Negué un par de veces mientras mi interior lloraba. Quería saber la verdad, pero a la vez sentía un miedo abrumador. Sabía que Azrael conocía más respuestas, pero me las estaba ocultando.—Por favor —supliqué al borde del llanto—. No quiero más secretos.—Sé que es tu vida, pero implica a más personas. Necesito que me des tiempo para descubrir la verdad y poder ayudarte.—Está bien —suspiré, agotada—. Pero prométeme que, apenas sepas la verdad, me lo dirás.—Lo haré, te lo prometo —acarició mi rostro—. Ahora, debes calmarte y dormir.—No creo poder dormir —negué un par de veces.—Sí puedes —colocó una mano sobre mi cabeza.**POV: Azrael**Utilicé un poco de mis habilidades con ella. Instantáneamente, cayó profundamente dormida. El efecto de mis poderes durará un buen par de horas, suficientes para llegar a la raíz de esta situación.Un Nefilim.Jamás creí que fuera posible; a pesar de todo, aún no puedo asimilarlo del todo. Se supone que los Nefilim no deben nacer; todos los ángeles e
No tardé mucho en encontrarlo; de hecho, puedo sentir su presencia a kilómetros. Antes no podía percibirlo, así que supongo que se ocultaba. Pero al parecer, ahora ya no le importa en absoluto.Me adentro en el edificio abandonado. El lugar, que en otros tiempos estuvo desolado, ahora claramente muestra la presencia de ángeles.Mi apresurado andar se ve interrumpido por un ángel de aspecto juvenil y cabello castaño, que se coloca en medio de mi camino, claramente tratando de detenerme.—¿Querías algo? —pregunté, notoriamente hastiado y esperando que comprendiera que interferir en mi camino le traería consecuencias.—No puedes pasar —habló firme.—¿Y quién me va a detener? ¿Tú? —elevé una ceja, sarcástico.—Si es necesario —aseguró tajante.—¿Eres de los ángeles de Miguel? —pregunté, burlón.—Por supuesto que no, soy parte del coro del santo Gabriel.—Entonces no eres un guerrero. ¿Con qué cuentas para detenerme?—Con coraje —en realidad, me da lástima su gran idiotez.—Como quieras —m
«Me siento mareada, como si el suelo bajo mis pies se moviera. Abro los ojos y me encuentro en un lugar oscuro, sin poder distinguir nada.Tardo un poco en darme cuenta de que estoy de pie sobre una superficie realmente fría, como si fuera hielo; mis pies duelen por la helada superficie donde se encuentran.—Hola —mi voz no hace eco, por lo que supongo que este lugar no es pequeño ni tiene paredes alrededor.Es como si estuviera en un vacío, oscuro y desolado.Decido caminar para evitar sentir esa pulsación que, como agujas, atraviesa la planta de mis pies. Mientras doy pasos lentos, el dolor no disminuye mucho, pero me concentro en encontrar una salida.Me detengo en seco al escuchar un susurro de fondo. Son palabras, pero se oyen lejanas, muy lejanas, haciéndose inentendibles. El sonido no se detiene. Miro a mi alrededor, buscando de dónde proviene, pero sigo incapaz de ver nada, y la oscuridad ya comienza a asfixiarme.La voz que se escucha es masculina, dura y potente, pero a pesa
El señor Briel me dio una mirada extraña, no pude descifrarla. Aunque tal vez piense que estoy algo fuera de lugar. La verdad hasta yo misma creo que estoy loca y haberlo confesado en voz alta solo logró enredar más la situación. Atormentada me despedí del anciano y me encaminé nuevamente a la suite. Hasta hace poco solo quería salir de allí y ahora necesito refugiarme nuevamente en su interior. Juro que si pudiera esconderme de mi misma sería aún mejor. Pero es imposible huir de nuestras sombras. Mientras caminaba mi mente daba vueltas. Para cuando llegué me encontraba exhausta. Por alguna razón sentía mi cuerpo decaído y ausente. Cada parte de mí gritaba por un descanso. Azrael aún no había aparecido así que me dejé caer sobre la cama cayendo en la inconsciencia. Nuevamente me despierto en aquel lugar oscuro. Incluso sé que estoy soñando pero no puedo despertarme. Estoy comenzando a odiar estos sucesos. Cuando parpadeo ya no me encuentro en la oscuridad. Más bien estoy so
Cierro los puños con fuerza. Gabriel tiene razón. Es peligroso, aunque mi fuerza basta para poder protegerla. —La protegeré —afirmé decidido. —Yo te ayudaré —negué varias veces. —No quiero ni necesito tu ayuda. Yo solo puedo encargarme de proteger a Gabriella, ella no depende de tu ayuda. —No insistas Azrael, ella es mi hija y la ayudaré —se cruzó de brazos. —No empieces con ese tema. No tengo ganas de discutir nuevamente contigo sobre eso. Pero te diré algo antes de irme —le di la espalda —, no eres su padre. Un padre no hace lo que tú has hecho. Dicho esto retomé mi andar nuevamente. Esta vez sin detenerme ni mirar atrás. Ahora mismo necesito llegar a la suite, debo estar alerta porque el hecho de que Gabriella esté despertando definitivamente atraerá a los ángeles a ella. Gabriella Luego de despertar de aquel sueño me sentí muy extraña. Es como una sensación de vacío, como si hubieran piezas en mi mente que aún no encuentran su lugar en el rompecabezas que es mi vida.
