Narrador.
Boris deseaba ir tras Karina, pero Adelina se lo impidió después que lo hizo contarle todo y le pidió que le dé espacio a Karina que la deje procesar todo más por qué ella está embarazada y tanto disgusto le podría provocar un aborto espontáneo.
Al caer la noche Karina había llegado a la casa deseando no encontrar a Boris, pero sus deseos no se hicieron realidad porque al entrar al primero que vio tumbado en el inicio de la escalera con los ojos totalmente rojos de lo tanto que ha llorado y la esperó ansioso, sin apenas probar bocado en el día completo.
Ella soltó un bufido de frustración en cuanto él habló— no debes trabajar tanto, ahora necesitas cuidarte más o si no le har&a
Narrador.Tal y como Adelina lo pidió después de haber dejado dormido al pequeño Axel, ella bajó a la cocina donde la esperaba Karina resabiando sola por la propuesta de Boris al querer dejarla eligiendo siempre por él, y lo que más la hacía rabiar fue verlo salir con el pretexto de tomar aire lejos de sus discusiones, Pero todo eso no era más que una treta de él para hacerla enfurecer más porque entiende que a ella no la logrará convencer, siendo muy sumiso, puesto que Karina tiene un carácter fuerte.Ellas prepararon un té como en los viejos tiempos y después que ambas recordaron que Karina no puede tomar té las dos se echaron a reír y cambiaron el té por un vaso de leche caliente que Adelina se encargó en preparar para su nuera. Después tomo asiento
NARRADOR. Sentada en su oficina Karina revisó nuevamente los documentos que le había dejado Ernesto, notando entre ellos la copia del recibo que él le había firmado al padre de Amalia. Documento que no vio el día que su suegro se lo entregó, eso la hizo analizar que tal vez tenía un arma poderosa entre sus manos y que únicamente la debía saber utilizar a su favor.Su mente dio un giro enorme en el momento que su padre le indicó que si se divorcia necesitaba casarse con Edgar, cosa que nunca haría. También atormentada por la propuesta de Boris a quien no vio antes de salir de la casa porque no se molestó en ir a buscarla o darle los buenos días acostumbrados, siguió fomentando su plan, aunque tenía claro que eso la dejara ver cómo una muj
Narrador.Mark respiró profundamente tratando de calmar la furia que emergía de su interior, una pequeña muchacha de unos veinte y tantos años lo había amenazado y él había sentido terror ante su firme advertencia. Después de aquella llamada que lo dejó intrigado, hizo que uno de sus empleados investigara a Karina dándose cuenta de que ella tenía razón y que es una mujer astuta, pero le molestó que apenas es una niña empezando a vivir comparada con él y nunca antes nadie lo había hecho sentir miedo con unas simples palabras como lo hizo ella.<<Con razón Boris Meyer corrió a Colombia es que es toda una joyita la niña>> pensó a medida que se relamía los labios observando su fotografía y lo que le atraía de Karina
NarradorKarina sonrió con suficiencia al ver el pánico dibujado en las facciones de Boris, él no soportó la incertidumbre por saber que había firmado y tras verla sonreír comenzó a revisar los documentos, mientras más leía, menos podía dar crédito a lo que dicho documento firmado estipulaba.—Entonces compraste la deuda de mi padre —dijo Boris decepcionado observando apenas el primer documento. Nunca esperó que ella tomara tal decisión sin consultarlo—No pongas esa cara, estoy haciendo lo que sueles hacer elegir por los demás y fui más que generosa, he salvado la fortuna Meyer porque en el futuro pertenecerá a mis hijos, aunque por el momento soy la dueña, claro, hasta que la deuda quede
NARRADOR Karina se disponía a dejarlo plantado, después de su golpe de gracia con sus palabras hirientes que buscan aumentar la humillación de Boris y sanar su orgullo herido, pero Boris no se lo permitió, la capturó por una pierna y la hizo caer encima de él. —Pero ¿qué te pasa borracho bruto? —reclamó Karina furiosa—, pude darme un mal golpe, ya que estás borracho y no estas a razón de tus cinco sentidos. Boris la tenía abrazada y sonreía haciendo rabiar más a Karina. —Terminaste de despotricar, entiende algo Karina De Meyer, el hijo que llevas en tu vientre junto a Axel son lo más preciado que tengo en la vida, jamás los pondría en riesgo, ni con un mar de alcohol en mí, ¿entiendes eso? — le rectifico después de entender su reclamación. Narra Boris. Abrí lentamente los ojos y lo primero que percibo al despertar es la luz que se filtra por la ventana, molesta, y mucho, estoy sensible tanto que me cuesta soportar la claridad del sol. Me quejo del profundo dolor de cabeza que tengo y hasta el sonido de mi propio quejido me resulta irritante. Volví a ser silencio y a cerrar los ojos esperando adaptarme un poco más a la claridad y cuando por fin creo que me podré poner de pie para ir en busca de una pastilla, una vocecita chirriante me hace arrugar el rostro, y volver a abrir los ojos. —Papá, papito, ya amaneció —, Axel brincaba en la cama haciendo que se me revuelva el estómago, hoy la cabeza me pesa una tonelada y mi cuello no puede cargarla, —debo alistarme para ir al colegio y quisiera que me ayudes, es algo entre hombres. —insiste mi hijo. MI ESPOSO SEGUIRÁ SIENDO EL CEO.
Narrador.Samuel no dijo nada y se levantó sumamente callado, salió de la oficina de su padre sin apenas despedirse dejándolo más desilusionado por su actitud, y Ernesto negó moviendo la cabeza para los lados antes de ponerse nuevamente a dejar su trabajo realizado.En cuanto Samuel llegó al parqueo pateo las llantas de su coche, voceando como un demente lo que dentro de la oficina no pudo gritar, luego subió a su auto pisando el acelerador hasta el fondo, encontrando las carreteras limpias para correr, liberando así su enfado porque siente que sus padres han sido injustos con él desde que era un niño porque todo el tiempo a Boris se le permitió muchos privilegios que a él no.—Él siempre resulta ser el mejor en todo, el m&aacut
Narrador.Ansiosos, desesperados y asustados seguían todos, puesto que llevaban más de una hora esperando, porque no le daban alguna información sobre lo sucedido.Cuando un doctor empezó a caminar hacia ellos todos se levantaron de los asientos casi al mismo tiempo y Adelina avanzó con rapidez hacia él.—Por favor doctor dígame qué mi hijo está bien— rogó entre llantos.—Amor ven, deja que el doctor nos diga el informe médico de nuestro hijo— Ernesto la aprisiono por la cintura apartándola del doctor pues, con lo nerviosa que está no iba a permitir que el médico hiciera bien su trabajo.—Ustedes son familiares del