Amanece y Azzael no está a mi lado, me levanto y miro mi cuerpo al espejo, mis nalgas aun rosadas por la noche anterior, uno que otro moretón en mi cuerpo por sus besos apasionados, sonrío mientras los recorro con la yema de mis dedos – Azzael… - susurro, mientras miro a mi alrededor, me pongo una bata y salgo, mi ángel está en la cocina, con un short corto, sin polera, su pelo amarrado con una cola desordenada mientras está friendo huevos y cortando frutas, me acerco y lo abrazo por detrás acariciando sus hermosos abs.

Mmm ¿te ayudo amor?

Buenos días princesa, como amaneciste.

De maravillas, anoche me follaron muy rico, un ángel tan apasionado que me dejó unas marcas – Azzael se volteó a verme, abrió la bata y vio los moretones por sus besos –

Mierda… perdón amor no quise ser tan brusco. – sus dedos pasaban por mi piel mirándolos, sintiéndose culpable, detuve su mano y la apreté contra mi pecho –

Amor… esto no es malo, nuestro encuentros son intensos, y me haces mas que feliz con es