Algo en mi interior se retorció cuando la oí pronunciar esa palabra. Pero contuve mi rabia, ella aún está inconciente pero a apesar de ello sus ojos se mantienen abiertos, brillando intensamente mientras una gruesa lágrima rueda por su mejilla. Me pregunto qué estará pasando en su cabeza. POV Gabriella: -----Mi mente se ha convertido en un caos. No tengo control de mi cuerpo y mi cabeza late con fuerza. El dolor punzante atraviesa mi cráneo y entonces todo comienza a llegar como flashes. Imágenes, palabras, escenas. Todas desorganizadas y rápidas. Cada escena me golpeaba de manera increíblemente dolorosa como si mi cabeza quisiera romperse. «Yo siempre estaré a tu lado»«¡Eres un monstruo, un engendro de la naturaleza»«Cuando tengas miedo yo siempre estaré allí»«¡No te vayas padre!»«Debes olvidarme, será por tu bien»«No me odies nunca hija mía, no me recordarás pero yo siempre te amar黫Yo también te amo papừAlgún día nos reencontraremos y entonces volveremos a estar junto
—Debes estar totalmente segura de ello —insistió la mujer mayor. —Estoy segura —afirmé aunque por dentro me sentía algo asustada. —Sígueme —se levantó de la mesa y comenzó a andar. Algo confundida la seguí a través de la casa. Llegamos a una de las habitaciones, el interior está oscuro, meramente iluminando por la cálida luz de las velas, dentro hay un sutil aroma a inciensos y el ambiente es algo sofocante. —Siéntate aquí —la chamán me señaló un cómodo asiento como los que suelen usar los psicólogos. Me recosté suavemente y ella se sentó a mi lado. —¿Va a hipnotizarme? —pregunté cuando la vi rebuscar entre sus artilugios. —No, solamente te pondré a dormir y te ayudaré ir más profundo en tu mente —me extendió un pequeño frasco con un líquido verde. —¿A qué se supone que sabe eso? —hice una mueca de asco. —No te preocupes, son solo hierbas, su sabor es dulce. Asentí desconfiada y tomé un pequeño sorbo. El brebaje verdaderamente era dulce además de que olía muy bien. Sin
La escena frente a mis ojos comenzó a desplomarse, se deshizo como humo ante mis ojos poco a poco hasta reducirse a absolutamente nada. Parpadee sorprendida y noté que había despertado, el rostro de madam Altair me contempla algo confuso, me analiza en busca de respuestas. Las cuales no puedo darle. —¿Estás bien niña? —preguntó ayudándome a sentarme. —Sí —asentí pasando mis manos por mi cabello —. Solamente un poco mareada. —No sé que ha pasado allá dentro pero una fuerza inhumana me empujó fuera. ¿Viste algo? —No —mentí mientras me ponía de pie —. Debo irme, ¿cuánto le debo? —Nada —negó —, no pude ayudarte, además no cobro por mis servicios. —Gracias —me dispuse a irme cuando ella sostuvo mi mano. —Te oí mencionar un nombre —la miré expectante —. Azrael —me tensé —, no sé de quién hablas pero yo solo conozco dos Azraeles, uno es un gato y el otro; el otro es una criatura celestial. —No sé de lo que hablas —sonreí tensa. —No entiendo que ha sido eso pero algo te aseguro