Algo en mi interior se retorció cuando la oí pronunciar esa palabra. Pero contuve mi rabia, ella aún está inconciente pero a apesar de ello sus ojos se mantienen abiertos, brillando intensamente mientras una gruesa lágrima rueda por su mejilla. Me pregunto qué estará pasando en su cabeza. POV Gabriella: -----Mi mente se ha convertido en un caos. No tengo control de mi cuerpo y mi cabeza late con fuerza. El dolor punzante atraviesa mi cráneo y entonces todo comienza a llegar como flashes. Imágenes, palabras, escenas. Todas desorganizadas y rápidas. Cada escena me golpeaba de manera increíblemente dolorosa como si mi cabeza quisiera romperse. «Yo siempre estaré a tu lado»«¡Eres un monstruo, un engendro de la naturaleza»«Cuando tengas miedo yo siempre estaré allí»«¡No te vayas padre!»«Debes olvidarme, será por tu bien»«No me odies nunca hija mía, no me recordarás pero yo siempre te amar黫Yo también te amo papừAlgún día nos reencontraremos y entonces volveremos a estar junto
—Debes estar totalmente segura de ello —insistió la mujer mayor. —Estoy segura —afirmé aunque por dentro me sentía algo asustada. —Sígueme —se levantó de la mesa y comenzó a andar. Algo confundida la seguí a través de la casa. Llegamos a una de las habitaciones, el interior está oscuro, meramente iluminando por la cálida luz de las velas, dentro hay un sutil aroma a inciensos y el ambiente es algo sofocante. —Siéntate aquí —la chamán me señaló un cómodo asiento como los que suelen usar los psicólogos. Me recosté suavemente y ella se sentó a mi lado. —¿Va a hipnotizarme? —pregunté cuando la vi rebuscar entre sus artilugios. —No, solamente te pondré a dormir y te ayudaré ir más profundo en tu mente —me extendió un pequeño frasco con un líquido verde. —¿A qué se supone que sabe eso? —hice una mueca de asco. —No te preocupes, son solo hierbas, su sabor es dulce. Asentí desconfiada y tomé un pequeño sorbo. El brebaje verdaderamente era dulce además de que olía muy bien. Sin
La escena frente a mis ojos comenzó a desplomarse, se deshizo como humo ante mis ojos poco a poco hasta reducirse a absolutamente nada. Parpadee sorprendida y noté que había despertado, el rostro de madam Altair me contempla algo confuso, me analiza en busca de respuestas. Las cuales no puedo darle. —¿Estás bien niña? —preguntó ayudándome a sentarme. —Sí —asentí pasando mis manos por mi cabello —. Solamente un poco mareada. —No sé que ha pasado allá dentro pero una fuerza inhumana me empujó fuera. ¿Viste algo? —No —mentí mientras me ponía de pie —. Debo irme, ¿cuánto le debo? —Nada —negó —, no pude ayudarte, además no cobro por mis servicios. —Gracias —me dispuse a irme cuando ella sostuvo mi mano. —Te oí mencionar un nombre —la miré expectante —. Azrael —me tensé —, no sé de quién hablas pero yo solo conozco dos Azraeles, uno es un gato y el otro; el otro es una criatura celestial. —No sé de lo que hablas —sonreí tensa. —No entiendo que ha sido eso pero algo te aseguro
Junto mis manos por sobre mi regazo, me siento ansiosa y comprendo a la perfección el por qué.—Todo esto parece ser otro de mis sueños extraños —confesé bajando la mirada a mi regazo. —Comprendo, en serio te entiendo —confesó algo preocupado —. Justamente por eso no quería decirte, este tipo de secretos son demasiado fuertes como para que una persona lleve dicha carga. —Tampoco soy una persona normal, ¿o sí? —noté como su postura cambió a algo tensa —. No eres bueno mintiendo Azrael, puede que guardes fuertes secretos pero las mentiras no son lo tuyo. De todos modos sé que no soy normal, desde ese día en que mis ojos brillaron tan fríamente —le miré a los ojos —. Pero presiento que tú sabes más de mí de lo que me dices, y temo eso, porque no te perdonaré si me ocultas la verdad sobre mi existencia.—Todo lo que te oculte es por tu propio bien —se apresuró a decir pero negué varias veces. —Todo en lo que a mí respecte debe ser de mi conocimiento. Es mi vida y cada vez se vuelve más
