Podía fingir que no sentía nada, ser indiferente, pero no era capaz. Aquellos días fueron tortuosos para mí. Estaba sumida en mi propio dolor, me importaba muy poco el de él y para ser sincera dudaba que estuviera sintiendo algo.Habían transcurrido dos meses desde que perdí parte de mi vida con aquellos angelitos a los que no llegué a conocer y a los que ni siquiera me dejaron ver, según el doctor no iba a soportar lo que vería, le rogué que eso no me importaba pero ni así logre verlos.Puedo pasar horas trabajando, solo asi ocupo mi mente y dejó de pensar en ellos, mis pequeños e indefensos. No hay forma de que yo pueda perdonarte esto, Dante Moretti. Ayla no se ha despegado de mi, esta sentada frente a mí en el escritorio de mi oficina. Por lo menos me permitió volver al departamento que me dejó mi madre,bueno, deberia devolvérselo ya que no está muerta y no cuenta como herencia. Mi madre ha estado cuidándome estos días, a pesar de ser fría y distante en ocasiones se pone sentime
Antes de que pudiera parpadear, los disparos habían resonado, cortando la noche. Mi corazón se detuvo. Grité el nombre de papá al darme cuenta, pero solo el eco de mi propia voz me respondió.Mi cuerpo reaccionó por instinto, y lo empujé a un lado, Alejandro habia corrido solo para protegerme, como siempre había hecho. Pero esa vez no era suficiente. Un disparo, luego otro, otro y otro más. El tiempo pareció ralentizarse mientras veía cómo caía, la sangre brotando de su cuerpo, la expresión en su rostro vacilante, un débil intento de sonreír tal vez para aliviar mi culpa.Me arrodillé junto a él, mis manos buscando inútilmente detener la hemorragia. Los ojos de papá me buscaron, pero ya no había nada que pudiera hacer. Era tarde. Lo sabía y era lo más desesperante y doloroso.—No… no, no, no—susurré, pero mi voz se quebró, impotente.Él trató de hablar, pero solo salió un susurro, como si cada palabra le costara el alma.—Sophía… perdóname. No lo hice… por ti, no lo hice bien... —su
POV SOPHÍA Los días después del funeral de papá fueron una neblina de dolor y silencio. La mansión se sentía vacía, a pesar de la presencia de Valentina y Victoria. Había demasiados recuerdos en cada rincón, demasiadas huellas de una vida que ya no existía. Me quedé con Valentina todo este tiempo, aunque…solo quería volver a mi departamento y la verdad es que Vale volvio a ser distante, fria y cruel conmigo, pero era mi deber protegela. Me culpaba por la muerte de nuestro padre. No podía dormir. Cada vez que cerraba los ojos, veía el rostro feliz de papá ese dia cuando le entregue su regalo, su sangre en mis manos minutos después, el eco de su voz pidiéndome perdón, su sacrificio no sera en vano. Juro que voy a hacerte justicia padre, lo juro. Y, sobre todo, sigo escuchando el murmullo del enmascarado en mi oído helando todo mi ser: "Esa bala no era para ti." Su voz volvía una y otra vez. Lo conocía. No podía explicarlo, pero había algo en su tono, en la forma en que pronu
POV DANTELa venganza es un motor. Uno que me ha sostenido antes, pero nunca con esta intensidad.Mis contactos se han movido rápido. Revisamos cada cámara, cada testigo. Pero este hijo de puta es un fantasma.Hasta que uno de mis hombres me entrega un informe con una pista.—Jefe, encontramos algo en la escena del crimen.— me informa.Alcé la vista, interesado.—Habla.—Una bala. Pero no cualquier bala. Es de fabricación personalizada. Solo unos pocos armeros en Nueva York y Madrid pueden conseguir algo así.Tomo el proyectil en mis manos. Lo observo. Siento cómo mi mandíbula se tensa.—Esto significa que el asesino tiene conexiones. Gente con recursos.Asiento.—Consígueme la lista de esos armeros. Y tráeme información sobre quién pudo haber comprado este calibre en los últimos seis meses.Mientras mis hombres trabajan, reviso la imagen de la foto otra vez. Ese reflejo en el vidrio… debe haber algo más ahí.¿Qué no estoy viendo?Mi teléfono vibra en mis manos, es Marcos. —Sucede al
