Narrador.
Mark respiró profundamente tratando de calmar la furia que emergía de su interior, una pequeña muchacha de unos veinte y tantos años lo había amenazado y él había sentido terror ante su firme advertencia. Después de aquella llamada que lo dejó intrigado, hizo que uno de sus empleados investigara a Karina dándose cuenta de que ella tenía razón y que es una mujer astuta, pero le molestó que apenas es una niña empezando a vivir comparada con él y nunca antes nadie lo había hecho sentir miedo con unas simples palabras como lo hizo ella.
<<Con razón Boris Meyer corrió a Colombia es que es toda una joyita la niña>> pensó a medida que se relamía los labios observando su fotografía y lo que le atraía de Karina
NarradorKarina sonrió con suficiencia al ver el pánico dibujado en las facciones de Boris, él no soportó la incertidumbre por saber que había firmado y tras verla sonreír comenzó a revisar los documentos, mientras más leía, menos podía dar crédito a lo que dicho documento firmado estipulaba.—Entonces compraste la deuda de mi padre —dijo Boris decepcionado observando apenas el primer documento. Nunca esperó que ella tomara tal decisión sin consultarlo—No pongas esa cara, estoy haciendo lo que sueles hacer elegir por los demás y fui más que generosa, he salvado la fortuna Meyer porque en el futuro pertenecerá a mis hijos, aunque por el momento soy la dueña, claro, hasta que la deuda quede
NARRADOR Karina se disponía a dejarlo plantado, después de su golpe de gracia con sus palabras hirientes que buscan aumentar la humillación de Boris y sanar su orgullo herido, pero Boris no se lo permitió, la capturó por una pierna y la hizo caer encima de él. —Pero ¿qué te pasa borracho bruto? —reclamó Karina furiosa—, pude darme un mal golpe, ya que estás borracho y no estas a razón de tus cinco sentidos. Boris la tenía abrazada y sonreía haciendo rabiar más a Karina. —Terminaste de despotricar, entiende algo Karina De Meyer, el hijo que llevas en tu vientre junto a Axel son lo más preciado que tengo en la vida, jamás los pondría en riesgo, ni con un mar de alcohol en mí, ¿entiendes eso? — le rectifico después de entender su reclamación. Narra Boris. Abrí lentamente los ojos y lo primero que percibo al despertar es la luz que se filtra por la ventana, molesta, y mucho, estoy sensible tanto que me cuesta soportar la claridad del sol. Me quejo del profundo dolor de cabeza que tengo y hasta el sonido de mi propio quejido me resulta irritante. Volví a ser silencio y a cerrar los ojos esperando adaptarme un poco más a la claridad y cuando por fin creo que me podré poner de pie para ir en busca de una pastilla, una vocecita chirriante me hace arrugar el rostro, y volver a abrir los ojos. —Papá, papito, ya amaneció —, Axel brincaba en la cama haciendo que se me revuelva el estómago, hoy la cabeza me pesa una tonelada y mi cuello no puede cargarla, —debo alistarme para ir al colegio y quisiera que me ayudes, es algo entre hombres. —insiste mi hijo. MI ESPOSO SEGUIRÁ SIENDO EL CEO.
Narrador.Samuel no dijo nada y se levantó sumamente callado, salió de la oficina de su padre sin apenas despedirse dejándolo más desilusionado por su actitud, y Ernesto negó moviendo la cabeza para los lados antes de ponerse nuevamente a dejar su trabajo realizado.En cuanto Samuel llegó al parqueo pateo las llantas de su coche, voceando como un demente lo que dentro de la oficina no pudo gritar, luego subió a su auto pisando el acelerador hasta el fondo, encontrando las carreteras limpias para correr, liberando así su enfado porque siente que sus padres han sido injustos con él desde que era un niño porque todo el tiempo a Boris se le permitió muchos privilegios que a él no.—Él siempre resulta ser el mejor en todo, el m&aacut
Narrador.Ansiosos, desesperados y asustados seguían todos, puesto que llevaban más de una hora esperando, porque no le daban alguna información sobre lo sucedido.Cuando un doctor empezó a caminar hacia ellos todos se levantaron de los asientos casi al mismo tiempo y Adelina avanzó con rapidez hacia él.—Por favor doctor dígame qué mi hijo está bien— rogó entre llantos.—Amor ven, deja que el doctor nos diga el informe médico de nuestro hijo— Ernesto la aprisiono por la cintura apartándola del doctor pues, con lo nerviosa que está no iba a permitir que el médico hiciera bien su trabajo.—Ustedes son familiares del
Narrador. Sintiendo besos y caricias Karina despertó de su profunda siesta, un suspiro feliz salió de sus labios pensando que tonta fue al desperdiciar varios días sin estar acurrucada entre los brazos de su amado esposo. Una amplia sonrisa se le dibujó en el rostro y se giró hacia su esposo quedando frente a él. —¿Cuánto tiempo hemos dormido? — preguntó observando el rostro de su esposo quien aún se le nota cansado. «Parece ser que no ha dormido nada» supuso triste, porque deseaba que él pudiera descansar un poco, pero, aunque no conoce ese sentimiento que hay entre hermanos al menos sabe que se siente añorar uno que nunca llegó y quizás ese sentimiento cause una pena más dolorosa que sería perder y saber que no está bien o que lo podría perder. Ser hija única fue a
Narrador.Karina observó a su padre quien esperaba que ella se defendiera de aquella acusación tan fuerte, y ella no hacía más que respirar profundo, puesto que quería mantener esto oculto de su padre, ese negocio poco ético que realizó no tiene justificación.—Hija me dirás tú o tendré que hacer mis propias investigaciones —, su padre sonaba enfadado, es que el solo hecho de pensar que Karina había cometido tal falta lo hace sentir decepción, nunca esperó algo parecido de ella.Boris no sabía qué hacer, se sentía culpable, pero no sabía cómo defenderla sí que Manuel la juz
Narrador.Boris estaba dividido en dos, temía dejar a Karina sola porque seguía depresiva, por otro lado, debía ir a la clínica para ayudar a sus padres con Samuel.—Amor ¿ya estás mejor? — le preguntó emocionado cuando la vio de ánimos.—Si debo enfrentar la realidad, ya pasó, no puedo hacer más; es hora de que enfrentemos todo con valentía como la familia que somos — sonrió, con nuevo propósito en mente.—Ahora es momento de que vayas con Adelina y dependiendo del estado de salud en qué se encuentra tu hermano debes traerlo a casa.—¿A casa? — señaló el lugar con confusión en su m