Cuando llegamos a la fuente de poder nos encontramos en la salida trasera de un edificio abandonado. Dentro podía sentir la ligera esencia del alma de Gabriella y también un poder angelical. Temí lo peor así que corrí al interior con Gabriel siguiendome. Al llegar a lo que sería una de los salones del primer piso me encontré con la escena de Gabriella arrodillada en el suelo. Ella sostiene su cabeza mientras un gesto de dolor se dibuja en su rostro. Además sus ojos que se mantienen abiertos están brillando intensamente. Unos ahogados alaridos de dolor abandonan sus labios mientras gruesas lágrimas escurren por sus mejillas. Juro que jamás sentí algo así pero mi interior gritó con una furia abrazadora, una furia como nunca creí experimentar. Arde cada parte de mi cuerpo con odio y un deseo insaciable de acabar con aquel que estuviera causando su dolor y desgracia. Mis ojos se dirigieron coléricos al causante de semejante acto. Es uno de los ángeles del ejército celestial. Aunque no
POV Gabriella:----- Aún me siento mareada, eso sin hablar del incesante dolor de cabeza que parece querer romper mi cráneo. Pero aún así, no se compara con el dolor que siento en mi interior. Dolor porque recuerdo todo lo que antes no y sobre todo porque Azrael me mintió, a pesar de que le rogué mil veces que no lo hiciera. —Gabriella déjame explicarte —dio un paso en mi dirección intentando acercarse pero retrocedí. —No quiero que expliques nada —negué varias veces limpiando mis lágrimas. —Hija mía —mi padre colocó una mano sobre mi hombro —. Él mintió porque así se lo pedí. Lo miré totalmente desconcertada. —¿Por qué? —mi voz suena más quebrada de lo que pretendo. —Conocer toda la verdad te haría despertar y eso te pondría en la mira de los ángeles. Sería un peligro para ti —me miró a los ojos —. Pero debes saber que desde un principio él se preocupó por ti e incluso indagó en la verdad en busca de respuestas. Para poder responder tus inquietudes. Permanecí en silencio,
—¿Puedo permanecer aquí esta noche? —preguntó mi padre y enseguida asentí. —Claro, hay más habitaciones —respondí sonriente. —Bueno bueno, mi querido suegro se queda hoy —se burló Azrael y le dediqué una mirada de advertencia. —Dormiré hoy con mi padre —tomé su mano —. Recuerdo que siempre lo adoré y nuevamente quiero experimentarlo. —Garbriella —Azrael hizo un puchero que se me hizo realmente tierno —. Eres tan injusta. —Tengo muchas noches para dormir contigo —me acerqué y le deposité un beso en los labios —. Tiempo es lo que sobra. Asintió no muy convencido. —Pero sabes que necesitamos hablar —dijo esta vez con más seriedad en su voz. Miré a mi padre que hizo un leve asentimiento para hacerme saber que estaría bien. Fuimos a la habitación y tomé asiento en la cama mientras él permanecía de pie frente a mí. —Lo siento —susurró por lo bajo aunque siendo aludible. —No estaba dispuesta a perdonarte —confesé y me miró sorprendido —. Desde que comencé a recordar todo y
—Lamentamos informar que su hermana ha caído en un estado de coma profundo. Sufrió una fiebre muy alta luego de la quimioterapia y esto la dejó en un estado crítico. —¿Cuál es su estado actual? —pregunté sosteniendo las lágrimas y con el inmenso nudo en mi garganta. —Crítico extremo. Su cáncer se ha vuelto terminal. Creemos que solo le quedan unas horas de vida. El teléfono resbaló de mi mano hasta caer en la suelo. Azrael se apresuró a mi lado y lo recogió. —¿Qué pasa Gabriella? —colocó una mano en mi hombro. Cuando levanté a vista a sus ojos y los vi brillando de aquella manera, con tanta preocupación y a la vez lástima. No pude evitar romper en llanto. Me aferré a su camisa hundiendo mi rostro en su pecho. Lloré como nunca antes lo había hecho, como una niña pequeña que ha perdido todo. Mientras él me envolvía en un fuerte abrazo. Pero a pesar de todo ello, me era totalmente imposible sentirme reconfortada. Solo puedo sentir un vacío en mi pecho, uno que jamás podré lle