POV DANTESalgo del departamento con pasos firmes, pero por dentro… por dentro, estoy hirviendo.Sophía siempre ha sido terca, pero esto no es solo obstinación. Es como si estuviera destruyéndose a sí misma y arrastrando a todos con ella. Su dolor la tiene cegada y temo que se pueda perder. Y lo peor es que no puedo dejar de verla. No puedo dejar de preocuparme.Y Maldita sea no puedo sacarla de mi mente, de mi piel. Subo al coche y golpeo el volante con fuerza.—Maldita sea, Sophía!Marcos me mira de reojo pero no dice nada. No tiene que hacerlo. Sabe que estoy al borde.—Llévame a la mansión. No quiero manejar —Mi voz suena más grave de lo habitual, llena de una rabia contenida que amenaza con explotar.Salgo y me monto en el asiento del copiloto. Él asiente y el coche arranca, pero mi mente sigue atrapada en esas palabras que le solté en un arranque de furia."Tendrás que quedarte a mi lado hasta que a mí me dé la gana o hasta que me canse de ti."La verdad es que nunca me cansé
POV SOPHÍAEl sonido de la puerta cerrándose me devuelve a la realidad.Mi pecho sube y baja rápidamente. Mis manos están cerradas en puños a mis costados.Dante.Ese hombre es la causa de todo mi dolor, de toda mi ira.Y sin embargo… su voz sigue resonando en mi cabeza."Eran mis hijos también, maldita sea."No, no voy a pensar en eso. No voy a caer en su juego.Camino hasta la ventana, tratando de calmar mi respiración. Veo las luces traseras de su coche alejarse y un nudo se forma en mi garganta.Estoy más sola que nunca.Y si Dante cree que voy a regresar a la mansión Moretti, está jodidamente equivocado.Pero también sé algo más.Si no lo hago, él vendrá por mí.Y esta vez, no sé si podré evitar que me arrastre de vuelta a su infierno.POV SOPHÍAEl silencio en el departamento se vuelve opresivo. Mis piernas amenazan con ceder, pero me niego a mostrar debilidad, aunque no haya nadie para verlo.Dante Moretti… ese maldito hombre. Siempre tiene que tener la última palabra, siempre
Gabriel sonríe con arrogancia, demostrando que no le teme. Es una locura. Se reparten golpes como si fuera un lugar de boxeo, la gente empieza a correr, sillas rotas, mesas tiradas, eta un caos total y en un parpadeo la cafetería queda en silencio —Vaya, con que el gran Dante. ¿Siempre tratas así a los que hablan con tu chica, o solo a los que pueden quitártela? —provoca Gabriel, sin perder la compostura.Dante no responde de inmediato. Su control es absoluto, pero veo un destello de peligro en sus ojos. Un aviso silencioso, letal. Y aunque no quiero admitirlo, la forma en que domina la situación me eriza la piel.Pero Gabriel no se inmuta. Su sonrisa desafiante me inquieta. Él sabe lo que está haciendo.—Si realmente creyeras que puedes quitármela, no estarías hablando. Actuarías.Gabriel sonríe con arrogancia, demostrando que no le importn sus amenazas, aunque su sonrisa se desvanece cuando Dante aprieta los puños.—No vuelvas a tocarla. —Su voz es letal, cada palabra cargada de am
Ninguna mujer me había hecho perder los estribos de esta forma como lo ha hecho Sophía Ferrer. ¡Maldita sea!¿Cómo pudo hacerme esto? Y ese bastardo de Gabriel,… ¡Debi matarlo infeliz! Después de haberla traído casi a rastras y dejarla en la escalera llego a mi despacho. Si no hubiera salido de ahí no se lo que podría haber hecho. La Maldita imagen de ellos dos besándose me carcome por dentro, ¡Se atrevió a tocar lo que es mío! Y no solo eso si no que me desafió. ¿Quién se cree para hacerlo? Voy a destruirte Gabriel, le declaraste la guerra al tipo equivocado. Marco viene entrando detrás de mí, espera a que me relaje. Pero eso no va a pasar. —¿Dónde mierdas esta Lucas?— le pregunto casi a grito a Marco —No lo hemos localizado, señor —Pues busquenlo hasta debajo de la piedras! Tiene que darme muchas explicaciones.—Si señor— se retira y en la entrada nana Maria y él casi choca. ¿Qué le sucede a Nana María? Ella es muy paciente —Joven Dante…— esta exhausta, a penas si puede hab