Damián

Había pasado 2 días desde el funeral de Baltazar, pagué el traslado y lo acompañamos hasta su pueblo, una vez que lo dejamos en el cementerio pague a la florista que tenía un puesto fuera para que cada semana le pusiera flores a la tumba de él y su familia, y me enviara fotos de como quedaba, la florista aceptó feliz, sin saberlo era amiga de Baltazar desde la infancia, ya en casa estaba acurrucada junto a Azzael en la cocina de mamá, la leña se quemaba dando crujido y algunas chispas mientras me abrigaba.

Hija, que pasa, porque tan pensativa.

Es que siento mucho la muerte de Baltazar, él y todas las victimas de Ángel no merecían ese final, además jamás creí que Ángel fuera un psicópata, se veía tan dulce, como me pudo engañar tan fácil.

Hija, la gente siempre tiene caretas, debes aprender a reconocerlos, mira sus ojos, siempre mira sus ojos, una vez que los miras con atención en cualquier fracción de segundo sus ojos mostrarán la verdadera naturaleza de la persona. – Yo doy un suspir
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