BRYONY Esto debía ser una pesadilla, una dulce y cruel pesadilla envuelta en un susurro dulce. No recordaba mucho, solo sabía que antes de que preguntara algo, me dieron un golpe en la cabeza y me desmayé. Decido levantarme de la cama en la que ahora estaba acostada, con los ojos cargados de sueño y con la mente embotada, saturada sería la palabra correcta para describir lo que siento, me enderecé, entorné los ojos y miré toda la habitación con más determinación, tratando de guardar en mi memoria hasta el mínimo detalle. La habitación era enorme, lujosa y yo vestía una bata blanca de lino, de mi cuerpo se desprendía un olor a vainilla y menta fresca, mi cabello ahora volvía a ser sedoso y bien peinado, ¿qué estaba pasando? era más que obvio que alguien había jugado conmigo cuando estaba inconsciente e indefensa. La so
El grito estridente hizo que me pusiera a la defensa y de forma inmediata, saltando hacia el otro lado de la cama y tomando la otra lámpara. —¿En serio crees que eso te protegerá? eres igual de ingenua que tu madre. —Sé que no lo hará, pero lo hice por puro reflejo, mamá nos entrenó bien, con los mejores maestros, y no es por alardear pero teniendo un arma en mis manos, tengo la mejor puntería, nunca fallo, no importa el ángulo, la distancia, o la circunstancia —mi respiración comienza a acelerarse, y siento la adrenalina correr por todo mi torrente sanguíneo. —Me alegra saber que tu madre hiciera por lo menos algo bien, pero tienes que saber que no pienso dejarte ir, perderte no es una opción, así que te recomiendo que te hagas a la idea clara de que no volverás a ver a tu madre, h
Ella baja la mirada y soy consciente de que un ligero sonrojo se coloca en sus mejillas, sonríe y esta vez es real. —No —niega con la cabeza sin borrar su sonrisa—. El joven Barclay es incapaz de algo como eso, él no es así, imposible, cuando llegué a esta casa, él y su hermano menor; Cameron, fueron los únicos que nos trataban a todos como si fuéramos parte de la familia y no como unos simples trabajadores más, Barclay es amable y muy bondadoso, siempre se preocupa por el prójimo, aunque lleva tres años sin venir aquí, él es por mucho, el hombre más bondadoso y generoso que he conocido en mi vida. —¡Vaya! —suelto una ligera risa comprobando que estaba en lo cierto—. Hablas de él como si lo conocieras muy bien. Ella bajó la mirada por milésima vez y se puso nerviosa.
BARCLAY ¿Cómo es que habíamos llegado a este punto? parecía ser todo una pesadilla, y una de la que iba a ser difícil de despertar. La noche no fue la placentera para mí, pero algo me decía que para Bryony si lo era, no dejaba de preocuparme la cuestión de la incertidumbre al no saber si ella estaba dispuesta a aceptar el trato y las condiciones que Ezequiel seguramente le iba a proponer. Después de todo no nos conocíamos, y sabía que la mayoría de las mujeres que estaban metidas hasta las narices en esto, aceptarían cualquier cosa a cambio de una cuantiosa cantidad de dinero. Me dolía todo el cuerpo, y por primera vez temía por mi vida, lo que sucedió por la noche se lo haría pagar con intereses, pero lo primero era salir con vida de este lugar que en algún momento de mi vida fue el hogar que cobijó a Cameron y a mí.
Un nuevo silencio incomodo nos envolvió, ese tipo me caía más o menos bien, pero me irritaba de sobremanera que hablara de Bryony como si fuera su dueño. —¿Ya me dirás? —Hay cosas que es mejor no saber. —Pues yo si quiero saberlas. —Sí. —¿Sí, qué? —Cuando tenía pensado m****r a Bryony con uno de los socios de Ezequiel para disfrute, por la noche ella se me ofreció argumentando que lo deseaba así, pensé que no era virgen y no vi mal pasar una noche con ella, a más... pensaba que ella era la asesina de Cameron, pero cuando me di cuenta de que era virgen, ella prácticamente me lo pidió y así fue, al parecer ella no quería que su
"Bryony, hija, no le hagas esto a tu padre, no me traiciones o temo que sufrirás el mismo destino que esos a los que defiendes ciegamente, si haces lo que te digo, podrás salvarlos a los tres, los dejaré libre inmediatamente, siempre y cuando te entregues ydesla cara, no hay necesidad de escapar de tu padre y mucho menos de tu familia, es tu destino, es para lo que naciste, eres mi sangre, carne de mi carne, ¿no lo ves? Ni siquiera conoces a Barclay, no conoces a Lupe la sirvienta, ¿te han dicho acaso que ella está aquí porque mató a su familia cuando era apenas una niña? o ¿acaso Barclay te ha contado que en su juventud mantuvo una relación con una chica pero su carácter dominado por los celos y sus miedos de ser abandonado, hicieron que laviolaray lamatase? no los conoces, no te dejes engañar, aun puedes mantenerte con vida y a tu a
Bryony echó un vistazo hacia atrás, y después soltó un suspiro. —Ella está enamorada de ti, desde que eran niños, no lo eches a perder, puede que por fin encontraras una mujer que valga la pena, una que no podrás perder nunca —susurra. Sus palabras fueron veneno para mi alma, como un millón de estacas clavándose en mi corazón. Sentí tanto miedo de perderla, que inconscientemente la tomé de la mano, e hice que regresáramos por donde vinimos, solo unos cuantos metros. —¿A dónde van? —Enseguida volvemos, tengo algo que hablar con Bryony, no tardamos —le respondo con prisa a Lupe. —Bueno pero no tarden, aunque creo que lo mejor va a ser que lo hagamos por la noche...